{Part 3}

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Harry.

A mediados de marzo, una cálida mañana-al menos lo bastante para ser primavera-, en la que desperté con TN__ a mi lado, en mi departamento, supe que ese sería el día. Lo había estado organizando desde meses atrás. Gemma y mi madre habían ayudado de veras. Lo que no ayudaba era el clima. Quería que tuviera un lindo recuerdo de esto. Dar paseos por el Hide Park, era, en definitiva mucho más encantador en primavera que en invierno, aunque el clima era muy húmedo, habían de vez en cuando, días soleados.

Tenía preparada la guitarra, la letra y el lugar exacto. Gracias a las secretas clases de guitarra a cambio de comida, aprendí a tocar una melodía que tenía en la cabeza, desde meses atrás. Estaba feliz, tanto, que comencé a besar el rostro de la hermosa mujer que yacía desnuda a mi lado. Ella gruñó, cuando le quité la sabana, abrió por un momento los ojos, para volver a cerrarlos.

-Es sábado, Harry-bufó, intentando hacerse con un poco de la sábana que le había arrebatado-tengo frio-gimoteó-.

-Es un hermoso sábado, soleado, en Londres, con una temperatura de dieciocho grados con seis décimas, una mañana bastante primaveral-ella rió, pero tenía los ojos cerrados, y se arrimó a mi cuerpo, la abracé-.

-Ahora dime el informe del tráfico-pidió-.

-Eso te lo voy a deber, nena-besé su hombro-vamos, levántate. Downey quiere salir a pasear-gimió y rodó en la cama, se sentó-.

-Ya estoy despierta, espero que me hayas preparado el desayuno-pronunció quejumbrosa, se dirigió al baño-.

Diez minutos después, TN___ estaba como de costumbre preciosa: con los mismos jeans celestes de la noche anterior, uno de mis cárdigans negros, encima de una camiseta que le regaló Lorena por Navidad, con las siglas HCTS, que significaba: here comes the sun. Estaba radiante, con una sonrisa incrustada como diamantes en oro, en la cara. Su cabello, ahora a la altura de los hombros, suelto, sus ojos relucían.

-Hola, veo que el monstruito que te poseyó se fue por el drenaje-dije, pasándole una taza de café de vainilla-.

-Hola-saludó y se acercó a mí para darme el beso de los buenos días, que se prolongó casi hasta olvidar nuestros cafés-lamento haber sido tan...monstruosa, es que con la actividad de anoche, salir a bailar y todo lo demás, debes comprender que me sienta reacia a levantar mi trasero de la cama-reímos y ella olfateó el café, con los ojos cerrados, antes de largo sorbo, y placentero, por la expresión de su rostro-definitivamente haces el mejor café de vainilla del mundo-suspiró satisfecha-.

-Definitivamente, estoy muy enamorado de ti, nena-posó sus delicadas manos a cada lado de mi rostros-.

-Te amo, Harold-me dijo seria, pero con la sombra de una sonrisa en los labios, la abracé fuerte, por un momento y luego nos sentamos al fin a desayunar-.

****

-¡Uy! Galletitas de canela-exclamó Niall, en ropa interior, entrando a la cocina, cuando terminábamos de colocar los cubiertos en las estanterías. Sus bóxers con estampado de tréboles, y con el torso desnudo-.

-Hola a todos-saludó Lorena, llevaba tan solo una camiseta de Niall, que le llegaba a los muslos-.

-Hola, Lore-dijimos TN___ al unísono, ella nos sonrió y se dirigió a preparar café, seguida por TN___-.

-Hoy es el día-le dije en voz baja a Niall, él enarcó las cejas y sonrió-.

TN___.

-Vaya, veo que traes puesta la camiseta que te regalé-me dijo, Lorena cuando la seguí para buscar agua a la cocina-.

La chefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora