Los jóvenes se hallaban comiendo en silencio el delicioso festín; Beomgyu y Seyeon porque en sus casas no acostumbraban a hablar durante las comidas, y Yeonjun y Kai porque nadie más lo hacía. Yoorin por su parte ni siquiera comía con más compañía que la de ella misma, así que no sabía muy bien qué hacer.
Miró por debajo de sus pestañas a sus compañeros y al mayor. Ciertamente solo se escuchaban sus respiraciones y el sonido de los cubiertos chocando con los platos, pero aún así lucían cómodos, no como ella.
Mordió su labio inferior, bajando la mirada. Sin duda el ambiente era cálido y temía estarlo arruinando. Tal vez ni siquiera debió ir.
Pero es que... quiero cambiar.
Era porque quería cambiar, solo eso ¿cierto? Recordó a Kai besar su mejilla minutos atrás y el color se extendió a todo su rostro. Se quedó quieta sin saber cómo reaccionar a los repentinamente acelerados latidos de su corazón.
-¿Yoorin?
La mencionada saltó en su sitio. Todos a su alrededor lo notaron y Yeonjun soltó una risa por lo alto; Kai intentó reprimir la suya. Seyeon solo sonrió suavemente y Beomgyu ladeó la cabeza en confusión. Yoorin se encogió.
-¿Q-qué ocurre?
-Estás rojita -continuó el mayor-, ¿te sientes bien?
Yoorin quería que la tierra la tragase. Miró por debajo de sus pestañas a Kai, suplicando en silencio su ayuda para salir de esa incómoda situación.
El menor lo notó y rió, no pudiendo contenerse más. Yoorin le pateó bajo la mesa, inflando sus mejillas para evitar así soltarle un insulto. Yeonjun los veía divertido con la situación.
-Ya terminé -intervino Seyeon mirando a Yeonjun, siendo su salvadora esta vez-. ¿Puedo ayudar en algo?
El mayor negó.
-No es necesario.
-Lavaremos los platos y recogeremos la mesa-dijo Beomgyu.
Yeonjun lo pensó un poco antes de asentir.
-Bueno, si insisten -se encogió de hombros, poniéndose en pie con una sonrisa ladina-. Menos trabajo para mí. Yoorin, Kai, ¿pueden ayudarlos llevando los platos? Claro, si ya terminaron.
La rubia se dio cuenta de que era la última que faltaba, así que apresuró el paso metiéndose casi la mitad del plato de porrazo. Kai volvió a reír, Yoorin se veía graciosa con sus mejillas completamente llenas.
-Grrcis -trató de agradecer por la comida con la boca cerrada. Yeonjun rió, asintiendo.
-No hay de qué. Iré a comprar a la bodega algunas frituras, no demoro -miró al menor de todos-. Y no hagan ningún desastre o tu mamá y mi mamá me matarán, gracias.
(...)
-Tus mangas... se están mojando -habló Yoorin, señalando la prenda de Seyeon. La chica había venido con un lindo suéter amarillo pastel. No era experta en el color, pero sí sabía que el que ella utilizaba por lo general lograba llamar la atención. Y le quedaba muy bonito como para que lo mojase-. ¿Te ayudo?
La chica asintió efusivamente, emocionada de que se le estaba presentando la oportunidad de hacer una amiga.
Yoorin dobló sus propias mangas y se encargó ella de la vajilla sucia restante. No le costó mucho, pues desde hacía mucho tiempo había aprendido a atenderse a sí misma, por lo que encontró un ritmo de limpiar los platos eficientemente y sin tardar mucho.
Mientras intentaba hallar un tema de conversación, Seyeon miró de reojo a Kai, que conversaba con Yeonjun. Había notado que usaba lentes ahora.
Se ve igual a aquel entonces.
ESTÁS LEYENDO
ႦυႦႦʅҽɠυɱ - ԋυҽɳιɳɠƙαι
FanfictionYoorin era muy conocida en su escuela por ser callada y problemática, pero sobretodo egoísta. ¿Un chicle? Jamás te lo iba a invitar, no. "Lo mío es mío, y lo tuyo si me lo enseñas y me gusta te lo quito". Esa era su mentalidad y no pensaba corregir...