Llegamos a casa y saludé a mis padres y a Theo.
-‘Ey renacuajo, ¿qué tal el día?
-‘Bieeen’-Dijo eufórico. –‘Hay una chica muy guapa en mi clase’.
-‘¿Si? –Pregunté incrédula.
-‘Si, se llama Alexandra y baila muy bien’.
-‘Anda, cuanto me alegro’. –Dije alborotándole el pelo y me fui a la cocina donde estaban mis padres.
Al verme tan sonriente mi madre vino corriendo a darme un abrazo.
-‘Hija, ¿qué tal tu primer día?
-‘Bastante bien. Me he hecho amiga de una chica que va a mi clase. Un día la invito a casa y la conocéis. Es muy agradable.’
-‘Nos alegramos muchísimo cariño. Cuando quieras la invitas a comer’. –Dijo mi padre sonriendo.
‘Id sentándoos a la mesa que ya está la comida’. –Dijo mi madre que fue a llamar a mis hermanos.
Obedecí y aproveché para preguntarle a mi padre qué tal le había ido el día.
-'Pues bien hija, muy cansado, ya sabes.' -Dijo en un tono preocupado.
-'Va a salir todo bien papá.' -Le dije intentando convencerle.
Hace unos meses que le diagnosticaron cáncer de pulmón. De joven fumaba mucho y consiguió dejarlo, pero le ha traido consecuencias.
Hacia tiempo que le veía más triste y decaido. Ya no era el mismo de antes. Ya no tenía esa vitalidad que le caracterizaba y que hacía dudar de su edad. Poco a poco la enfermedad le iba envejeciendo un poco más, y eso a mí, me preocupaba.
La comida fue bastante amena ya que estuvimos hablando de nuestro primer día del curso.
Cuando terminé de comer, subí a mi cuarto a hacer los deberes.
Cuando por fin acabé, me tumbé en la cama y estuve hablando con Daniella por el móvil.
Estuvimos contandonos cosas personales y experiencias de la vida. Le conté la enfermedad por la que estaba pasando mi padre y me dijo que si necesitaba cualquier cosa, contase con ella. También le dije que tenía dos hermanos, y que mis padres habían dicho que podía venirse a casa cuando quisiera.
Seguimos hablando un buen rato y cuando me dí cuenta, eran ya las seis y media de la tarde.
Se me había pasado el tiempo volando.
-'¡Anna, baja a saludar a Louis!' -Gritó Adrien desde la planta inferior.
Vaya, se me había olvidado por completo. Por fin voy a conocer a ese tal Louis Tomlinson. Y los nervios se apoderaron de mí otra vez.
-'Ahora mismo bajo.' -Grité, y corrí hacia el espejo a mirar que aspecto tenía.
-'Bueno nena, no estás mal.' -Pensé y sonreí de medio lado.
Salí de mi cuarto y me apresuré a bajar las escaleras.