CHAPTER 15:

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Cause even when I dream of you, the sweetest dream will never do, I'd still miss you babe, and I don't want to miss a thing...

Había conseguido boletos para el 22 de diciembre, por la mañana, a las cinco y media, me iba a

costar horrores aguantar el sueño en el aeropuerto, pero aún así estaba todo listo para mi semana en Grecia. Una semana entera intentando huir de los sobrinos de Calisto-apuestos y ridículamente millonarios-que deseaban llevarme a la cama. Una semana entera de escuchar una y otra vez consejos para olvidar a alguien. Mi madre seguía preocupada por lo de Harry, primero, según ella, nuestra repentina relación y luego nuestra desastrosa ruptura, cuatro días después. Mamá había estado presente en ese tiempo, al menos la semana zombie. Ella notaba que yo seguía sufriendo, por eso en cada llamada me preguntaba "¿Estás bien?". Tengo que hacer la maleta, tengo que hacer la maleta, me repetía como un mantra, cuando me dirigía al departamento.

Dejaría a Lorena encargada de TB, mientras yo iba a pasar una Navidad en familia, con Marianne y su novio, Lionel/Zayn. Extrañamente, me sentía mejor, no sabía si se lo debía a Max, o a la época en sí, faltando unos días para Noche Buena. En mis planes estaba ir directo a hablar con Harry al regresar, pero no se lo había dicho a nadie, ni James, ni a las chicas.

Llegué al departamento temprano, relativamente. Eran las nueve y media, debía alimentar a mi perro y hacer las maletas de una vez, llevaría ropa de media estación, ya que en Creta no hacía mucho frío, según lo que me dijo mamá. Dejé en el sofá mi bolso y fui a alimentar a mi mascota.

-Downey-llamé, él se acercó moviendo el rabo, dejé su plato en el suelo y comenzó a comer, lentamente, me apoyé en el umbral del área de servicio y sonreí, recordé cuando Harry sacó a pasear a Downey, de seguro lo extrañaba-.

Quería perdonar de una vez a Harry, me di cuenta de que no podía estar alejada de él, pero de eso me había dado cuenta durante la primera semana. De lo que en realidad me había dado cuenta era de que una vida sin amor, sin ésa persona era un infierno, qué importaba si él no me había dicho la verdad, él quiso hacerlo. Y al fin lo comprendí, que él sí me quiso decir todo, pero que por caprichos del destino algo siempre nos interrumpía, hasta yo misma, esa noche que se echó a llorar en mi pecho, sonreí al recordar cómo y en qué habíamos terminado. Negué con la cabeza, lo extrañaba como el demonio. Tenía que hacer algo para saber que él me quería todavía, que él no me había olvidado, era necesario saber cómo estaba. Volví a sonreír, sabía exactamente como indirectamente estar en contacto con él.

Chiara.

Me fui a dormir con la idea de llamarla a la mañana siguiente, le invitaría un café, esa chica era un amor de persona, y yo actué mal la última vez que la vi, le debía una disculpa, esa sería mi excusa para saber algo de Harry. No quería recurrir a Lorena, ella intentaría protegerme, no me dejaría ver a Harry, estaba un poco enfadada con él, ella había visto demasiado, cómo lloraba, cómo rechazaba la comida de mi madre, cómo mi humor disminuyó, no me daría ninguna pista o información sobre mi amado.

[center]****

-¿Pasarás Navidad con tu madre en Grecia?-preguntó, asentí con la cabeza, frunció los labios-tenía pensado, no lo sé...-rió ¿Amargamente?-por algún motivo pensé que podríamos pasar la Noche Buena juntos-suspiró-.

-Max-alargué-no te pongas así-lo abracé-podemos...puedes ir conmigo a Grecia-susurré apoyada en la curva de su cuello, estábamos en una banca, en el parque cercano a TB, en el parque al que iba con Harry a pasear a Downey-¡Eso es!-exclamé, me separé de su abrazo-irás conmigo a Grecia, mi madre no tendrá problemas, así me ayudarás a mantener alejados a los locos sobrinos de mi padrastro-reímos, Max tomó mi mano-.

La chefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora