Primero llego la Luna , y la Luna vino acompañada de un momentaneo conflicto de la razon. Luego , poco a poco , fue haciendose consciente de lo que estaba pasando . Leve , vaga , muy vagamente pudo recordar al jinete negro invitandolo a beber de su sangre.
-Bebe - dijo con una voz profunda que penetro hasta lo mas profundo de su alma - este es nuestro pacto , por el dia yo te servire , y por la noche...
De subito , todo a su alrededor se tiño de grana y en su cerebro se agolparon marejadas de carne y sangre danzando grotescamente al compas de execrables llamas tambien de sangre . Entonces , empezo a vislumbrar extraños vellos surgiendo de sus poros que se dilataban dolorosamente . Sintio como si algun monstruoso ser lo tomara por los pies y por las manos , estirandolo hasta desancajar cada uno de sus huesos y vertebras e hinchandolo hasta hacerlo explotar en mil pedazos.
Un bestial aullido de agonia rasgo la noche, era un alarido agudo como el puñal de un cazador , y eterno y ardiente como el fuego del dia del juicio , flagelador de la conciencia. Pero no era de agonia , era de dolor si , pero placentero , lujurioso , gratificante. En un a simple y llana palabra , era el mal naciendo , no , naciendo no , transformandose , manifestandose en un crescendo voraz y devastador del hombre. Y finalmente , la pena se habia ido con el ser humano . Solamente estaba el gruñendo y babeando , sediento de sangre y hambriento de carne.
Sus perversos ojillos amarillos percibieron la blanca figura de un hombre penetrando en el interior de un edificio cuya puerta estaba custodiada por dos gigantescos angeles esculpidos en piedra. por un instante , algo lo detuvo , pero otra fuerza aun mas poderosa lo impulso a cruzar la calle . En un par de agiles saltos , entro en la construccion.
Alli , frente a el estaba la inmaculadamnete blanca silueta del sacerdote , arrodillado ante una divina cruz de bronce , dandole la espalda. Pudo sentir una corriente de algo sagrado y limpio que lo incomodo . Sin embargo , todo su ser vibraba y se revolvia en un mar de diabolicos impulsos que le erizaban cada uno de sus pelos de su ignominiosa naturaleza. Gruño ferozmente . El hombre se incorporo sobresaltado y al verlo , su cara se descompuso en una mueca de sobrecogedor terror y quedo paralizado de miedo. El mounstruo avanzo lentamente hasta estar a un paso de distancia . Se miraron , uno con la sanguinaria mirada del cazador avido de la presa y el otro con el gesto resignado de quien se sabe muerto de antemano.
Un hocico maloliente con decenas de colmillos babeantes y un par de afiladas garras acercandose a la garganta del hombre indicaron la vispera de la muerte.
- ¿ Ho... hominis? - alcanzo a balbucear el hombre en un quebrado Latin.
- ¡Lupus! - bramo el ultimo remanente humano del ser y una cabeza volo por los aires manchando el blanco habito con el escarata de la sangre.
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Con el diablo en el bolsillo ( y otros relatos) José Luis Rojas.
RandomUna grata lectura espera a quienes se adentren en Con el diablo en el bolsillo y otros relatos, pues descubrirán un mundo delirante y , a la vez , tan cercano a todos.