Capitulo 11: La libertad y el amor

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Narra Leo

De repente otros brazos se hicieron presentes en mi espalda, me asusté pero una voz me tranquilizó

-Ya has estado sin mi desde hace unos días- voltee y vi a mi hermano quien sonreía

-¿Estoy alucinando?- el me niega y hasta se ríe

Volteamos a ver al mar para observar a muchos jóvenes salir, Nando se acerco al mar y ayudo a dos jóvenes a salir, uno de pelo negro y moreno, el otro rubio y blanco, ambos me voltearon a ver.

-El es mi hermano Leo

-Soy Gabriel, es un placer conocerte

-Yo soy Josue- vi al señor y a su hijo acercarse a Josue quien los abrazó

-¡Gabriel!- grito Zubieta al ver a su sobrino

-Tío- fue y lo abrazó- No me dejes otra vez

-No mi niño no ya no- Zubieta lloraba pero le daba seguridad a su sobrino quien también lloraba- Ya no soy tu tío luchare porque sea tu padre

-Tu fuiste mi padre desde que nací- Ambos se abrazaron

Nando me miró y sonrió, todos tenían ropa diferente a la que traían el día que desaparecieron, Nando ya no traía su paliacate y no tenia esas feas marcas en sus brazos, estaba mas fornido y su pelo mas corto, todos estaban en una impresionante paz y estaban bien.

Voltee al mar y vi a los fantasmas en el medio, Yareni y Marileo agarrados de las manos mientras que Aquetzali y Acóatl observaban con orgullo a los jóvenes, ambos se denotaban quien era quien, Aquetzali era un poco serio como alebrije como también se le veía una gran inteligencia al contrario de Acóatl quien era mas activo y pacifico como Evaristo, seguían siendo ellos ahora con su verdadero cuerpo, ambos se acercaron a mi

-Gracias- les dije- Ustedes me dieron mucho y yo solo un poco

-No Leo nos diste nuestra libertad eterna- dice Aquetzali

-Si niño gracias por ayudarnos si no fuera por ti aun seguiríamos siendo alebrijes sin sentido

-Y prisioneros de la ignorancia como decías tu

-¿A que te refieres Evaristo?- me voltea a ver un tanto extrañado- Digo Acóatl

-Cuando aparecí en Guanajuato unos señores pensaban que tendría poderes así que me hacían respirar un humo color blanco y perdía cordura según para sacar mi verdadero ser, lo dejaban de hacer cuando una familia muy buena me acogió aun así me lo hacían respirar

-¿De donde salía ese humo?- pregunta Aquetzali

-De una planta color verde oscuro

Eso explica muchas cosas, en Puebla las llamamos plantas de golpe, las cuales hacen que te den en la conciencia de una manera horrible, suelen aparecer cosas que no son o haces cosas de las cuales te arrepientes, a veces suelen usar esas plantas para secuestrar a la gente, en el caso de Evaristo es controlar su cabeza para que hable lento.

-Vaya- digo finalmente- Bueno al menos ahora están libres

-Gracias a ti- dice Acóatl- Todos los fantasmas que has salvado te lo agradecen

-Aquetzali, Acóatl- grito Amellali

-Nos vemos Leo- ambos me abrazaron

-Nos vemos- los 2 tocaron el agua y se fueron con su familia

Nando y mi abue me abrazaron, yo quería a ambos y ahora los tenía, mire a los demás jóvenes, al fin estaban en casa

-Chamaco- Garcia le dio a mi hermano su camafeo- El viejo loco lo tenía

La leyenda de La doncella del Muelle de San BlassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora