Narrador
Sus mentes les hacía una mala jugada. "¿Le echo la culpa al destino? ¿O sería muy estúpido?" Se cuestionaba Marshall.
El novio de Justine, Wade, el causante del repentino enojo de Marshall y la confusión de Gumball era un chico de ojos azules, tez blanca y cabello rubio con flecos morochos despeinado. Un pircing de arito en el labio inferior, vestía una remera de algún equipo de basketball y una chaqueta roja con blanco en las mangas, jeans azules ajustados y converses rojas.
—Yo emm...tengo que ir a...ya saben, al baño.— Dijo Wade rápidamente haciendo señas con sus manos. Se enderezó y desapareció.
—Bueno...- Justine habló, algo extrañada.— acompáñenme, les mostraré la casa.
Justine guió a la pareja hasta la sala de estar. Había un sillón de felpudo rojo, una mesa ratona y un televisor. A su lado una pequeña estufa y una mesa redonda alta con un florero.
—¿No les molesta dormir aquí no? está el sillón y tengo un colchón inflable, aunque...supongo que querrán dormir los dos en el colchón...— Justine dijo pícara recibiendo un sonrojo de parte del azabache y del rosado.
—Pediré una pizza ¿les pare bien?— Restandole importancia a la opinión de los chicos, Justine ya estaba marcando a la pizzería.
(...)
—¡¿Que les parece la idea de ir a una de las discotrcas más famosos de New York?!— Soltó Justine emocionada.
La pareja se miró confusa.
Justine lo notó y procedió para explicar.
—Es un lugar donde va mucha gente a bailar...tomar...enrollarse, en fin, a pasarlo bien!— Justine levantó los brazos entusiasmada.
—Me parece genial.— Dijo el azabache cruzando sus brazos por detrás de su cabeza. —¿Que dices Gum Gum?— El rosado se sonrojó ante el apodo.
—Algo diferente, me gusta la idea.
*Ding Dong*
—¡La pizza!— Dijo emocionada ma castaña.
(...)
El grupo (incluyendo también a Wade) estaba sentado en el sillón de la sala de estar disfrutando de unos de los manjares más ricos y grasos de Estados Unidos.
Hasta que el rostro pálido de Marshall cambio a un color raro.
—¿Marshall? ¿Estas bien?— Gumball le preguntó al ex-vampiro, preocupado.
Marshall no tuvo tiempo de contestar ya que salió corriendo tapándose la boca hacia el baño.
Gumball miraba la caja de pizza que sólo le quedaban tres porciones.
—¿Eso es jamón?— Preguntó Gumball.
—Si ¿Por?— Dijo Justine con la boca llena de masa.
—Oh no.— Gumball se agarró la cabeza con sus dos manos.— por muy raro que suene, ¡Marshall es alérgico a este animal!
El principe corrió hasta el baño y se detuvo al escuchar un quejido proveniente del azabache.
—Marshall ¿como te sientes?
—Para la mierda.— Dijo dificultosamente Marshall.— Vayan a la fiesta, Jus esta muy emocionada, ve, no te preocupes por mi...ahg!— Y Gumball tuvo que sufrir uno de los peores sonidos...
(...)
—¡WUUUUUUUJUUUUU! ¡FIESTAAAAA!— Justine, ya pasada de copas, se restregaba junto a su novio, ya también pasado de alcohol.
Gumball sentado en la barra, tomando una de las bebidas con menos nivel de alcohol, agua.
Hasta el coctelero se sorprendió, usualmente le pedían hasta la bebida más cara y más peligrosa que casi ni necesita una botella de agua mineral.
Al rato, un Wade tambaleante hasta por los codos, se sentó junto a Gumball.
—Te...reto *hip* a un...concurso...el que *hip* tome más vasos de vodka, el perdedor hace lo que el ganador le diga.
Gumball obviamente no acep...
—Acepto.
Gumball aceptó ¡GUMBALL ACEPTÓ EL JODIDO RETO! Bueno, ya me calmo...
Pasaron unos minutos, esos minutos bastaron para que Gumball esté ya jodidamente borracho, hasta el punto de tener sus arterias cargadas de alcohol y alguna que otra droga agregada por Wade. Si, el muy maldito lo había drogado, pero solo quería divertirse...
—¿Cuantas has tomado?— Preguntó gritando Wade, la música estaba a tope en esa discoteca.
—¡Veinte! ¿Y tú?— Gumball ya sonrojado por el alcohol, gritaba.
—¡Veintiuno!— Wade alzó los brazos en victoria y miró con lujuria a Gumball.
Gumball resopló y Wade lo tomó del brazo y lo guió hasta el baño de hombres.
Este empezó a besar su cuello de una manera desesperada miéntras Gumball desconcertado sólo gemia, pero de repente paró. Se había desmayado.
—Joder.— Maldeció Wade, pero volvió a maldecir a un mas fuerte cuando notó que Gumball no respiraba.
(...)
—320...320...320...¡320!
Empujó con toda la fuerza del mundo aquella puerta de madera maldiciendo hasta el techo.
—¡TU! ¡HIJO DE PUTA! ¡CASI LO MATAS!— Un azabache apareció de repente en ese consultorio de cuatro paredes blancas.
Tomó del cuello de la camisa al rubio y lo acorraló contra la pared preparado para darle un puñetazo en la cara.
Gumball, por el alcohol introducido en su sangre y la no costumbre de beber este tipo de líquidos su cuerpo no aguantó más y dejó de funcionar.
Wade rápidamente llamó a la ambulancia y cargó en sus brazos a Gumball.
Subieron al pelirosa a una camilla y Wade entró en la camioneta maldiciéndose a si mismo.
Justine al notar la ausencia de su novio lo llamó al móvil y lo que este le dijo la dejó atónita. Llamó a Marshall y este le contestó sobresaltado.
—Te has querido aprovechar de su inocencia y lo has drogado hijo de puta, esto ya lo vi en sueños...— Marshall, con el cabello despeinado y los ojos hinchados de llorar, le lanzó un puñetazo al ojo izquierdo del rubio.
Wade y Marshall empezaron a golpearse importándoles poco y nada que estaban en un hospital.
Su discusión paró cuando escucharon un ruido escandaloso proveniente de otro de los mil y un aparatos a los que Gumball estaba conectado.
Tres enfermeras entraron a la habitación.
—¡Muchachos, necesito que se retiren de la sala inmediatamente¡— Dijo una de las enfermeras.
Marshall se sobresaltó.
—¡GUMBALL! ¡NO!— Un enfermero tuvo que sacar a la fuerza a un azabache lleno de lágrimas y furia.
Marshall escondía su cabeza entre sus dos piernas. Mientras sollozaba y recibía palmadas de cariño en su espalda por parte de Justine que acaba de llegar al hospital central de New York.
—No te vayas...no ahora...
***
¡NO ME MATEN!
No quiero hacerles spoiler, pero relajan las tits, Nadie muere...por ahora...¡quiero decir...! va, olvidenlo.
No odien a Wade, todavía no sabe lo que hace </3
Me despido, abrazotes y Besotes y...más abrazotes.
xoxo.
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Una historia más.
FantasyPodrán tener sus momentos, sus besos, sus caricias, sus noches de pasión, sus peleas, sus enfrentamientos, sus amigos, sus enemigos, pero, sin embargo, no deja de ser una historia más...¿o tal vez no? *** [Historia en edición constante] [No se preo...