El Cipitío (también llamado Cipitio, Cipitillo, Cipito, Juan o Tzipitío), llamado originalmente Cipit, es un personaje de leyenda en Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México. Proviene de una historia religiosa de la época precolombina, narrando su árbol genealógico y los motivos por los cuales fue castigado junto a su madre. Tiene vestimenta y costumbres sumamente peculiares, se le atribuye una diversidad de habilidades, facultades y poderes sobrenaturales que, sin perjuicio de nadie, usa para divertirse.
El personaje es parte importante de la cultura salvadoreña, tomando lugar como icono de los vestigios ancestrales del país. Autores y guionistas han retomado la figura en sus obras; además, ha sido de inspiración para el rodaje de una serie televisiva que trata problemas culturales y sociales salvadoreños desde la perspectiva de la leyenda del Cipitío.
La historia del Cipitío
Nació de la relación que tuvo su madre Ziguet (Sihuet) -la que ahora es la conocida Siguanaba- con el dios Lucero de la Mañana, traicionando al dios Sol. Es por eso que el dios de dioses, Teotl condenó tanto a la madre como al hijo. A la madre la degradó de su categoría de diosa Luna a mujer errante y al niño le condenó a nunca crecer, y conservarse por siempre en la edad de diez años.
Durante siglos, Cipit fue el dios de las relaciones prohibidas y adúlteras, en la actualidad es un ícono de la cultura salvadoreña donde es representado como un niño alegre y que vaga errante.
El Cipitío es un ser propio del folklore salvadoreño, guatemalteco, hondureño, nicaragüense y mexicano. La leyenda ha evolucionado de generación en generación, adaptando muchos de los elementos de la misma para no perder vigencia; aunque en el fondo, conserva la esencia ancestral. El nombre viene del nahuat, Cipit, que significa niño, de donde se deforma la palabra "Cipote" utilizada para nombrar a los infantes en El Salvador. O también proviene del náhuatl, tzipitl, que significa'niño desmedrado'.
Aspecto físico (descripción)
El Cipitio es hijo de dioses, pero su aspecto es el de un niño de bajas condiciones sociales y económicas. Se ve manifiesta su condición de niño, con una enorme barriga y con el poder de teletransportarse. Viste ropa de manta blanca, caites (sandalias) y un sombrero de palma puntiagudo y de grandes alas.
Por otro lado, al igual que el Boraro, el Cipitío tiene una deformación en los pies, teniéndolos al revés; y por ello causando confusiones por donde camina. Los campesinos intentan seguir sus huellas, perdiéndose puesto que, dada la deformación física, estos siguen el camino de manera errónea, yendo al lado contrario al correcto.
Costumbres
Frecuenta los trapiches de las moliendas de caña, le gusta comer y bañarse con cenizas, también gusta de frecuentar ríos y es un eterno enamorado de las muchachas a las que constantemente les espía, silba, o arroja piedrecitas y flores. Su alimentación está basada en cenizas y guineos. Además la mitología cuscatleca lo ubica en la región de San Vicente, aunque puede teletransportarse con facilidad.
Carácter
Aunque no es ofensivo, es hostigoso. Generalmente hace bromas con las cuales se burla de las personas, carcajeándose sonoramente. De igual manera, se ha escuchado mencionar en la lengua salvadoreña que cuando una chica es objeto de su hostigamiento, la solución para alejarlo es comer en el baño, frente a la taza de un inodoro; esto debido a que se supone que él siente asco fácilmente con los malos hábitos de las personas; por lo que se supone que ésta es la solución más efectiva cuando una mujer está siendo objeto de sus hostigamientos.
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Leyendas populares de terror
HorrorEn el mundo existen una gran variedad de países, culturas, tradiciones y costumbres. Algunas son fantásticas y atractivas, mientras que otras pueden o son brotescas, ridículas o exageradas. También sus monumentos, edificios, calles y el recurso natu...