Savage •Y.M• [En Pausa]

🌴 C U A T R O 🌴

Seguramente muchos en la aldea le llamarían loco por estar montado encima de las ramas de un árbol mientras espiaba a los extranjeros. Pero vamos, eran extraños... No podía dejar desprotegida a su gente.

—¡JiMinnie!— escuchó como llamaban al rubio desde dentro de la pequeña choza para visitantes.

Ya tenía al menos unos tres días vigilando a los seis viajantes, y por lo que había averiguado sobre ellos es que eran de Inglaterra, el viaje fue idea del chico rubio más bajo de todos y que el pelirrojo no sobreviviría ni dos días en la selva, era muy escandaloso y sería presa fácil para un jaguar o una pantera.

—Pero Minnie~ Llevamos tres días arreglando la choza... ¡Quiero salir a investigar algo!— escuchó desde dentro.

Lo único que pudo oír como contestación fueron unos bajos murmullos que probablemente eran del chico rubio.

—Mejor voy a ver a tu padre, tal vez el si tenga algo listo para la investigación...

Después de eso el delgado chico salió de la choza que compartía con el rubio y tomo dirección a la plaza.

YoonGi estuvo tentado en seguirlo pero el movimiento en la parte trasera de la choza lo distrajo.

Con un poco de cautela escaló cuidadosamente por unos tres árboles más hasta lograr quedar en uno de los cercanos al riachuelo que corría por detrás de las chozas.

Observó cómo el chico rubio salía por la puerta trasera con una canasta mediana que contenía lo que parecía ser ropa.

Intentó ponerse más a la orilla de una de las ramas pero está, al apoyar su peso, se quebró haciendo que casi cayese al suelo desde esa gran altura. Afortunadamente pudo maniobrar bien su peso y volvió a la posición en la que se encontraba anteriormente, pero eso no evitó que un pequeño rubio escuchará el sonido de la rama quebrándose y automáticamente volteara hacia donde él se encontraba haciendo que tuviera que esconderse entre las verdes y frondosas hojas. Al parecer el rubio no se dio cuenta de su presencia ya que simplemente encogió los hombros y siguió su camino hacia el riachuelo.

Soltó el aire que inconscientemente estaba reteniendo al saberse descubierto y siguió su observación hacia los movimientos de su “invitado” que ya se encontraba sumergido en el agua hasta el nivel de las rodillas y avanzando un poco más tomó asiento en una de las rocas que tenían  en la orilla destinadas para el lavado de las prendas.

El sol estaba aún visible en el cielo, y eso sumado a esto reflejo cristalino del agua daban un efecto angelical a toda la anatomía del rubiesito. Desde sus dorados cabellos hasta su delicada figura, que gracias al agua, las prendas se pegaban a su pequeño y curvilíneo cuerpo.

Min era un guerrero fuerte, experimentado y bastante centrado. Pero tenía que ser tonto para no admirar la belleza natural del chico.

Y aún cuando sabía que debería ir tras el pelirrojo decido observar como JiMin lavaba su ropa...

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