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CAPÍTULO DOS, ❪didn't know the real me, i'm far from an angel!❫
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MAL ME MIRABA con preocupación mientras que agarraba mi mano, mi vista se fue a dirección de todos. Lo buscaba a él, pero no había rastro de su presencia en el salón.
—¿Qué pasó? —mi voz estaba ronca ante mi confusión y Jay y Carlos me ayudaron a ponerme de pie.
—No lo se, te íbamos a saludar pero tu mirada se perdió y luego caíste al suelo —contestó mi peliblanco amigo. Desvíe mi mirada y pude ver que Mal tenía los ojos llorosos, una sensación de culpa me invadió.
—Oh, Malsy... —la abracé con fuerza dándole mi cariño e intentando tranquilizarla. Ella no solía ser así de sensible, de verdad se había preocupado.
—Joder, no me vuelvas a asustar así, ¿oíste? —hizo una pausa hipeando un poco—. Te lo prohíbo, mierda, sentí que mi alma salió de mi cuerpo cuando te vi tendida en el suelo.
—Oh vamos Mal, estoy bien. Mírame —ella dirigió su mirada cristalina a mi y le lancé un beso.
—Te amo, E.
—Y yo a ti, M —tanto que tengo fantasías sexuales con tu novio.
Luego de esa empalagosa escena nos sentamos para hablar de tonterías, Ben apareció con su típica sonrisa roba suspiros. Maldita sonrisa, solo con ella mis bragas ya estaban empapadas. ¿Cómo es que puedo desear tanto a una persona?
—¿Dónde estabas Ben? Evie se desmayó. Te grité muchas veces y jamás apareciste.
Ben dirigió su mirada donde mi, recorriendo mi cuerpo completo con ella, jadeé por debajo cuando paró en mis pechos y luego volvió a mis ojos.
—¿Estás bien Ev's? —maldito descarado.
—Si, gracias por preguntar.
Solo sonreí para luego mirar a Harry, mi amigo pirata. Compañero de orgasmos, el único que lograba hacerme sentir un poco bien en la cama, el único que me ayudaba cuando tenía ganas de follar y no podía hacerlo con Ben.
Soy una descarada pero me da igual, lo deseo, deseo que me haga gemir y gritar su nombre mientras que salto sobre él y su polla. Que ésta entre y salga de mi. Lo necesito, lo necesito como al aire.
No pude más y salí de allí excusándome con un «No me siento bien, lo lamento». Subí a mi habitación a paso lento, no se como pero sentía la mirada de él en mi trasero y quería que disfrutara su morbosidad. Sabía que me deseaba aún cuando lo negara, aún cuando decía que no con su boca. Sus ojos deseosos por mirar mi cuerpo lo delataban.
Maldita sea ¡Benjamin cógeme!
Podría ponerme de rodillas para suplicarle que su puta polla esté en mi, ¿por qué lo hace todo tan difícil? Pero al mismo tiempo aprovecharía la estadía de estar arrodillada frente a él, no me daría vergüenza o pena probar con mi boca su pene, me gustaría sentir esa sensación de ser ahogada por una polla así de grande. La imagen de él en bóxer no se va de mi mente, joder... se veía tan, tan grande.
No me había dado cuenta cuando estaba ya en mi habitación acostada en mi suave cama. Mis piernas estaban semi abiertas, pasé mis manos por mis muslos, quería placer, pero sería una sin vergüenza si me tocaba cuando todos estaban abajo. Además necesito un miembro, no dedos.
—¿Evie? —me acomodé con rapidez en la cama poniendo una almohada sobre mis piernas.
—¿Si?, pasa Ben.
El chico de hermosos ojos verdes entró sonriente, cerró la puerta detrás de él mirándome atento.
—¿Estas bien, Ev's?
No joder, no lo estoy. Necesito que me folles, que me jodas, hazme gritar.
—Claro Benyboo.
Mi voz inocente salió con un poco de coquetería, exactamente lo que quería. Él me miró levantando una ceja, fue entonces que no pude más y solté todo.
—Deja de mirarme así, porque si no me vas a follar no me sirve de nada.
Me miró con sorpresa y perplejo, sus gestos me hicieron carcajear, pero sus pupilas se dilataron.
—Ev... Evie, ¿de qué hablas?
—Ay Benjamin... mi bello Benjamin —suspiré pesadamente—. ¿Qué no entiendes que quiero que me folles? Mierda, quiero tu puta polla para mi.
Se sentía demasiado bien decir la verdad.
—Estas loca, de verdad.
Sus facciones eran duras, me levanté dejando ver mis piernas desnudas, mi falda estaba algo subida, esta vez era real, no era un puto sueño. Y yo iba a tener ese pene en mi, eso lo digo yo.
—¿Loca? Claro Benjamin, estoy totalmente loca porque quiero que mi mejor amigo y novio de mi mejor amiga me coge sin piedad, porque deseo que me hagas gritar tu nombre. Pero algo hay más claro... yo soy loca, pero tú eres un idiota.
Cuando estuve frente a él, llevé mi mano atrás de su nuca para acariciar su cabello, lo cual lo hizo estremecerse y tragar duro. Sonreí con superioridad.
—¿Qué le pasó a mi niña tierna? A mi pequeño ángel —joder, su voz estaba demasiado ronca. Podía sentir como mis flujos comenzaban a deslizarse por mis piernas.
—Puede que siga ahí, solo que se canso de masturbarse pensado en el imbécil que no la sabe aprovechar. O quizá esa niña jamás existió —mi voz era muy sensual, con la única meta de excitarlo más—. No conocías a mi verdadera yo, Benjamin. Estoy lejos de ser un ángel.
Agitaba, así me encontraba, jodidamente agitada, la excitacion y la adrenalina recorrían mi cuerpo completo, el cual ahora mismo estaba cayendo a la cama, reaccioné cuando lo tuve sobre mi arrancando mi blusa, dejando ver mi brassier de encaje negro.
Espero que esta vez no sea producto de mi imaginación, aunque...
—Ah... ¡Ben! —jadeé, mis pechos estaban siendo masajeados por el culpable de mis sueños húmedos.
—Cállate maldita sea, cállate.
Me besó, sus labios se convirtieron en mi nueva adición con solo rozar los míos, se sentía bien todo eso.
—Quítate la ropa ahora, zorra.
Uff, su lenguaje vulgar me llevó al extremo. Me levanté alejándolo de mi para luego empezar a quitar prenda por prenda.
