Un amor así

151 31 10
                                    

Durante mi niñez estuve a cargo de mis abuelitos. Mamá trabajaba todo el día, así que ellos eran mis "papás" por algunas horas. Aprendí mucho de ellos, no solo consejos, sino también hábitos que podrían ser raros en estas épocas; como ver treinta minutos de televisión, escuchar atentamente sus historias, o incluso jugar con mis juguetes. Debo reconocer que ellos tenían un carácter fuerte, pero también eran muy amorosos y tiernos conmigo; siempre llevándome al colegio, ayudándome con las tareas y pasando tardes juntos conversando de tantas cosas.

Ellos son el matrimonio más sólido que haya podido ver en toda mi vida. Él, quien fuera un policía de ésos que ya no hay ahora; ella, una ama de casa que protege su cocina como su más grande tesoro. Juntos construyeron un hogar y una gran familia de la cual me siento feliz de pertenecer. Posiblemente hayan vivido en una época totalmente diferente, donde las parejas permanecían juntas y enfrentaban cualquier problema que se les presentaba.

El amor en aquellas épocas era más sublime. No significa que ahora no lo sea, pero la verdad es que hay muy pocas personas que planean un futuro con alguien. Dicen que no necesitan a nadie, ¿Y quién habló de necesitar? El amor no es para ser feliz, sino para compartir la felicidad que ya tienes con esa persona especial.

El amor implica pasar por varios momentos, entre buenos y malos. Mis abuelitos no fueron la excepción, ellos pasaron por tantas cosas juntos, unas quizá más difíciles que otras, pero su amor prevaleció a través del tiempo. Hay quienes creen que existe alguna fórmula mágica o receta secreta para encontrar el amor y que éste se mantenga vivo por muchos años. De hecho, las parejas ya no son tan duraderas como antes, y con frecuencia se ven separaciones por "incompatibilidad de caracteres". Es cierto que nunca llegamos a conocer plenamente a una persona, pero tampoco imagino que una persona decida tener una relación con alguien que apenas conoce. Y lamentablemente eso ocurre mucho ahora.

Tal vez no haya tenido un padre a mi lado, pero Dios se encargó de darme a dos seres muy especiales. Desde temprana edad, pude ver y admirar cómo se cuidaban el uno al otro; cómo veían televisión (aunque a veces solo sea fútbol); cómo leían el periódico; cómo se demostraban afecto con las cosas que podrían ser pequeñas, pero que tienen un gran valor.

Los detalles son importantes en la relación; ayudan a mantener vivo el amor en pareja. No quiero decir que debas comprarle algún regalo a tu pareja todos los días. Un detalle puede ser algo pequeño como un mensaje en el celular, una notita deseándole un buen día o dejándole un dulce que a ella le guste. De esta manera le demuestras a tu pareja que no solo te esforzaste por conquistarla, sino que de verdad la amas, y quieres recordárselo diariamente. Si en algún momento sientes ya nada es igual con tu pareja, solo recuerda lo que hacías para enamorarla; recuerda las conversaciones largas, las salidas constantes (así sean sólo al parque), y los lindos momentos que pasaban juntos.

Cada vez que veo a una pareja de ancianitos tomándose de las manos, no puedo evitar sonreír con mucha ternura. Es una escena hermosa, y me hace recordar a mis abuelitos, con un amor a prueba de fuego.

Yo anhelo un amor así; un amor que cree en lo eterno, que busca la felicidad de la pareja, que no se amilana por las dificultades, sino que se fortalece con cada una de ellas. Si has tenido la dicha de encontrar a esa persona especial, ámala, y demuéstrale día a día lo mucho que significa para ti.

Mis abuelitos me enseñaron que no hay nada más bello que envejecer al lado de quien amas; aquella persona a quien le prometiste amor a pesar de las adversidades. Tal vez él ya no esté físicamente, pero su recuerdo vive en mí, en aquellos que lo queríamos, y en el corazón de su amada.

Un Blog MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora