Capitulo 8:

665 27 0
                                    

I've fallen foryour eyes,but they don't know me yet...

Narra Harry

La emoción que sentía porque TN__ iría conmigo a The Queen, era inmensa, pero también estaba preocupado, sentía como que un yunque, de esos de las caricaturas de los cuarenta, descansara en mis hombros. No tenía idea de cómo ella reaccionaría, no quería que se apart de mi. La quería a mi lado. Me maldecía cada segundo por no haberle dicho desde en principio la verdad, soy un maldito mentiroso, esa frase retumbaba en mi cabeza, no estaba ni un poco alejada de la realidad, cabe decir. Tenía que declararme, claro estaba, tal vez luego de la canción-que me había pasado todas las noches vocalizando y puliendo mis líneas-, encontraría el momento adecuado para expresarle todos mis sentimientos y deseos.

Narra TN__.

Estaba muy contenta por haber descubierto que me gustaba Harry, eso yo ya lo sabía, pero más contenta estaba por descubrir que sentía mucho cariño hacia él, un poco más que el cariño de amigos. Anhelaba, que como decía James, no fuera yo solamente la que estaba así, sino que el sentimiento fuera mutuo.

Se acercaba la fecha, en la que por fin vería a Harry sobre el escenario, la semana transcurrió con normalidad, aunque como una niña de quinto grado trataba de ocultar mis sentimientos, en ningún momento me sentí incómoda, él era simplemente él y yo tan tonta, y simplemente no podía evitar ponerme nerviosa por cada roce de su piel con la mía. Harry actuaba normal, me abrazaba y bromeaba conmigo, como siempre, era yo la que se sonrojaba por todo.

Jueves, por la noche.

-¿Sabes que faltan dos días?-pregunté alegre, apoyada contra el mostrador, frente a él, sonriéndole, él me regaló una sonrisa radiante-no puedo esperar para verte sobre el escenario-.

-Yo tampoco-dejó la bandeja de acero inoxidable en el mostrador-espero que no te decepcione lo

que vayas a ver-dijo, negué con la cabeza-.

-Deja de menospreciarte a ti mismo-tomé sus manos, del otro lado del mostrador-voy a estar ahí-me sonrió-.

Viernes, Tres de la tarde.

Acababa de entregarle un frappé extragrande a una pareja de adolescentes, le puse mucho chantillí a propósito, sabía que disfrutarían, una vez yo también fui adolescente, miraba como se alejaban, viviendo con plenitud el amor de verano, cuando sentí unas huesudas y grandes manos apoyadas en mis caderas, sonreí.

-¿Es idea mía o ese frappé tenía demasiado chantillí?-preguntó susurrando, solté una risita-.

-No, no es idea tuya, créeme que disfrutarán el frappé, el chantillí y su cita-descaradamente subió sus manos a mi cintura y me abrazó por detrás, me acercó a él, sentí mi cuerpo tensarse, lo notó pero no se alejó, posó su cabeza en mi hombro-.

-Mañana promete que nada cambiará, que dejarás que te explique-dijo, deshice su abrazo y volteé a mirarlo-.

-Deja de hablar así, sabes que me asustas-me acorraló contra el mostrador, gracias al cielo, dejó un considerable espacio entre nuestros cuerpos-.

-Bien, te hablaré sin rodeos-pronunció decidido, frunció los labios, miró al piso y luego a mí, lo miré expectante, besó mi frente de la nada, me quedé helada, cerré los ojos ante el tacto de sus labios contra mi piel y aspiré su aroma, suave, atrayente, varonil. Suspiré-.

I threw a wish in the well, Don't ask me, I'll never tell I looked to you as it fell, And now you're in my way I'd trade my soul for a wish, Pennies and dimes for a kiss...

Cantó, Carly. Mi maldito celular sonando.

-Hola-contesté seca, al quitar mi celular del bolsillo derecho de mi pantalón negro de mezclilla, ni siquiera vi el número-.

La chefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora