Capítulo 2: La nueva misión

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Puebla 1812

La ciudad esta en calma, la mañana esta a punto de llegar, en una panadería cerca del centro, dos jóvenes dormían, al entrar la luz por la ventana, el mayor se levantó y se fue a la ducha.

Al terminar de ducharse, entró a la habitación para despertar al menor

-Leo despierta- le dice el mayor moviendo un poco al menor quien no se mueve- Leonardo- el menor solo gruño- ¡Victor Leonardo San Juan ya despierta!

El menor le da una patada al mayor en el pecho, este se cae y se levanta medio aturdido a la reacción de Leo

-¡Dios mio!- grita Leo, ve que el mayor esta tirado ligeramente mareado- Nando ¿Que te paso?

-No te vuelvo a enseñar a pelear, estar en la milicia me enseño mucho, bueno menos a defenderme de las patadas de mi familia - dice bromeando el mayor

-Lo siento, es de nuevo mis pesadillas- dice el menor sentándose en la cama

-No hay problema, hermano - Dijo Nando intentando levantarse- Oye hay que bajar, la abuela nos esta esperando para desayunar- se para y se sacude la ropa

-Si esta bien- le contesta el menor, se levanta y busca su ropa, ve que su hermano tiene golpes, mejor dicho rasguños y cortadas en sus antebrazos - ¿Y eso?- el mayor se queda quieto, y se tapa con sus manos.

- No son nada- el menor frunce el ceño- Me los hice cargando unas cosas en la milicia

El menor no se convence, pero el mayor decide retirarse antes de que el menor le siguiera preguntando, Leo se quedo confundido, al igual que triste, unas heridas si bien cicatrizadas nunca fueron expuestas por su hermano. 

- Leo baja tenemos visitas- Leo se levanto, se dio una ducha y se vistió al bajar las escaleras pensaba en sus amigos, más en esa chica pelinegra, con ojos cafés y tez morena, esos pensamientos lo sacaron cuando escucho una voz muy familiar

-Chámaco- al ver quien era, supo que era el soldado del ejercito insurgente

-García- dice el mayor

-Vaya te acuerdas de tu ex enemigo pero no de tu ex superior- dice un señor maduro acercándose a la puerta

-Zubieta- dice Leo contento de ver a sus amigos insurgentes

-Me da mucho gusto verlo de nuevo mi superior- dice el mayor

-¿Que los trae por aquí?- dice doña Toñita un poco apurada

-Vinimos a invitar a los chicos a un paseo por San Blas, Nayarit para despejar un poco la mente- dice García

Leo esperaba un comentario gracioso de su hermano pero solo dibujo una pequeña sonrisa en su cara ligeramente agotada, la noche anterior llego muy tarde de la calle, casi no durmió y ya no era tan animado como antes, solía hacer comentarios chistosos mientras trabajaban en la panadería o iban por cosas al mercado, pero solo eso, ya no más bromas, ya no más comentarios fuera de lugar y por supuesto ya no salía con nadie, sus amigos se dejaron de juntar con él, pero fue por el mismo Nando. 

-Estaría bien, al fin podríamos estar bien- dice la abuela

-Y Leo olvidaría un poco a sus amigos- los generales no le entienden a Nando pero asienten

Sus amigos, hace dos años que no los ve, los conoció cuando tenia 10 años ahora tenia 15 perdió la habilidad después de la pelea con el Charro Negro, ahora no tenia a esos alebrijes que lo acompañaban a todos lados, ese viejo gruñón, la chica fresa y su amada, Nando le da un codazo ligero para que su hermano regrese

La leyenda de La doncella del Muelle de San BlassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora