Las siguientes semanas pasaron en un suspiro para Valentina, haciendo malabares entre su voluntariado en el centro comunitario y la planificación de la boda, no tenía un respiro para pensar en sus sentimientos.
Mientras su relación con Juliana se fortalecía, con Lucho en cambio peleaba día si y día también por cualquier tontería, no es que fuera algo sorprendente, pero últimamente tenía menos paciencia con él.
No le había contado que por las mañanas iba al centro, pues sentía que era lo único que podía controlar en su vida y no quería compartirlo con él. Pero la suerte no le duró demasiado cuando tras terminar su turno se encontró a Lucho enfrente de ella, mirándola como si no la conociera.
— ¿Lu..Lucho? ¿Qué haces aquí?
— Estaba harto de que me dieras largas siempre para quedar por las mañanas y te seguí. Ahora, la pregunta es ¿qué estás haciendo tu aquí con esta...gente? — Valentina se acercó hasta él, lo agarró del brazo y lo sacó del centro. No quería que los demás vieran lo que sería una más de sus muchas discusiones.
— He venido a ayudar.
— ¿Por qué?
— Porque sí, porque necesitan a gente que ayude y porque realmente me gusta hacerlo.
— No te creo, Valentina. Dime la verdad, ¿te estás viendo con algún chavo que trabaja aquí o qué?
— ¿Cómo? — Casi se echa a reír si no fuera porque sabía que Lucho estaba hablando totalmente en serio. — Deja de decir estupideces, por favor.
— Es que no lo entiendo, tu no perteneces a este mundo.
— Puede que no pertenezca pero por eso debo ayudar más.
— Pero tu deberías estar centrada en nuestra boda, mi mamá me llama todos los días preguntando si elegiste ya vestido y yo no sé qué contestarle porque no me dices nada.
— Dile a tu mamá que no se preocupe, ya tengo el vestido y todo. — Era mentira. No le había dado tiempo a ir a la prueba de vestidos el día anterior y ni siquiera había llamado para concertar otra cita.
— Y además está el tema de..
— Val, ¿todo bien? — Juliana les interrumpió con gesto preocupado. Valentina no pudo evitar tocarle el brazo para tranquilizarla.
— Si, está bien. Este es Lucho, mi prometido. — Señaló a su novio. — Lucho, ella es Juliana, mi amiga.
— Encantada. — Le dio un beso a Lucho y se separó enseguida. — ¿Os quedáis a comer? — Valentina iba a responder pero su novio se le adelantó.
— ¿Dónde? ¿aquí? — Preguntó con tal repulsión que a Valentina le dieron ganas de abofetearle.
— Lo siento, Juls, hemos quedado. Nos vemos mañana ¿si? — Juliana asintió sin dejar de mirarla en ningún momento como si supiera que algo no andaba bien.
Lucho tuvo la consideración de no decir nada hasta llegar al restaurante.
— Entonces ¿piensas seguir yendo a ese sitio?
— No sé por qué lo dices con ese tono como si fuera algo malo. Porque sí, pienso seguir yendo.
Estaba claro que su novio quería seguir hablando del tema, pero Valentina estaba harta, así que entró en el restaurante sin esperar su contestación. La sorpresa se la llevó al encontrarse allí con la mamá de Lucho, Teresa, que la esperaba sentada en una mesa reservada.
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The Soulmate Sequence | Juliantina
RomanceValentina está a punto de casarse con su novio de toda la vida Lucho, pero antes quiere estar completamente segura de que está tomando la decisión correcta, por lo que decide utilizar el aparato de 'Soulmater" para que le diga si Lucho es su alma ge...