04

1.4K 115 10
                                    

Supuse que todo acabaría con un «Buenas noches, descansa» pero me volví a equivocar.

Cuando dejamos de abrazarnos y sequé tus lágrimas, te acompañé a tu habitación para asegurarme de que intentarías dormir.

Estábamos ahí, frente a tu puerta. Te deseé buenas noches y me dispuse a irme a mi habitación, cuando siento que tu pequeña mano fría cogió la mía rápidamente.

Me pediste que me quedara contigo, para dormirte.

Me sonrojé, me puse nervioso. Dormir contigo era algo que no llegué a imaginar ni en mis sueños más eróticos.

Pero acepté, quería que descansaras.

Noté una ligera sonrisa de tu parte. Fuiste a ducharte, mientras yo admiraba el orden de tu habitación y sentía tu característico y hermoso olor impregnado en todas partes.

Cuando volviste, tan solo cubierta por una toalla negra, pude notar cómo mi corazón comenzó a latir mucho más rápido de lo normal.

Te cambiaste dentro del baño pero la puerta estaba entreabierta. Y aunque me avergüence admitirlo, no pude evitar mirarte.

¡Pero te juro que no vi nada más allá de tus preciosas curvas!

Te acostaste a mi lado, tu cuerpo buscaba calor, buscaba protección.

Sin decirte nada te abracé y besé tu frente, al parecer no te molestó porque después de eso te uniste más a mí.

Una de tus piernas se colocó entre las mías, y un escalofrío recorrió toda mi columna cuando sentí tu respiración en mi cuello.

Dormir contigo fue la experiencia más bonita del mundo, aunque estaba aterrado.

Y Natasha, quiero que recuerdes que
cuando estés deprimida, cuando estés arruinada;
No te dejes, no te des por vencida.
Yo nunca te dejaré ir.

Atte; Steve

«I won't let you go» Romanogers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora