I N F I E L [Ereri]

H I P O C R I T A

No podía creer, de verdad estaba pasando esto, se despertó encontrándose en los brazos del esposo de su amiga, que es lo que había hecho.

Tenía marcas en todo su cuerpo desnudo, en el rostro del hombre había marcas de labial rojo y arañazos en su espalda como si la culpa de una gata se tratase.

Había compartido la cama con un hombre casado y no solo eso, con el esposo de su mejor amiga, los recuerdos golpean su consiencia mientras recorría su departamento, la ropa tirada la cerveza esparcida en su alfombra en medio de la fornicación en su propio sofá.

Se sentia sucio, por no haber podido detener aquel pecado en el que callo a profundidad, se había perdido en lo desesperado que están por ser tocado y deseado.

En medio del llanto llegó al baño y se encerró ahí arrepentido de su pecado más grande.

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El castaño se levantó perezoso viendo aquel desastre de cuarto, un horrible ardor en su espalda se presentó se vio en el espejo, su rostro grasoso por el labial sin limpiar, y las líneas dibujas por las uñas del azabache, cientos imágenes marcando de mil maneras a Levi, atacarlo como un predador a su presa.

Los labios rojos que besaban su rostro, el labial marcando lo, cuando el éxtasis de ambos llegó, las uñas de aquella delicada figura enterarse en su espalda.

Había sido una experiencia intensa, pero estaba mal, el estaba casado con una de las modelos más hermosas. Que había hecho.

Los sollozos de Levi fueron escuchados. El sufría. Estaba jodidos, como puedo ser tan idiota, debió controlarse. Pero no lo hizo.

Se trató de quitar el labial con algunos pañitos húmedos que encontro, ponerse su traje a la velocidad de la luz pero le fue imposible, Levi ya había salido.

- Levi... Yo...

- No necesito tu lastimado, Eren
Lo que paso ayer fue un error, esto será lo que haremos desde ahora...

Respirando algo contraído y tratando de sonar seguro el de tez blanca volvió la mirada a Eren.

- Irás a una tienda de regalos y comprarás todo lo que puedas. Le pedirás perdón a tú esposa y a tu suegro, serás cariñoso con ella y la mimaras como un buen esposo. Nuestra relación solo será de jefe y empleado nada más. Ninguna salida, nada de nada.

- Pero... Levi...

- Solo vete...

Después de aquello, Eren se fue, pero antes de retirarse, como un susurro del viento mencionó un pequeño pero doloroso «Lo siento...»

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Su relación cambio de un momento a otro de los mejores amigos a simples conocidos.

Pero ambos deseaban ser algo más, revivir aquella noche de nuevo, olvidar al mundo y ser ellos mismos.

Era algo que no podría hacer...

Tanta desesperación invadió al empresario que se desahogo con su propia esposa, la utilizaba como simple juguete de frustración al no poder estar con su querido.