Capítulo 5: La desaparición que cambio todo

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A la mañana siguiente, la familia se levanto y fue a desayunar a la posada, la señora que los atendía era bastante servicial y le gustaba hablar con la familia un rato a pesar de que su jefe la regañaba, al terminar el desayuno, la familia salió para encontrarse con los insurgentes

- Vaya al fin despiertan- dice García riéndose un poco

- Lo siento, pero el viaje nos traía de malas- dice Doña Toñita

- No hay problema, vamos que tenemos mucho que visitar- dice José

- Pues vamos, que si nos quedamos aquí estaremos como chicharrón prensado, así que andando- dice Puma bromeando

Comenzaron a ver la ciudad, los paisajes que rodeaban la costa, la comida que se preparaba, a Leo le comenzó a recordar de nuevo a sus amigos aunque siempre le dio curiosidad que porque los alebrijes tenían esa forma si estaban muertos, al llegar al puerto los viajeros ven la forma de que se siente el lugar, la estructura de madera craqueaba cada vez que pisaban, el mar golpeaba las patas del muelle y a veces los asustaba, en una vista rápida García vio un anillo de plata entre las vigas

- Miren esto- levanta el pequeño anillo

- ¿De quien es?- pregunta José

- Se ve un nombre y una fecha de nacimiento, se lo regalaron cuando nació o en algún evento- responde García

- Es de hombre, se nota por la forma del anillo- dice Zubieta

- ¿Por qué aparecería en este lugar?- cuestiona Doña Toñita

- Porque a ese joven se lo llevo la doncella- se escucha una voz rasposa que hace que todos volteen

- ¿Era de un joven?- el viejo asiente

- Se lo llevo debido a que su supuesta novia lo maltrataba y lo ponía en ridículo con la ciudad- relata el señor agarrando el anillo de plata y se lo guarda en su chamarra

- Entonces la doncella se lo llevó- dice Zubieta

- Al igual que a su sobrino, si no me equivoco- Leo ve que Zubieta asiente triste- Lo siento mucho se que quería adoptarlo- dice el señor

- No importa, quisiera saber porque se los lleva si no va a devolverle a su prometido- dice Puma un poco escéptico

- Porque quiere estar segura que quien los va a encontrar sea alguien que los cuide- dice Zubieta

- Y puede ser que haya una víctima más- dice el señor mirando a Nando

- ¿ A que se refiere?- pregunta Doña Toñita

- Esos golpes son de maltrato y abuso por parte de alguien- dice agarrando los brazos de Nando dejando ver los golpes en sus brazos

- No ella busca víctimas no a personas que no supieron hacer el trabajo- dice Nando nervioso alejando sus brazos

- Cuídate y no te acerques al puerto esta noche, es luna llena y ella esta en estos lugares apareciéndose como cualquier otra persona menos la que es y te va a llevar- se comienza a ir el señor- Yo se lo que te digo, no te acerques esta noche o no volverás a ver a tu familia ni podrás regresar a donde vives- termina la oración y se retira a ver a los mercaderes

Todos se miran unos a otros y se da un silencio bastante incomodo, Nando es el mas sorprendido no sabe ni siquiera que decir

- Hermano, por favor no te acerques al puerto- le dice Leo

- Creerme ni lo voy a intentar- dice Nando asustado

- Bueno vamos a continuar- dice José

Al caer la noche se despiden para continuar en la mañana, antes de irse Zubieta detiene a Leo

- Ahora si me podrás ayudar- dice el ex general

- Lo siento, pero yo ya no lo haré, no se como hacerlo sin las habilidades que tenia- dice el menor entre llorando- Perdón en serio

La abuela y el mayor vieron con tristeza al menor que se metió a la posada llorando, ambos igualmente se meten y dos se quedan dormidos, Nando preocupado por su hermano decide salir olvidado la advertencia del señor para buscar a alguien que lo ayudara.

En un punto del camino vio el muelle y oyó gritos de una mujer, al ver mas de cerca, ve que a una mujer indígena la estan asaltando, Nando se acerca y ayuda a la mujer a recuperar sus pertenencias

- Gracias jovencito- dice la mujer- ¿Tú estas bien?-

- Si no se alarme-  Nando contesta feliz de haber ayudado a alguien- Con su permiso debo retirarme

- ¿Que te sucedió en los brazos?- Nando no contesta- Estas en confianza- le dice la mujer con voz cálida

- Me los hicieron en la milicia, cuando antes estaba- la mujer le da la seña para que continúe-  Unos soldados me los hacían porque yo no hacia bien mi trabajo y también me...- Nando no sabe si continuar o no

- Abusaron de ti- Nando asiente y se agarra un poco su estómago - No te preocupes ya nadie podrá hacerte daño

-  ¿A que se refiere?- dice confundido el mayor

Le agarra la mejilla y Nando comienza a sentir sueño, de repente cae dormido, la mujer comienza a cantar y se transforma en la doncella, cubre a Nando con su velo haciendo que  sonría

- Te llevare a un lugar donde el dolor ni la pena existen- al terminar de decir eso, ambos desaparecieron dejando en el lugar el camafeo de Nando en el piso del muelle

A la mañana siguiente, Leo se despertó mucho más tranquilo que la noche anterior al no ver a su hermano no se alarmo a veces solía despertar antes, la abuela despertó igualmente, ambos bajaron a desayunar y al ver que no estaba el mayor, los dos se alarmaron y salieron de la posada,

- ¿Dónde estará? - dice Doña Toñita

- Hay que buscar en todos los lugares a donde fuimos abue- dice Leo

Ambos buscaron en todos lados menos en el muelle, al final fueron al puerto y preguntaron si lo habían visto, pero nada

- ¿Crees que se haya ido al muelle?- niega la señora

- No, Nando no iría ni en defensa propia- Doña Toñita se preocupa

- Vamos de todos modos, no hay nada que perder abuelita- la tranquiliza el menor

Ambos van al muelle y al ver que tampoco estaba se alarman más, Leo voltea a ver hacia la estructura de madera y deslumbra algo brillante, al acercarse ve que es el camafeo con la foto de su padre

- Abue, este es de Nando- dice Leo muy asustado

- Esta ahí debido a que tu hermano se lo han llevado- dice el señor

- No puede ser- dice Doña Toñita

Leo se aleja y ve hacia el mar ahora lo sabia debía encontrar al sobrino de Zubieta, a varios jóvenes que desaparecieron antes y ahora debía hallar a su propio hermano, ve por ultima vez hacia atrás para ver la ciudad y ahora veía hacia el mar y las zonas montañosas

- ¿En que piensas hijito?- dice Doña Toñita

- En que ahora mi hermano esta perdido, y también se que a pesar de que ya no puedo ver a mis amigos se que debo enfrentarme a esto solo- dice Leo, al intentarse meter el camafeo este cae sin que el joven o la abuela se den cuenta

El viejo lo agarra lo ve y se lo mete en la bolsa sonriendo




La leyenda de La doncella del Muelle de San BlassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora