Datsuzoku 🍥 ChanJoy • [ ちゃにょい ]

🍥 • s i e t e

🍥

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「あの」

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— ¡¿Qué se supone que significa esto?!

ChanYeol sintió como Joy se sobresaltó en su lugar y se bajó de la cama, casi a tropezones.

El alto apenas abrió un ojo, la luz del sol iluminaba cada rincón de la habitación de su novia y la molesta y odiosa voz de JongDae en la puerta le dejó más que claro que sus planes de fugarse antes de que salga el sol no fueron exitosos.

—  N-No es lo que parece. — Tartamudeó Joy.

— ¿No? ¡¿Entonces qué se supone que es?! — Interrogó JongDae, exaltado.

ChanYeol bostezó, adrede. Sintió la penetrante mirada de su profesor sobre su persona y se enderezó en la cama, el edredón se deslizó por su abdomen marcado y soltó una risa irónica.

— Se supone que los domingos estoy libre de ti.

JongDae se rascó el cuero cabelludo, exasperado.

— ChanYeol, hoy no me van a pagar por tener que tolerarte, asi que agradecería que no me dirigas la palabra, le hablaba a SooYoung, no a ti. — Le informó fastidiado, tomó un brazo de la única mujer en la habitación para que le prestara atención a él y no al torso desnudo del gigante. — SooYoung.

— ¿Eh? — Cuestionó, volviendo sus ojos al docente, la risa de ChanYeol se escuchó de fondo y aquello solo molestó más a JongDae. — Ah, no, no pasó nada. — Le dijo.

— Pues tu situación es muy comprometedora. — Le regañó el de ojos gatunos.

— Ya, está bien. — ChanYeol se interpuso entre ambos y empujó sin mucha fuerza a JongDae fuera de la habitación. — Te dejé hacer tu numerito, ahora lárgate. — Ordenó, sin diversión en la voz.

— ¡Hey! — Rechistó el profesor. — ¿Quién te crees que eres?

— Su novio, millonario, atractivo y el hijo de tu jefe. — Citó recargándose contra el marco de la puerta. — ¿Y tú?

— Iré a desayunar. — Anunció SooYoung, harta de oír la misma discusión de siempre. Salió de la habitación y se topó con su tío por el camino.

— Soo, te ves molesta hoy. — Afirmó el mayor. Tenía un corte estilo militar y gafas de pasta fina.

Ni siquiera tuvo que responder, se escuchó un estruendo tras ellos y su tío se apresuró escaleras arriba.

Se acomodó en la mesa de la cocina, el café ya estaba listo; se sirvió una taza y dejó dos más en la mesa: Una para ChanYeol y otra oara JongDae.

Se dedicó a mirar a la nada. Un "¡Muchachos! ¡Este no es un ring de boxeo!" se escuchó desde el piso de arriba y no pudo evitat rodar los ojos tras aquello.

ChanYeol nunca se quedaba hasta el amanecer.

Había adoptado esta extraña costumbre de colarse en su habitación para dormir con ella desde que había vuelto de su viaje en Japón. Ya había pasado un mes desde aquello y los planes para el viaje que haría junto al pelirrojo estaban hechos, los boletos comprados y tan sólo faltaba el término del año electivo para ir.

Escuchó pasos tras ella y rápidamente ChanYeol se acomodó en la silla contigua a la suya, ya con una camiseta negra.

La tomó de la mano y le sonrió mostrando todos los dientes.