flor que lastima ; ky

ocho

El reflejo que aparecía en el espejo es la figura de Hendery, y a éste no le gustaba lo que veía. Llevaba más de media hora probandose unos cinco atuendos diferentes, pero ninguno lo convencía. Le envió a Lucas un par de fotos, y esperó el visto bueno de su amigo.

Lucas✊

El primer atuendo es horrible, Hen.

El segundo y tercero son pasables.

Y entre el cuarto y el quinto, me quedo...

con ninguno.

Mentira.

El quinto es el mejor👍

Hendery.

¡Gracias!

El pelinegro revisa la hora en su teléfono y se mira por última vez en el espejo. Sale de casa con rumbo a la cafetería, se sienta y espera a su instructor. A Hendery todavía le daba ciertos nervios al salir informalmente junto a su instructor, pero de verdad quería conocerlo más, y que su pequeña atracción vaya más allá que eso. Algo físico con sentimientos de por medio.

Siente que alguien toca su espalda y se voltea bruscamente encontrándose con unos ojos curiosos y una brillante sonrisa. Hendery le invita a sentarse a su lado, mientras el otro acepta con un asentimiento de cabeza.

—Estás aquí —afirma Hendery.

—Estoy aquí —le reafirma Chittaphon mientras una pequeña risita se escapa de sus labios. Hendery lo mira por unos instantes, vaya de verdad podía mirarlo tantas horas sin cansarse. La charla empieza algo tímida entre ambos, pero mientras transcurría la hora, su mesa se empezó a llenar de muchas tazas de café bebidas por ambos.

Chittaphon es un chico tan espectacular, Hendery se quedó maravillado con todas las historias que le contó el mayor.

Al momento de pagar la cuenta, Chittaphon se ofreció pero Hendery se negó, discutieron un rato y al final pagaron mitad y mitad cada uno.

La llegada de la noche los tomó por imprevisto y, admirando el hermoso cielo, caminaron juntos hasta la parada de autobuses.

Hendery, quien tenía ambas manos en sus bolsillos del pantalón, sintió como la mano de Chittaphon intentaba tomar la suya, a lo que accedió rápidamente. Con sus manos entrelazadas, el pelinegro pudo sentir cierta calidez en su mano y en su corazón. Miró de reojo a Chittaphon, y su perfil se veía tan hermoso bajo la luz de luna como única iluminación. Pasaron unos minutos y Hendery ve como un autobús venía demasiado lento por lo que se voltea y queda cara a cara con el mayor, quien desde hace rato ya lo estaba mirando.

Una débil sonrisa se escapa de sus labios y se acerca al otro. Chittaphon se queda inmóvil pero responde el beso tímido que le otorga Hendery. El sonido de la bocina del autobús los separa, Chittaphon se separa y sube rápidamente al vehículo y busca un asiento disponible, corre la cortina roja y se despide de Hendery moviendo su mano derecha muchas veces.