11. Blanca

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    Ho Seok y yo, intercambiamos la noche anterior nuestros números

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    Ho Seok y yo, intercambiamos la noche anterior nuestros números. Su nombre en mi agenda me pareció irreal.

     Me desperté más ansioso de lo normal, mi rutina era distinta. Incluso me esmeré en vestirme con más «vida».

    Él vendría, sería mi estudiante...

    ¿Por qué acepté esta locura en primer lugar?

    Su mensaje llegó apenas acabé de prepararme. No le he respondido, me avergonzó hacerlo.

    ¿Se molestará si no le he dado una respuesta acorde a sus expectativas?

    Releerlo, sin embargo, me causó satisfacción, también muchas sensaciones que me mareaban, y a la vez, causaban miedo.

🎹 Estudiante Jung.
Profesor, buenos días! 😘
Iré a verlo así que... no se coma los cereales usted solo!!! 💕


    ¿De verdad seré un buen profesor?

   El premio que me regaló descansaba sobre mi escritorio, ese título era muy pesado para mí. Sonreí, mis labios tiraron una curva imperfecta y sacudí mi cabeza por lo tonto que era reflexionar en ello.

    Preparé algunos temas y ejercicios, usaré todo lo que sabía. No sé cuanto él conocerá o cuanto estará avanzado, asumí que habrá aprendido música de forma autodidacta.

    Serví dos tazones de cereales, añadí el yogur de frutilla. Al mismo tiempo, el timbre avisó su llegada. Corrí vago —no soy fanático del deporte, por eso y más estudié piano—, abrí la puerta, y ahí lo encontré feliz.

    Ese chico era en verdad alegre, en esta ocasión era el doble, más. ¡Muchísimo!

    Él ingresó, dejó una estela de aroma particular. Un jabón de menta y una colonia fresca, picante, no sabía explicar esas sensaciones que me provocaron. Traía su mochila, esa en la que guardaba su cartuchera de Doraemon y sus cuadernos.

    Asomó su sonrisa, ancha y traviesa.

    —¡Buenos días! ¿Qué tal durmió, profesor?

    —Bien...

     Me siguió a la cocina después de dejar sus pertenencias, se sentó a mi lado sin dejar de observar con descaro mi perfil. No quería adivinar sus pensamientos, algo había allí que me llenaba de inquietudes.

    Quise arrepentirme.


    —¿Por qué me dejó en visto? —Atrajo el tazón hacia él, dio el primer bocado, empapado con el líquido rosa—. ¡Uy! ¡Cereales con yogur!

    —Sí, cereales con yogur. ¿Verdad qué está delicioso? —Evadí su primera pregunta, eso no fue suficiente para él, porque lanzó un escrutinio que descifré como: «responde lo mío primero»—. Ah... ¿De verdad tenía qué responder? Soy muy breve con mis respuestas, y no quería que pensarás que estaba molesto con la idea de que te iba a enseñar.

    Genial, Yoon Gi, estás vomitando más palabras de las permitidas.

    Él aplaudió con una actitud que lejos de darme fastidio, me divertía.
    —Escriba lo que crea conveniente, no me molestaré. Solo... Le pido que no me ignore, ¿si?

    ¿El imbécil me suplicaba?

    No podía vencerlo en su estrategia, sea cual fuese que usara. Le funcionaba para mi desgracia. Iba a volverme loco a este paso, necesitaba golpearlo por tonto... y abrazarlo.

   Apreté la cuchara, firme, aprecié su fuego determinante y volvimos a concentrarnos en el desayuno.

    Sus labios se movieron a un ritmo preciso al igual que su cuerpo, sus mejillas estaban hinchadas, eso me causó una pequeña sonrisa.

    —Come despacio, Ho Seok.

    Tragó después de masticar y dijo exaltado:
    —¡Estoy emocionado! ¡Ni he podido dormir de los nervios, profesor! ¡Ya quiero tocar el piano! —Alzó el utensilios al aire, este voló hacia atrás.

    Sin esperarlo me reí, cubrí mis labios al percatarme. Mi seriedad fue golpeada por su deslumbrante humor.

   Aclaré mi garganta, ninguno esperó que sucediera un disparate. Luego reímos de nuevo, más cómplices, más flojos. Aquello me ayudó a levantar mis inseguridades.

Bxllshit Botton ─ myg + jhsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora