❝Khaleesi Jenner❞; Cameron Dallas

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Me encontraba en un restaurante bastante lujoso con Isabella comiendo mientras que ella veía algo en su celular. Por el rabillo del ojo pude ver a más paparazzis de los que ya habían y más fans con sus celulares en manos corriendo para no sé dónde, no le tomé importancia y seguí disfrutando de la deliciosa comida hasta que escuché a Isabella ahogar un grito.

– ¿Qué pasa? – le pregunté un poco asustada ya que no me lo esperaba.

Ella me miró nerviosa y se mordió el labio inferior.

– Cameron vendrá a este restaurante... – fue lo único que dijo cuando la puerta del restaurante se abre.

Abrí los ojos como platos y mi boca en "o" al ver quién había entrado. Isabella frunció el ceño y miró por encima de su hombro, luego me miró sorprendida. Los nervios se hicieron presentes, mis manos empezaban a sudar y mi respiración cada vez se hacía irregular, mi pecho subia y bajaba conforme con cada latido que mi corazón daba, estaba casi segura que Isabella podía escuchar los latidos de mi corazón.

– Khalee, cálmate. Respira inhala y exhala – habló Isabella sacándome de mis pensamientos y mi vista de donde se encontraba Cameron, haciendo que la mire.

– No puedo – dije con la voz temblerosa, sintiendo como los nervios se apoderaban de mí con cada segundo que pasaba.

Sentí una mirada en mí y automáticamente miré a donde estaba Cameron y era él que me estaba observando con esa mirada penetrante, me removí incómoda en el asiento y escuché a la rubia de mi mejor amiga reírse bajito así que la miré con una ceja levantada.

– Perdón. Pero disimula un poco de que su mirada te incomoda, Khalee – dijo divertida. Bufé y me llevé un bocado de comida de mala gana.

Por el rabillo de mi ojo vi que Cameron y su grupito pasaron a nuestro lado hasta que Taylor Hill paró en nuestra mesa. La miramos sonriendo y un poco confundidas.

– ¡Hola! Es un placer conocerte al fin, soy fan tuya – me dijo con una sonrisa estrechándome la mano. Con mucho gusto se la tomé.

– El placer es mio, me encanta como modelas y soy tu fan al igual – confesé con una sonrisa.

– No sabía que eras fan de Khaleesi – habló mi mejor amiga en un tono sorpresa.

Taylor se rió levemente mientras asentía con la cabeza.

– He estado fangirleando desde el momento que ví que Khaleesi regresó a LA. Y ahora mismo lo estoy pero por dentro – admitió riéndose.

Isabella y yo nos reímos con ella.

– ¿Nos podemos sentir aquí? – preguntó Taylor cuando se calmó.

Sentí mi corazón latir con fuerza y miré a Isabella nerviosa. Ella me dió una sonrisa traviesa y ya supe lo que iba hacer.

– ¡Pues claro! Aquí caben ustedes – dijo con esa sonrisa mientras me miraba. Después miró a Taylor.

Taylor asintió con la cabeza eufórica y se fue para la mesa donde se encontraban Cameron y las modelos vimos que Taylor nos señaló, luego miraron para acá.

– ¿¡Qué hiciste!? – le pregunté/susurré con los ojos como platos y con nerviosismo en mi voz.

Isabella miró para donde estaba Cameron. – Tenía que dar el paso que ninguno de ustedes dos iban hacer –

Abrí mi boca sorprendida, iba hablar cuando ella se me adelanta.

– Cállate, por ahí vienen – dijo casi saltando de la silla por la felicidad. Rodé los ojos.

– Ya estamos aquí – habló Taylor. Les sonreímos y se sentaron en las sillas que trajeron.

– Khaleesi, me encanta tu traje – dice una morena, sentada en el medio de Taylor y Cameron.

– Aww muchas gracias. A mi también me encanta el tuyo – nos sonreímos.

Luego de eso, llegó el mesero para tomar sus pedidos y se fue para donde creo que era la puerta para la cocina. Taylor empezó a contar anécdotas sobre su vida y cómo había empezado su vida en el mundo del modelaje. Al fin y al cabo, poco a poco mi nerviosismo se fue calmando cuando Cameron me empezó a hablar y con los segundos que pasaba más tiempo con ellos me iba acostumbrando. Pasamos la noche en el restaurante hablando de tonterías y riéndonos, cuando nos dimos cuenta éramos los únicos en el restaurante. Pagamos la cuenta y esperábamos afuera a lo que nuestros autos llegaran, hablamos un poco. Isabella y yo nos despedimos de ellos ya que mi auto había llegado, y nos fuimos para nuestra nueva casa.

Cuando llegué, me tomé un baño rápido, quité mi maquillaje. Me tiré a la cama cansada, hasta que poco a poco me fui quedando dormida.