🍥La Senju Fracasada; Kakashi Hatake🍥

0.6 Los Amigos de la Senju Fracasada

Me encantaría decir que no tengo amigos, pero les mentiría y Kushina-neesan me mataría si mintiera.
Así que no soy la persona cool y solitaria con complejo de emo que suelen ser los Uchiha's. Tengo amigos, no muchos, con una mano puedo contarlos fácilmente (hasta me sobra un dedo); pero son los necesarios y en los únicos que confió (sin contar al viejo y otros más).

-Ey, ___-chan-. El grito de Gai venia de la copa de un gran arbol, elevar mi vista no fue necesario porque un chico de mi edad, con grandes cejas, cabello en corte de tazon y unas ajustadas mallas verdes, cayó frente a mí. Bueno, supongo que aterrizó.
Naruto se echo retrocedio y se escondió detrás de mí. Puse mi mano en su rubio cabello, tratando de transmitirle tranquilidad; aunque si yo fuera Naruto, habría huido desde hace rato.

-Buenos días, Gai-kun-. Salude con una pequeña sonrisa que me fue devuelta con mucho más brillo

-Hola, ___-chan ¿Vamos a comer dangos?-. Pregunto animadamente. Maito Gai había sido mi amigo desde los 5 años, cuando ambos tratamos de entrar a la academia poniendo aprueba nuestra fuerza física y de voluntad; obviamente, solo Gai fue aceptado. Eso no nos había privado de ser amigos, tal vez mi mejor amigo.

-Lo lamento, Gai-kun, pero Naruto-chan y yo tenemos cosas que hacer-. Respondí. Gai observo bien hasta fijar su mirada en la mitad del rostro de Naruto -¿Verdad, Naruto-chan?-. Moví a el rubio para que quedara frente a mi, Gai lo miro por unos segundos sorprendido y luego sonrió

-Sí, ___-neechan me acompañara a las pruebas para ingresar a la academia, dattebayo-. Respondió sonriendo con más confianza. Seguramente, para él era extraño que un shinobi, y más aun, un adulto le sonriera y se comportará amable como Gai. Solo el viejo Sarutobi, Teuchi, Ayame y yo misma, habíamos tratado a Naruto con verdadera amabilidad, respeto y cariño; viéndolo como es, un pequeño niño y no como el monstruo que creen que es.

-Pues entonces, mucha suerte, Naruto-kun. Esfuerzate y aprovecha la llama de la juventud-. Exclamó con su entusiasmo característico

-¿Usted es un shinobi, verdad?-. Pregunto Naruto con el brillo de ilusión en sus ojos.

-Así es, Naruto-kun. Soy un orgullo jounnin de Konoha. También soy conocido como "la bestia verde de la hoja"-. Le dijo y le mostró su brillante sonrisa

-Increible, quiero ser como usted, Gai-sensei, dattebayo-. Exclamó el niño feliz. Yo me sentí un poco solitaria. Un aura negra se cubrió al ser ignorada por aquellos dos

-Jaja, pues entonces tendrás que esforzarte y hacer que tu llama de la juventud brille con intensidad. Estaré encantado de enseñart.. Ya te has vuelto a deprimir, __-chan?-. Reparo en mi presencia el muy bastardo cejudo

-Con que se han acordado de mi, eh-.

-N-no te pongas así, ___-neechan. Vamos, llegaremos tarde-ttebayo-. Dijo Naruto tirando de mi mano y comenzando a alejarnos de Gai -Nos veremos luego Gai-sensei-. Se despidio agitando su mano, gesto que fue correspondido por el cejotas

-Adios, Naruto-kun, buena suerte-.

No me moleste en saludarlo, hmp, el tipo era un idiota...

-Comeremos más tarde, ___-chan-. Grito a lo lejos moviendo sus brazos de forma cómica

Y mi estúpido mejor amigo.

Llegamos a la academia justo a tiempo, había un montón de niños de la edad de Naruto presentes, la gran mayoría venia con sus padres o familiares. Tome la mano de Naruto y la apreté un poco.
Había una niña Hyuuga que miraba sonrojada hacia nosotros, su padre era Hyuuga Hiashi por lo que ella debía ser Hyuuga Hinata. Al encontrarme con la mirada del mayor, este me miro un poco sorprendido pero se repuso con una reverencia, yo la devolví con un leve inclinación de cabeza.
Había niños de casi todos los clanes, también pude ver a un niño Uchiha alado de Fugaku y Mikoto.
Era extraño pensar que esos niños tan pequeños comenzaran a entrenarse para ser armas al servicio de la aldea, dispuestos a matar o morir.
Esa era una de las pocas ventajas de no ser una kunoichi, yo era libre de esas presiones. Una libertad que los shinobi no tendrían nunca.