Capítulo 5: Kouan

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   El espacio podía dar sensación de soledad o de calma, pero, actualmente, para todos era angustia. Otros podría ser miedo, algunos de frustración. La verdad es que todos pensaron que Utsuro ya había muerto, y aunque no echaron la culpa a Gintoki y a sus compañeros los trataron con recelo.
   «Kouan», pensó Kagura mientras escuchaba a escondidas la conversación de Gintoki y Sakamato. Umibouzo se acercó a ella, ésta dio un salto de sorpresa y se separó de la puerta, su padre le dedicó una sonrisa y alzó la mano cuando vio que su hija iba a poner una excusa.
     —Entiendo de que estés curiosa, yo lo estaría en tu lugar —dijo su padre con voz sosegada.
     —En ese planeta, mamá no habría muerto, ¿verdad? —Kagura miró a su padre de soslayo —. Kamui me lo dijo.
     —No, habría seguido inmortal pero si se hubiese quedado allí no te habría conocido por ejemplo -respondió él con los ojos cerrados, rememorando el momento en el que Kouka decidió irse con él.
     —No fue tu culpa, mamá sabía lo que hacía -sonrió su hija, animada y le dio una palmadita en la espalda —. No te preocupes.
   Umibouzo volvió a sonreír pero no era eso por lo que se preocupaba, ya que había pasado. sino que le consternaba la idea de donde podría estar su hijo, si volvió a decidir de caminar solo y cometer más errores o esta vez todo le habría superado. Pero se relajó al sentir el abrazo de su hija y luego se fue, dejando que su padre estuviese solo mirando al espacio vacío de estrellas.

   Gintoki salió de la sala a los pocos minutos de que se marchase y se encontró al padre de Kagura, un tanto reflexivo. No quiso molestarle así que pasó por su lado sin decirle nada pero paró en seco cuando Umibouzo le habló —:
    —¿Desde cuándo estás con mi hija? —preguntó Umibouzo, mirándole de reojo.
      —No estamos realmente... —Umibouzo alzó sus cejas — bueno, es algo complicado.
      —Um, mientras que la protejas y no la hagas daño me vale.
   Gintoki le miró con curiosidad y Umibouzo le devolvió la mirada fijamente, luego se colocó su paraguas sobre el hombro.
      —Lo digo porque sino estarás muerto en menos de cinco segundos cuando me entere —dicho esto, se marchó dejando a Gintoki pensando en que familia se había metido.

   Gintoki fue al comedor y vio a Kagura y a Shinpachi hablando con Katsura. Él tenía la necesidad de hablar con ella pero se dio cuenta de que ella le estaba evitando todo el tiempo, en el momento que se sentó con la comida Kagura dio una excusa de que iba al baño porque le había sentado algo mal.
   Entonces a Gintoki se le había ocurrido una buena idea, la siguió intentando no hacer ruido o algo que la hiciese sospechar, vio que entro al baño y la esperó detrás de una esquina del pasillo para que no le viese. A los pocos minutos salió, y se fijó en que estaba nerviosa, moviendo los dedos de sus manos y secándose el sudor en su ropa, cuando ella pasó justamente por la esquina, Gintoki la agarró e hizo que la espalda de Kagura chocase contra la pared, puso un brazo al lado y un poco más alto de Kagura para ejercer más presión sobre ella.
      —¿Qué te pasa? —inquirió Gintoki, curioso.
      —Nada, nada —Kagura intentó moverse pero se quedó quieta cuando Gintoki acercó su rostro al de ella.
      —Mientes -Gintoki rozó su nariz con la de Kagura y ladeó un poco la cabeza, haciendo que los labios de él se quedasen a pocos centímetros de los de Kagura.
      —Gin-chan... me da vergüenza que nos vea mi padre —admitió Kagura, mientras le miraba los labios como una embobada.
   Gintoki se alejó un poco, primero estaba sonriendo pero luego se puso serio.
      —¿Tú eres tonta?
   Kagura le dio un puñetazo en la mano, haciendo que él se alejase más aún. Mientras que Gintoki ponía su mano sobre el brazo derecho y haciendo una mueca de dolor, Kagura le miró nerviosa.
      —No soy tonta, mi padre está siendo pesado, que es distinto.
      —¿Por qué?
      —Me ha estado dando consejos sobre mantener relaciones sexuales —respondió Kagura, apresurada. Gintoki se desternilló de la risa y ella le miró con enojo —. ¿Te hace gracia?
      —Ese viejo de tu padre cada vez me cae mejor —él se echó en el pasillo, dramáticamente, para reírse, exagerando aún más su risa y contagió su risa a Kagura.
   Gintoki consiguió calmarse y se levantó con la ayuda de ella, puso sus manos a los lados del rostro de Kagura e iba a besarla pero...
     —Gin-san —le llamó Shinpachi — Sakamoto-san te busca, y Katsura ya está con él. Parece importante.
   Gintoki emitió un sonido de disgusto mientras quitaba sus manos de la cara de Kagura y se alejaba de ella, a Kagura le latía tan rápido el corazón que parecía que iba a estallar en pedazos.
   Shinpachi acompañó a Gintoki mientras tanto.
      —¿De qué vais a hablar? —preguntó Shinpachi, mirando a la puerta, ceñudo.
      —Probablemente de que es lo que vamos a tener que buscar en Kouan.
      —¿Crees que Utsuro seguirá allí?
   Gintoki dudó pero a los segundos negó con la cabeza. No sería tan estúpido como para permanecer en un lugar como ese tanto tiempo. A Shinpachi no le dio más tiempo de hacer preguntas, ya que Gintoki ya había entrado a la sala y cerrando la puerta.
   «¿Por qué lo tendrán todo tan oculto?», pensó Shinpachi al irse por última vez dando un pequeño vistazo a la puerta.

      —Has tardado, Gintoki —protestó Katsura, recostado en una silla y mirándole con interés.
      —Calla, Zura —refunfuñó Gintoki. Se sentó en una silla y esperó a que Sakamoto hablase.
      —No soy Zura, sino Katsura —le dio una colleja leve a la cabeza de Gintoki.
      —Vaya par de tontos —susurró Sakamoto, dándose la vuelta para mirar a sus dos amigos.
      —Tú eres el más tonto aquí —le corrigió Katsura. Indicó a Elizabeth de que se sentase pero le ignoró.
   Sakamoto se encogió de hombros y sonrió animado.
     —Ve al grano —habló Gintoki, serio.
      —Umibouzo le dijo a Mutsu de que Utsuro busca algo en especial, algo que haría de que fuese posible para él no morir nunca —explicó Sakamoto, lentamente — aunque no tiene sentido si se mira por la parte de que a él le gustaría morir, pero teniendo en cuenta de que se quiere cargar a todo el mundo con él...
      —¿Un cristal de Altana? —preguntó Katsura, y sus compañeros se les quedó mirando —. ¿Qué pasa?
      —¿Quién te ha dicho eso? —habló Sakamato, muy interesado.
      —El propio Umibouzo cuando le pregunté —Katsura se encogió de hombros.
   Gintoki se quedó callado y ninguno de ellos hablaron por varios minutos hasta que Katsura se atrevió a hablar -:
      —Oye, Gintoki, ¿eres un lolicon?
   Gintoki le miró con desaprobación pero ignoró a responder. Se podía pensar mal de la relación, es más muchas personas ya habían pensado extraño de él varias veces de como se actuaba alrededor de Kagura pero a él no le importaba.
   Kagura le esperó fuera acompañada de Sadaharu, y observó que él era el primero que había salido.
      —¿Quieres que hagamos algo juntos? —preguntó Kagura mientras le daba la mano.
      —No sé que podríamos hacer —respondió Gintoki, sonriendo alegremente.
      —Entonces sígueme.

   Se metieron en la habitación donde iba a dormir Kagura, y ella le indicó que se sentase en la cama, Gintoki estaba dubitativo, no sabía que es lo que pretendía. Sin darse cuenta ella le dio un beso con deseo y Gintoki le siguió el beso con el mismo ritmo.
   Kagura se puso encima de él, haciendo que él se tumbase en la cama y Gintoki puso sus manos en la espalda de Kagura, atraiéndola más hacia él y sintió que el cuerpo de ella se tensaba un poco. De un momento a otro, Gintoki le estaba desabrochando los botones de la parte de arriba mientras que la seguía besando, introduciendo la lengua cada vez que se separaban para respirar.
      —¿Estás segura de esto? —preguntó Gintoki al separarse de ella dando grandes bocanadas de aire.
      —Llevo queriendo esto desde hace semanas —respondió Kagura mientras se quitaba la parte de arriba, haciendo que su pecho estuviese al descubierto. Gintoki los masajeó suavemente provocando unos pocos gemidos de Kagura.
   Gintoki giró para estar encima de ella, y esta vez ella le bajó los pantalones y tocó por encima de los calzoncillos y notó que él emitió un jadeo, así que cada vez Kagura le tocaba más rápido.    Gintoki no aguantó y se quitó los calzoncillos y el resto de su ropa, quedando completamente desnudo, tocó la parte íntima de Kagura por encima haciendo que ella arquease su espalda y cerrase los ojos, cuando vio que estaba lo suficientemente excitada probó con meter dos dedos lentamente, y ella soltó un gemido.
      —¿Te duele? —preguntó Gintoki.
      —No, Gin-chan, por favor, hazlo algo más rápido —pidió Kagura, jadeando.
   Gintoki no tardó en hacer caso ni un solo segundo y aumentó el ritmo, haciendo cada vez más los gemidos de ella más altos.
   Kagura, al estar a punto de llegar al clímax, le pidió que le metiese su miembro y él lo hizo, después de que le diese unos besos en el cuello y en la boca para calentarla más.
   A Kagura al principio le dolió la sensación de tener eso dentro suya pero luego sintió placer y sintió aún más cuando Gintoki jadeaba en alto y subía mas el ritmo.
   Cuando ya estaban a punto de llegar al clímax ambos dijeron —:
      —Te quiero.
   Sonrieron levemente y terminaron, Gintoki se tumbó al lado de Kagura y la abrazó mientras echaba la manta encima de ellos dos, Kagura sonrió y durmieron juntos.

   Shinpachi estaba jugando con Sadaharu con una pelotita mientras esperaba a sus amigos a que viniesen en la cena. «Necesitaran su espacio», pensó.
   Sadaharu ya había provocado unos problemas, algo pequeños, pero que a la gente le molestaba, como coger los platos de la comida de la gente, su obsesión de morder cabezas, saltar demasiado haciendo que más de uno se asuste y apenas estar relajado.
   Después de salir del coma hace tres años, Sadaharu fue más activo que nunca pero al menos su memoria no estuvo afectada.
   Shinpachi se alegraba de Gintoki y Kagura, ya se había dado cuenta más de una vez de algo extraño entre los dos y él hace dos años intentó juntarles poco a poco pero era prácticamente imposible, pero también añoraba estar con su hermana y su «materia oscura» de comida.

   Umibouzo pensaba en muchas cosas, sus sentimientos al volver a Kouan y preocuparse por su hijo Kamui. No le daba miedo el volver a Kouan después de lo que ocurrió, si no tristeza y desesperación por no haber salido las cosas como él quiso.


   Gintoki se despertó antes que Kagura, que dormía plácidamente al lado suya, y se levantó al quitar los brazos pesados de ella que estaban alrededor de su cuerpo.
   Estaba nervioso con algo de preocupación ya que hoy llegaban a Kouan después de dos días intensos de reflexiones inquietantes. Ya había visto el que era el hogar de Kagura y de su familia y ya había visto demasiadas cosas horribles, y por lo visto, Kouan incluso era peor.
   Kagura bostezó y abrió los ojos pesadamente, cuando se encontró con Gintoki mirándola con sus ojos llenos de amor.
      —¿Cómo te sientes? —preguntó Gintoki, acercándose a ella y se sentó en la cama esperando una respuesta de ella.
     —Mejor que nunca —respondió ella con una sonrisa amplia.
   Gintoki también sonrió, feliz por el simple hecho de haber estado con ella esa noche.
      —Gin-chan yo...
   Kagura fue interrumpida por unos cuantos toques en su puerta, se sobresaltó y se vistió rápidamente, al abrir la puerta vio a su padre con una mirada curiosa.
      —¿Has dormido bien? Se te ve agotada —habló su padre mientras daba vueltas con su mirada al cuarto de Kagura.
     —He dormido estupendamente —respondió Kagura en el mismo instante.
      —Um, ¿sabes dónde está ese tío?
      —¿Qué tío?
      —Pues quien va a ser, tu novio —contestó el padre de Kagura, entrando por su fuerza a la habitación. Para sorpresa de Kagura, Gintoki se había escondido en algún lugar.
      —Aquí no ha estado, papá.
   Umibouzo examinó a fondo el rostro de su hija, suspiró y cerró los ojos.
      —No mientas, Kagura.
   Kagura abrió la boca, exageradamente para protestar pero fueron interrumpidos por Shinpachi, que les llamaba a los dos, avisando que ya estaba el desayuno y que faltaba pocas horas para aterrizar en Kouan.
   Umibouzo salió sin decir nada, Shinpachi se les quedó observando con cautela pero a la vez interesado aunque no quiso molestar y se marchó acompañado de Sadaharu. Kagura sonrió avergonzada y Gintoki salió de debajo de las mantas.
   Kagura por un momento se le quedó observando, luego su frente se frunció.
      —Había mejores sitios para esconderse —repuso ella, mientras le lanzaba su ropa que había sido escondida bajo su cama.
   Gintoki cogió su ropa al vuelo y fue vistiéndose a la par que se reía de la situación bochornosa.
      —Tranquila, tu padre entendería perfectamente que he hecho el amor con su hija.
      —Eso si no te mata antes de que lo pueda entender —Kagura rodó los ojos y salió del cuarto.
   Poco después Gintoki también salió pero no sin antes recordar el bonito momento que mantuvo con ella por la noche.

   Kagura no paraba de comer, como era costumbre y Sadaharu robaba comida que se caía al suelo. Gintoki, sin embargo, no tenía mucha hambre puesto solo pensaba en llegar ya a ese planeta y saber con certeza de si Utsuro estaba allí.
   No era el único que estaba preocupado, tanto Katsura, Sakamoto y Umibouzo estaban tan consternados en sus pensamientos como él. Cada uno tenía sus motivos para hacerlo, y aunque pareciese que realmente eran los únicos, todos estaban preocupados a su manera.
   Pasaron las horas hasta que por fin, Kagura y Umibouzo miraron por el ventanal viendo aquel planeta de color rojo claro, a Kagura le dio un escalofrío, una sensación que ella misma no podía describir. Sin emabrgo, su padre estaba con la vista fija en el planeta, mientras descendían lentamente para observar.
   Gintoki estaba en lo cierto con los supuestos rumores que se habían escuchado, el planeta no tenía vida, no había plantas, ni animales, apenas edificios en ruinas y mucho menos personas.     Él sabía que había ocurrido una guerra hace muchísimos años y por eso ese mundo quedó destruido.
   El barco espacial aterrizó con sumo cuidado, y abrieron la compuerta grande. Umibouzo junto a su hija fueron los primeros en salir, Kagura estuvo curiosa y en alerta en todo momento. Le parecía demasiado tranquilo.
   Gintoki observó a su alrededor, como parecía todo un desierto. Shinpachi se quedó boquiabierto, le sorprendió bastante que el planeta estuviese en ese estado a pesar de que también había escuchado algún rumor anteriormente.
   Umibouzo fue el que lideró para guiar a Gintoki, Katsura, Mutsu, Shinpachi, a su hija y algunos hombres más.
   De repente, cuando Kagura había pasado por un terreno que parecía algo inestable salió algo gigante del suelo, emitiendo ruidos desgarradores para los oídos de las personas que estaban ahí. Por un momento no se dieron cuenta de que Kagura estaba sobre la cabeza de dicho monstruo hasta que Gintoki se fijó en ese detalle.
      —¡Kagura! —gritó Gintoki, mientras sacaba su espada de madera.
      —No hagas nada —le avisó Umibouzo, haciendo que la guardase de nuevo —. Solo quiere jugar con ella, o probablemente observarla.
      —¿Jugar con ella? ¿Nos estás diciendo que es un monstruo neutral? —preguntó Shinpachi, observando a la criatura algo más de cerca.
      —Esta criatura ya estaba cuando Kouka vivía aquí, ella «jugaba» con él mientras que ella le daba vida al planeta, o lo poco que le quedaba. Parece que tiene cierto interés en Kagura  —respondió Umibouzo, curioso.
   Umibouzo pensó que lo más probable es que la criatura pensase que era Kouka por un momento, por el gran parecido que tenían las dos. El monstruo bajó la cabeza con cuidado y depositó a Kagura en el suelo, luego se metió bajo tierra nuevamente.
      —Lo curioso es que solo haya salido una cabeza —dijo Umibouzo al rato de volver a caminar.
      —¿Hay más de una? —preguntó Katsura, asombrado e ilusionado.
      —Había en el momento en que Kouka estaba aquí, actualmente lo desconozco —respondió el padre de Kagura, observando de reojo a su hija.
   Kagura estaba demasiado confusa, no entendió nada de lo que pasó ahí pero empezó a entender porque probablemente decidió irse de ese planeta. No había vida. Lógicamente una persona normal no habría aguantado ni tres días allí.
   Gintoki apretó su mano con la de Kagura, dando apoyo y ella agradeció el gesto con una sonrisa radiante.
   Llegaron a un lugar que parecía una casa abandonada, no había apenas nada pero subieron algunas escaleras y Kagura se asombró al ver tantos libros en estanterías aunque estuviesen en pésimas condiciones. Umibouzo sonrió nostálgico al ver un kiseru apoyado en lo alto de una estantería y lo sostuvo entre sus manos, su hija se fijó en ello especialmente pero no preguntó.
      —Tenemos algo de prisa, Umibouzo —dijo Mutsu mientras miraba a sus alrededores.
      —Disculpadme —se disculpó. Metió el kiseru en un bolsillo y bajó las escaleras.
      —Papá, ven —le llamó Kagura, casi gritándole. Gintoki se percató ella se había alarmado de repente, miró hacia donde ella miraba y vio una flor blanca y roja.
      —Esa es la flor... —musitó el padre de ella al llegar y ver la flor.
      —La flor favorita de mamá —aclaró Kagura mirando a Gintoki y a Shinpachi —. Kamui estuvo aquí.
      —¿Estás diciendo que Kamui sigue a Utsuro? —inquirió Gintoki con recelo.
      —Lo dudo —Umibouzo se encogió de hombros — él no es tan estúpido como para hacer esas cosas y más si han jugado con el cuerpo de su madre haciéndole creer que ella estaba viva.
    —Yo pienso que lo más probable es que esté siguiendo a Utsuro para que vuelva a traer con vida a su madre —intervino Gintoki, hurgándose la nariz para sacarse un moco.
   Kagura sonrió, parecía alegre por un extraño motivo hasta que señaló por la ventana. Se veía a una persona con el mismo color de pelo que ella, caminando hacia aquel lugar abandonado y sin nada de vida, Kamui había visto a su hermana y a su padre y decidió acercase a ellos aunque dubitativo.
      —¿Por qué no se lo preguntamos a él mismo? —susurró Kagura, frunciendo el ceño.
   Ella sabía que Kamui nunca estaba por el labor de hablar demasiado pero también sabía que intentaría con todas sus fuerzas que él se uniese con ellos o al menos no molestar.


Esto es un aviso por parte mía en el que explico que básicamente no voy a poder escribir muy a menudo. Siento que los capítulos cada vez estén siendo mas cortos pero mi imaginación solo da para algunas cosillas y poco más.
Espero que os guste y nos vemos en el siguiente :)
EDIT: como digo aquí he tenido que editar el capítulo entero porque se ha subido como le ha dado la gana AJAJAJ. Un saludo.


(GinKagu) Tiempos de oscuridad |Terminada/en proceso de edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora