Tentando al Felino » [YugBam]

9

Enormes ojeras decoraban su fino rostro. En definitiva odiaba los problemas. No pudo evitar éste por obvias razones. Su amigo corría un enorme peligro.

Las noches constantes de desvelo dieron fruto. Tras mover ciertas piezas en su rompecabezas y de realizar varias llamadas, pudo dar con el paradero del menor.

Único obstáculo, esa mierda de mansión está bien custodiada. Sobre todo ahora que mantienen cautivo al Omega.

Iría solo. Eso era seguro. Más informo sobre lo que sabía a JinYoung, si no volvía debían llamar a las autoridades.

Momento perfecto para sacar su lado salvaje. Se preguntaba cuan oxidado estaría. Yacía mucho que no robaba.

—Eso es todo. Partiré mañana por la mañana.

—Sigo negando me, es muy peligroso Bammie.

—Estaré bien, recuerda que soy el fabuloso Double B —sonrió al nombrar su viejo apodo.

Su vida en las calles era algo digno de contar. Un secreto para muchos, ya que sobrevivir como un Omega híbrido no es cosa fácil, y algo digno de admirar para otros. Quizás más adelante podamos saber al respecto.

☆

Como esperaba, muchos alfas perfectamente capacitados. Se movió con sigilo entre el bosque. A lo lejos BamBam miraba todo.

No era estúpido para ir sin un plan. Pasó días observando los movimientos de cada ser vivo que entraba y salía de aquel lugar. Había aprendido todo al derecho y al revés. Como nada es perfecto, un hueco yacía entre los horarios de rotación. Perfecto para su entrada a la habitación de objetivo.

Miró su reloj por última vez para sonreír con malicia.

Su corazón bombeaba acelerado, la adrenalina le encantaba. Extrañaba de alguna manera ese tipo de situaciones. Vivir al borde de la excitacion y el peligro.

—Bueno pequeño Omega, es hora de trabajar —acomodó la pequeña mochila para que no cayera al momento de transformarse.

Ser un híbrido traía sus ventajas.

En un abrir y cerrar de ojos estaba dentro de la habitación. SungWoon no estaba. Supuso tenía libertad para moverse por la casa. Con cautela indagó.

Tomó nuevamente su forma humana, no había seguridad en la casa, solo en el exterior.

—Woonie —susurró varias veces.

—Omega tonto —aumentó el volumen de su voz.

De manera apresurada el susodicho apareció. Con una alegría inexplicable corrió hacia su hyung para abrazarlo.

—Pensé que morirá aquí —gimoteo.

—Deberías ver con quien te acuestas, tonto —golpeó la cabeza del menor.

—Lo sé. Esta persona está loca.

El sonido de la puerta principal alteró a ambos Omegas.

—Maldición.

Al instante se supo de quien era. Sung Woon podía reconocer aquel pestilencia a kilómetros. JiHoon. El Alfa heredero de uno de los mayores grupos influyentes yakuzas de Japón. Por desgracia tuvo que captar su atención en una de sus visitas al país.

—Woon —aquella sonrisa que traía desapareció al sentir otro aroma.

—¿Dónde está? —su aroma provocó náuseas en el menor.

—D-de quién hablas.

—No te hagas el idiota —comenzó a acercarse de manera amenazadora. —Hay otro maldito olor en esta casa. Sabes mejor que nadie la prohibición de los guardias. Conozco a los betas y omegas que vienen a mantener este lugar. Pero este olor es diferente. —gruño.

Se encontraba acorralado, hasta que una idea magnífica cruzo por su cabeza.

—Y-yo encontré un gatito —tomo al minino que estaba tras la puerta de la cocina.

—No sabía si me dejarías tenerlo —agachó su cabeza aferrándose al cálido cuerpo, esperaba le creyera.

Un suspiro se escuchó, calmando así al pobre corazón de Woon.

—Hubieras empezado por ahí —revolvió los castaños cabellos del más bajo. —Puedes tenerlo. ¿Cómo logró entrar?

—No lo sé, tal vez dejé mi ventana abierta.

Tengo hambre :"v

Gracias por leer👀