Juliana no sabía muy bien cómo se había metido en aquel lío, bueno, en realidad sí lo sabía: no podía negarle nada a Valentina. Así que allí estaba ella, probándose el vestido de dama de honor mientras rezaba internamente que todo aquello se acabara lo más rápido posible.
El vestido era muy bonito, de color malva, con el cuello en V, de estilo griego que quedaba realmente bien. Por el tipo de tela y la tienda en la que estaban, Juliana sabía que ese vestido tenía que ser muy caro. Aunque sabiendo que la boda se haría en Acapulco, estaba claro que todo iba a ser más ostentoso de lo que ella estaba acostumbrada.
Valentina le había dicho que no se preocupara, que ella pagaba todos los gastos, incluido el viaje y la estancia en Acapulco. Al principio se había negado, pero Valentina le respondió que era su dama de honor y debía regalarle algo.
Todos esos pensamientos volaron de su mente en cuanto vio la mirada que le echó Valentina al salir del probador.
— Wow, estás...esto...te queda muy bien.— Siguió inspeccionándola y Juliana enarcó una ceja divertida, lo que provocó que Valentina desviara la mirada avergonzada.
Por reacciones como aquella, Juliana se sentía confusa. Muchas veces se le olvidaba que su amiga era hetero (¡y estaba a punto de casarse!) y pensaba que quizás podría haber algo más entre ellas. Pero luego se daba el golpe de realidad cuando recordaba que en menos de cuatro semanas su amiga estaría casándose con un hombre y ella estaría en primera fila viendo como todo pasaba intentando que no se le notara en la cara lo mucho que le dolería.
— Tendremos que meterle un poco el bajo. — Comentó una de las modistas que había a su lado y de la que ni siquiera se había dado cuenta que estaba allí hasta ese momento.
— ¿Vas a probarte tu vestido también?— Le preguntó a Valentina que seguía perdida en sus pensamientos.
— Si, ahora después. — Le respondió con tono cansado. A Juliana le seguía pareciendo raro que Valentina no mostrara ningún interés por la boda por lo que se propuso descubrir el por qué.
Después de que dejara su vestido a las modistas para que lo arreglaran y Valentina entrara al probador, le tocó el turno a ella de sentarse en el sillón y ver cómo desfilaba su amiga.
Juliana se quedó en blanco cuando la vio con el vestido de novia, parecía un ángel recién salido del cielo, sintió como se le erizaba la piel y se le aceleraba el pulso.
No era nada justo.
— Estás preciosa, Val. — Su amiga agachó la cabeza ante el cumplido. — ¿Podéis dejarnos un minuto? — Las modistas asintieron y las dejaron solas.
— ¿Qué te pasa? ¿No te gusta?
— No es eso, es una tontería en realidad.
Juliana se acercó y la tomó de la mano con delicadeza.
— Cuéntame qué es lo que ocurre.
— Es solo que...siempre había pensado que si algún día me casaba sería con el vestido de mi mamá.— Los ojos de Valentina brillaban intentando contener las lágrimas.
— Pero aún puedes utilizar su vestido, podemos pedirle a las modistas que lo arreglen y..
— No, este es el vestido que han elegido para mi, no puedo cambiarlo. En esta boda lo único de lo que estoy a cargo es de decir "sí, quiero" cuando llegue el momento.
Antes de que se derrumbara completamente, Juliana la abrazó. Odiaba verla así, no entendía como alguien podría dañar a un ser de luz como Valentina, que lo único que hacía era ser buena y amable con todo el mundo, Valentina se merecía lo mejor en esta vida.
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The Soulmate Sequence | Juliantina
RomanceValentina está a punto de casarse con su novio de toda la vida Lucho, pero antes quiere estar completamente segura de que está tomando la decisión correcta, por lo que decide utilizar el aparato de 'Soulmater" para que le diga si Lucho es su alma ge...