뎌프료

1.8K 237 223
                                    

para mi suerte, luego de que aquél chico de gran afro, llamado ray, me auxiliara, me habían asignado un guía.

pero no cualquiera, no. nada más y nada menos que el inalcanzable frank iero.

¿por qué?

habían dos “¿por qué?”

pero primero respondería: ¿por qué inalcanzable?

resultaba ser, que frank era una imagen a seguir, el ejemplo de esa academia. siempre tan correcto, y entregado al gran señor.

la única persona que lo conocía, era bob, su mejor amigo. según lo que ray había dicho ellos siempre habían estado juntos.

ahora: ¿por qué frank debía ser mi guía?

eso era más fácil de responder, mi padre le había contado aberraciones de mí a la directora, y por mis nuevos compañeros, me enteré de que aparentemente me había descrito como un demonio.

que necesitaba ayuda. debía ser corregido antes de que el mal tomara toda mi alma.

creo que decir por qué habían elegido al avellana para ese trabajo estaba demás.

así que ahora estaba sentado en mi mesa, copiando una clase, de religión. las únicas clase que vería por el resto de los seis meses que debía pasar en esta prisión.

una monja nos explicaba el por qué el señor, había dado su vida por nosotros. y si llegaba a escuchar una palabra más yo también me quitaría la vida en ese mismo instante.

levanté mi mano, y pedí amablemente permiso para ir al baño, cosa que se me concedió.

así que me encaminé a los baños, los cuales ya conocía, pues prefería quedarme ahí a la hora de rezar.

lavé mi cara, con cuidado, y esperé unos minutos ahí dentro, no quería volver al aula.

al momento en que me digné a salir, pude ver a los demás estudiantes dirigirse al gran comedor del instituto, indicando la hora del almuerzo.

frank y yo debíamos comer en la misma mesa, e incluso compartir la misma habitación. cosa que no me molestaba, pero a él sí.

lo que más odiaba a la hora del almuerzo, era rezar y agradecer los alimentos que dios nos permitía comer.

pero luego de un par de horas, me encontraría en mi habitación, descansando.

y cuando frank saliera a rezar en la capilla y confesarse. yo aprovecharía para fumar un cigarrillo detrás de la escuela, sin ser descubierto.

habían pasado dos semanas desde que mi padre me había tirado en ese lugar, como si fuera a hacerme mejor persona entregarme a la religión, y ahora todo era una constante rutina.

esa madrugada, no pude dormir, y frank tampoco.

ʀᴜʟᴇᴢ ᶠʳᵉʳᵃʳᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora