퓨보

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─¿sucede algo?─ me giré, para ver a frank, e hice una mueca, vi el reloj de la mesa de noche, ma cual marcaba las cinco de la madrugada.

el avellana siempre parecía tener todo bajo control, pero se veía inquieto esa vez.

se dio la vuelta, dandome la espalda. entonces decidí levantarme de donde estaba y fui hacia él, sentándome en su cama.

─creo que es indebido...

─¿qué sucede, frankie?─ lo interrumpí.

se sonrojó abruptamente, para luego fruncir el ceño.

─gerard, no es apropiado que estés en mi cama─ murmuró, hablandome por primera vez de manera informal.

llevaba días, semanas, viendo a frank, él parecía siempre estar tan presionado que a veces creía que en cualquier momento explotaría.

─masturbarse ayuda a que las personas se relajen, ¿sabes?─ di unos golpecitos en su espalda, y antes de que pudiera decir algo, yo ya me hallaba enrollado entre mis sábanas.

solo faltaba una hora para que un nuevo día en el instituto comenzara, y durante esa hora solo pude pensar en frank.

tal vez se veía presionado a guardar apariencias, solo para tener una buena reputación, o enorgullecer a sus padres.

era algo parecido a mi situación, solo que yo jamás me dejé influenciar por la religión como él lo hizo.

frank fue el primero en pararse de su cama, e ir hacia el baño. yo tuve que fingir estar dormido, pero pude escuchar claramente los jadeos del avellana.

solté una risita que solo pude escuchar, y por la creciente erección en mi pijama, supe que el siguiente en tomar una ducha sería yo.

entonces luego de que mi guía y yo fuésemos a las respectivas clases, me salté la hora del almuerzo para ir nuevamente al jardín detrás de la escuela.

mi pierna se hallaba flexionada y apoyada sobre la pared, al igual que mi espalda. mis brazos cruzados sobre mi pecho y un cigarrillo entre mis labios.

cualquiera que me viera podría decir que era un chico peligroso, pero lo único peligroso en mí era lo que comenzaba a florecer en mi interior por frank.

porque luego de haber dormido, comido, convivido con él por un mes, habían ocasiones en las que su sonrisa, o su voz no salían de mi mente.

─no deberías estar aquí─ mi cuerpo dio un pequeño salto al escuchar esa ronca voz ─mucho menos fumando.

alcé una ceja, y él se cruzó de brazos.

si frank no fuera tan lindo, definitivamente lo odiaría.

─¿y tú que haces aquí?─ contraataqué, tirando la colilla de mi cigarrillo para luego pisarla.

─estoy encargado de regar el jardín trasero, así que te agradecería que recogieras esa colilla que acabas de arr...

no lo dejé terminar de hablar, porque cuando él menos lo esperaba ya se hallaba acorralado entre aquella pared, y mi cuerpo.

quería follarmelo.

ambos sabíamos que quería cogermelo en ese preciso instante. llevaba un mes sin tener sexo, y él solo me provocaba con esa linda boquita que tenía.

ese día me prometí que algún día frank sería mío.

ʀᴜʟᴇᴢ ᶠʳᵉʳᵃʳᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora