Le habían advertido cientos de miles de veces que dejara los chicles, que se hacía daño. Pero simplemente no podía evitarlo; si quieren llámenla adicta.
Y sí, lo soy; hasta Yoorin lo admitía.
Al día mascaba al menos una caja de chicles entera, siempre llevaba una en el bolsillo de su chaqueta. En clases, el baño, saliendo a caminar... allí estaba mascando su chicle. El único momento en que no lo hacía era cuando comía comida de verdad, pues ni modo que mascara ambas cosas, iugh.
Yoorin era muy conocida en su escuela por ser callada y problemática, pero sobretodo egoísta. ¿Un chicle? Jamás te lo iba a invitar, no.
Lo mío es mío, y lo tuyo si me lo enseñas y me gusta te lo quito.
Esa era su mentalidad y no pensaba corregirla.
Ese día estaban en plena clase de matemáticas, tan aburrida como siempre. El maestro tenía una vena enorme en si frente, no paraba de escuchar el aplastar de la tapita del lapicero y el mascar del chicle de Yoorin. Igual nada podía hacer, la chica no obedecía y era algo a lo que los maestros se acostumbraron.
Yoorin ni escribía, simplemente se centraba en su chicle y en que la campana tocara pronto para poder irse. Claro, hasta que sintió un toqueteo en su hombro.
-Hey, tú -oyó un murmullo y se giró a ver a Kai-. ¿Me regalas un chicle?
La clase entera hasta el profesor soltaron un sonidito de asombro.
-¿Qué? -preguntó él sin comprender.
-Se ve que eres nuevo -respondió Yoorin-. No te daré nada, lo mío es mío y lo tuyo si me lo enseñas y me gusta te lo quito -bufó-. Si quieres un chicle cómpratelo tú.
Esa fue la última palabra que pronunció Yoorin antes de darse media vuelta, tomar sus cosas y retirarse antes de siquiera sonar el timbre.
Días después estaban en plena clase de Historia, Yoorin comenzó a sentir sueño. Hasta pensó que era mejor parar de mascar porque se podía atorar, mas retiró la idea de su mente al ver una notita caer frente a su rostro.
"¿Me regalas un chicle? Vamos, que ya vi que tienes muchos :D"
Al instante volteó a ver a Kai.
-¿Cómo...?
-Tu mochila -señaló el objeto y Yoorin lo vio abierto.
Tenía tanto sueño que ni se percató que la dejó abierta.
-Hay una caja entera, vamos, solo uno -pidió juntando sus manos y haciendo un pequeño puchero.
-Eh, no -y se volvió contra la pizarra.
-Ten, Kai, yo te regalo uno -oyó a sus espaldas a Umji murmurar.
-Oh, gracias -y esa fue la voz de Kai.
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ႦυႦႦʅҽɠυɱ - ԋυҽɳιɳɠƙαι
FanfictionYoorin era muy conocida en su escuela por ser callada y problemática, pero sobretodo egoísta. ¿Un chicle? Jamás te lo iba a invitar, no. "Lo mío es mío, y lo tuyo si me lo enseñas y me gusta te lo quito". Esa era su mentalidad y no pensaba corregir...