CAPÍTULO DIECISIETE:
Tony.
Freya llegó un poco tarde a la fiesta, aunque no fue algo que ella no había planeado. Ella no quería tener que esperar en la fila y tener que enfrentarse a Michelle y Sid. Tampoco quería recibir las miradas juzgadoras que Jal sin duda le dedicaría. Por lo que sí, Freya había llegado tarde porque así lo había planeado.
Ella había conseguido que el novio de su madre la alcanzara hasta el club. No porque fuera un largo viaje (y no lo era, estaba a sólo un bus de media hora), sino porque ya se sentía incapaz de salir sola sin sentirse completamente paranoica. Especialmente de noche. Una pequeña secuela de la noche en que rescataron a Effy, supuso ella.
Le tomó un poco más de tiempo de lo que esperaba el encontrar a sus amigos pero, eventualmente, se encontró con Maxxie y Chris.
— ¡Chicos!—, llamó cuando los vio, pero debido a la música alta ninguno de ellos le escucharon. Era cierto cuando decían que el club era el más ruidoso del oeste. Por lo que ella se las arregló para abrirse paso entre las personas y finalmente alcanzar al par de chicos.
—Oye, ¡mira quién está aquí!—, exclamó Maxxie cuando la pelirroja apareció a su lado y él pasó su brazo por sobre los hombros de la chica mientras comenzaban a saltar.
— ¡Rojita!—, gritó Chris en forma de saludo, aferrándose al otro lado de la chica y saltando junto con los otros dos.
Freya rió mientras saltaba con ellos, sin preocuparse porque algunos les miraban mal cuando les chocaban. ¿Qué les pasaba a estas personas? Habían venido al club para divertirse, ¿qué tenía de malo que saltaran en la pista de baile?
Cassie se acercó a ellos —. ¿Vieron a Tony?
—Hace un rato, pero lo perdimos—, respondió Chris.
— ¿Tony vino?—, inquirió Freya.
Cassie asintió, y sonrió a la chica —. Estábamos teniendo una cita.
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FIREBOMB: skins
Подростковая литератураPRIMERA GENERACIÓN DE SKINS.| no voy a proteger la masculinidad frágil de nadie.