Al igual que la primera vez que cruzó las puertas de Pledis Entertainment para hacer su entrevista de trabajo, Min creía que sufriría un ataque cardíaco en cualquier momento.
Cuando el día anterior finalmente se había quedado sola y se había tomado tiempo para pensar, no puedo evitar recordar el momento en el que Seungcheol cruzó toda la sala de la fiesta, con ella de la mano. Habían acordado mantenerlo en secreto hasta el momento propicio, pero ninguno de ellos se había acordado de aquel pequeño detalle.
Cuando cruzó la sala en dirección a su escritorio todo su cuerpo temblaba pero para su sorpresa, todo seguía como siempre. Nada parecía haber cambiado, no había miradas indiscretas o comentarios a sus espaldas. Todo parecía normal y aunque no era capaz de explicarse cómo aquello era posible, porque juraría que más de una persona había deparado en aquel gesto del moreno.
La morena trató de calmarse mientras alejaba ese detalle de su mente, ahora su principal preocupación debía ser que las interacciones de ambos pasasen desapercibidas para el resto del mundo. Pero ¿Cómo iba a ser capaz de fingir que no sentía nada por él? Cuando en realidad su mundo se tambaleaba por completo.
Min se quitó el abrigo y lo puso en su silla, tomando asiento después, recostándose con suavidad sobre el escritorio con la mirada absorta en el sticker que había pegado en su ordenador, con una pequeña cara de demonio dibujada en el.
La noche anterior apenas había podido dormir, se desplomó en su cama con la mirada perdida fija al techo. No podía creer todo lo que había pasado en su vida en cuestión de un día. Antes de acudir a la fiesta estaba absolutamente convencida que alejarse de Seungcheol era la mejor decisión que había podido tomar, pero cuando le tuvo frente a ella realmente, sus razonamientos se esfumaron, como una nube. Sus sentimientos tomaron el control hasta tal punto que había terminado acostándose con él, entregándole una parte de su alma que nunca volvería a recuperar.
Antes de la fiesta, desconocía por completo cuáles eran sus sentimientos, pero tras todo lo sucedido había podido darse cuenta de qué era todo aquel torrente que la recorría y sacudía por dentro.
Finalmente había descubierto que una parte de ella y no sabía cuan fuerte podía llegar a ser esa parte, estaba enamorada de él, de sus pequeñas bromas, de su competitividad, de su estúpida sonrisa, de sus bonitos ojos, de sus labios carnosos, de los lunares que decoraban su cuerpo, de los pequeños hoyuelos que aparecían en sus mejillas cada vez que sonreía.
Y la verdad es que no tenía ni la menor idea de como había ocurrido, pero poco a poco habían desarrollado un vínculo muy fuerte que tan solo ellos dos eran capaces de comprender.
El teléfono móvil vibró en la mano de la morena sacándola de sus pensamientos. La pantalla se encendió, mostrando la notificación de un mensaje de "Mr. Presumido". Min lo desbloqueó para leer el mensaje, y este tan solo contenía un pequeño corazón en el.
Una tierna sonrisa se extendió despacio por su rostro de la morena mientras se tapaba con las manos tratando de disimular, aunque el hecho de que estaba pataleando levemente lo hacía algo evidente.
— Min — La voz del vicepresidente la sobresaltó de tal manera que cuando esta se puso en pie con cara de susto este se echó a reír disimuladamente. — Prepara todo para la reunión de medio día.
— Si, claro. Lo tendré todo listo para las dos y media.
— Perfecto — Contestó este comenzando a caminar hacia su despacho. Pero entonces se paró poco después y se volvió hacia ella — Después de la reunión tienes la tarde libre, tengo que coger un avión así que no habrá más trabajo.
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Don't Fall In Love » Seventeen
Romance"Enamorarse no era la mejor opción, aunque quisieron resistirse, les fue imposible y para cuando pudieron darse cuenta sus mundos estaban sumidos en el caos." Puedes encontrar la segunda parte de la historia en mi perfil, llamada "Something Unexpect...