—¿Qué es la música, Ho Seok?
Contemplé sus brillantes ojos puestos en mí, un rubor se extendió hacia mis mejillas y orejas.
No podía detener lo que mis dedos hacían con el bolígrafo, tampoco dejé de fijarme en sus labios rosáceos, con una humedad y un posible sabor dulce por el yogur que bebió hace unos momentos.
—Esta es una pregunta de exámen —añadí—. No hay quien no intente hacerte definirla, sea una definición de Academia o a tu libre interpretación.
—La música para mí... —Lo meditó—, es transmitir sentimientos, arte y una belleza auditiva.
»Si hablamos de definición de diccionario, creo que es una combinación de sonidos y tiempo, todo por el fin de crear. La música es mucho más, ¿no cree? La contemplamos a diario, todos los días, ¿qué seríamos sin ella?
Asentí. No era fácil intentar explicar lo que podría definirse como música, encasillarla o darle una forma ideal que ponga de acuerdo a los más críticos del tema.
Muchas culturas anteriores, le han dado usos diversos, ni siquiera sabemos cuando empezó a generarse la música. Al explicarle estas mismas palabras, se relamió, fue entonces que sentí un relámpago de nervios.Él apuntó rápido nuestra charla teórica, lo consideraba importante. Porque esto no era ser solo un pianista, los conocimientos eran armas, y Ho Seok era inteligente, entendía del tema.
Le hablé de melodía, ritmo y armonía. Conceptos y elementos cruciales que acompañaban a este arte. Su cuerpo se mantuvo estático, ninguna mosca le distrajo mientras sus dedos arropaban el lápiz y su sonrisa, actuaba como un excelente distractor.—A mí me gusta la melodía que evoca al enseñarme, profesor.
El maldito mordió su boca.
¿Lo dijo en voz alta sin darse cuenta?, ¿o fue una invitación a que lo mal interpretara?
Enarqué mis cejas, una parte de mí saltaba como un niñito en una cama elástica.
—Es que... —Continuó él—. Tiene una forma de hablar que me hace sentir tranquilo; sus enseñanzas son limpias y sinceras.
No supe que responder. Él me atacaba de una forma cálida e insensata. Tenía el valor de expresarse, sin cuestionarse cuan afectado me dejó y yo, cobarde, me limité a ponerme serio.
¿Cuan paralizado me hallaba qué se me atoró el habla?
—Al menos —suspiré—, has dado un buen ejemplo de melodía: Nuestra voz. El ser humano no puede recrear diferentes sonidos como para hacer armonía. El canto es una melodía que es acompañada por otros instrumentos que si puedan.
—¿Y si hacen beatbox?
Noté que sus pómulos se inflaron al darme su mejor sonrisa; sin esperarlo, él intenta hacer una fallida base. Escupió saliva e hizo ruidos que solo un niño reproduciría.
Carcajeé.
—Hasta un bebé podría marcar un mejor ritmo que tú.Le hablé del sonido, remarqué la diferencia con lo que se conocía como ruido. También del silencio, la ausencia de sonido.
Usé una hora para introduccirlo en lo básico, pasó tan rápido que pudimos sentarnos para hablar acerca del piano.
Aún me parecía pronto para que él tocara.
—Primero ejercitarás la posición —le instruí, él resopló pero acató sumiso lo que le mostré—. Este ejercicio no es solo para relajar tu cuerpo, también es para ayudarte a acostumbrarte a la técnica que mejor te sea cómoda. Es mentira que existe una, los pianistas también tenemos un estilo para tocar.
Enseñé mi postura, el cual estaba interiorizado y me propocionaba versatilidad a la hora de tocar, es decir, sin mirar mis manos, con un contacto visual en las partituras.
Le expliqué que mirara al frente y olvidara las notas por el momento. Mi mano corrigió sus muñecas y codos, proporcionaba de esa forma, la gestualidad clásica.
Su respiración contra mi mejilla, cuando él giró su rostro: alborotó mi imposibilidad. Me despertó cierta curiosidad desconocida y fogosa.
El ritmo de mis latidos eran negras que se transformaban en corcheas y semicorcheas. Fusas y semifusas. Tan rápidas que el tiempo de esta música, no podía seguirla ni repetirla. Era la primera vez desde mi última relación. Mis hormonas actuaron peor que una sinfonía.
¿Era eso posible? ¿Querer más de lo permitido? Como traspasar esa delgada línea de lo moral e innoral, que me obligó a hacerme a un lado y respirar el aire del ambientador.
Ho Seok tocó las cinco primeras notas musicales en orden, el peso de la gravedad hizo su trabajo, él inhaló, soltando el aire comprimido en sus pulmones.
—Lo estás haciendo bien —alenté—, si repites este ejercicio, podrás evitar mirar tus dedos cuando hagas los siguientes.
Tendré que hacer un ejercicio para mí también.
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Bxllshit Botton ─ myg + jhs
FanfictionMin Yoon Gi es un pianista reconocido, con diez años de carrera a sus espaldas. Su sueño era volverse el mejor a nivel nacional e internacional. Su madre en sus tiempos de novato, estaba muy enferma, así que el camino de su meta fue díficil, lleno d...