Capítulo 15

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En el momento que el de piel verde iba a detener el proyectil, una luz los cegó a todos, cuando ya pudieron volver a ver las máquinas no podían moverse, los aviones y la bomba atómica estaban en tierra.

En el aire estaba Cynthia, de ella emanaba una fuerte claridad verde, en su pelo había pequeñas flores multicolores, su vestido largo se movía como si una brisa constante la golpeará.

Su voz se sintió potente en la mente de todos.

— Paren esta locura. Soy la Madre Naturaleza, siempre he velado por ustedes, pero una vez más equivocaron el camino, cuando los cree no pensé que serían tan belicosos, solo piensan en matar a los demás, en destruir, en vez de construir, les di tantas herramientas para que lograrán llevar una vida tranquila, pero esa ansia de poder los corrompe. Muy a mi pesar está será la última vez que los salvaré de su estupidez, ya no intervendré más, como toda madre llega un momento en que debo dejarlos caminar solos, y el suyo es ahora.

Volteó hacia Majunia, por un momento ambos se miraron en silencio.

— ¿Estás seguro que deseas hacer este sacrificio? — preguntó la diosa.

— Sí, es la única forma que esto acabe — cerró los ojos, bajó los brazos y se quedó quieto.

— Que así sea entonces.

Nunca antes ni después se vio algo así, fue como si un tornado, fuego, hielo, truenos, relámpagos, todas las fuerzas de la naturaleza se hubieran unido. Con ese poder en sus manos la diosa atacó al demonio sobreviviente. Durante un rato todos quedaron cegados, cuando pudieron ver solo estaba la mujer en el aire, en el piso quedaron algunos fragmentos de la ropa del heredero del Rey.

— Ahora debo dejar el cuerpo de mi amada hija Cynthia, sino morirá, ella solo quería protegerlos, sacrificó todo por ayudarlos, y ustedes querían matarla. Espero que ahora que son "adultos" piensen bien las cosas antes de actuar.

El brillo fue desapareciendo y la muchacha quedó inconsciente en el suelo, agotada, daba la impresión que en cualquier momento podía morir.

Rafael llegó corriendo a su lado, le apuntó con una pistola, pero antes que pudiera apretar el gatillo una de las videntes le habló.

— ¿Qué haces? — le dijo Uranai Baba volando sobre su bola de cristal.

— Terminar con la última zorra de esos malditos jajaja — estaba riendo como un demente.

— Antes tendrás que vértelas conmigo — respondió seria la bruja.

— Y conmigo — Selene también apareció, ambas se pusieron como escudo para proteger a la jovencita.

Pronto muchas personas más las imitaron.

— Ella es la hija de la Madre Naturaleza, destruyó al último engendro del mal. No la tocarás — un joven puso la pistola en su frente — para llegar a ella primero tendrás que matarme.

En vista de la presión de la gran cantidad de personas que llegaron para proteger a Cynthia, y de los soldados que los apoyaban con las manos en sus armas, el hombre, a regañadientes se alejó, rápidamente llegó una ambulancia y se la llevó al hospital.

Cuatro meses después por fin la muchacha estaba restablecida, pasó en cuidados intensivos dos meses, el que su cuerpo hubiera contenido todo el poder de su madre, la naturaleza, casi la mató, pero gracias a su entrenamiento pudo sobrevivir.

El día que le dieron el alta, una periodista la pasó a buscar para llevarla a la casa de su abuela, era cuarentona, con algunos kilos de más en su cuerpo, morena con lentes, quien fue autorizada por ella para entrevistarla y escribir su historia, que detallaría lo que en realidad pasó en la Guerra contra los demonios.

La MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora