¿Asco?
Bueno, visualizate besandote con un señor adulto feo y de mal aliento. De solo acordarme me pongo a llorar.
Y bueno, sinceramente desconozco que sucedio ahi en esa habitacion, fue algo que no imagine ni adivinaria que pasara.
Hace unos minutos fui dejado aqui en un cuarto repleto de literas. Solo eso.
Hay muchas mujeres, algunas estan durmiendo, otras estan comiendo o conversando. Y me siento incomodo, por que creo ser el unico hombre aqui. No se si tenga alguna cama para mi.
Un tacto calido en mi hombro me hace voltear a mi izquierda, aun sigo parado en el mismo sitio en el que me empujaron los hombres.
Enfrente mio tenia a una de las mujeres mas bonitas que eh visto. Supuse que era coreana por las distinguidas facciones del pais donde creci. Estoy tan nervioso que empece a temblar, odio eso de mi, pero soy muy transparente, y esconder mis pensamientos es a veces muy complicado.
—Hola
Casi me caigo al piso de la sorpresa... ¡Habla mi idioma!.
—Hola... Ense-serio ¿Hablas coreano?
Hable mas alto de lo que crei por lo que me vi raro. Me senti avergonzado por las miradas a lo que me encogi de hombros como gesto de incomodidad.
—Asi es, soy Chan-mi, ¿Tu como te llamas?
Su voz era muy segura, su cabello obscuro caia en ligeras ondas por sus hombros, lo que la hacia ver muy joven. Por un momento mi garganta se seco, me senti nervioso y expuesto.
—Soy Jimin.
Ella sonrio, paso su brazo por mi hombro empujandome a caminar. Sus brazos eran ligeros y delgados, olia a jabón. Todas las damas estaban en pijama y con el cabello recogido. Pasamos entre las literas, muchas chicas trataron de hablarme, pero preferi agachar la mirada al no entenderlas.
Me empujo despacio para que me sentara en la que ahora supongo es mi cama. Al lado de mi estaba la cama de Chanmi. Ella se sento en mi direccion, quedando frente a frente.
El colchon no era suave como mi antigua cama en casa. Era duro, y cada que me movia un poco rechinaba ruidosamente. Solo tenia una sabana cubriendolo y una cobertor viejo color blanco. Sin almohadas.
Chanmi saco debajo de su cama una cobija y una almohada en forma de estrella.
—Espero y no te moleste, alguien me la dio, pero ya tengo una almohada.
Abrace la almohada y asenti rapido.
—No te preocupes, gracias por esto.
Me froto los brazos con sus finas manos, sus ojos suaves asomandose curiosos.
—Pero mejor cuentame que haces aqui.
Un sentimiento de soledad y desesperacion me sumergio, recordandome mi situacion que yo mismo desconocia. Mi cabeza punzo por el inesperado impacto de mis emociones. Solloce sin darme cuenta, ella rapido se cambio saltando hacia mi sitio para abrazarme.
—No lo se... No se donde estoy.—Hable con mi voz quebrada, no tienen idea de la sensacion enferma que tengo al estar desorientado.
Fruncio su ceño con sorpresa y suspiro preocupada. Con sus manos reviso mi sueter.
—Este... ¿Es tu uniforme?
Movi mi cabeza en afirmacion, con mis ojos ardiendo la observe mas a detalle.
Sus ojos tenian una profundidad y silueta tan distinto a las chicas que yo conocia. Rasgados, oscuros y brillantes. Su nariz recta y pequeña, tan uniforme con sus pomulos.
Labios gruesos y rosados, justo como toda mujer los desearia.
Su cabello largo y castaño, lucia tan hermosa que por un momento pense estar enfrente de una modelo. Por que hasta con su pijama lucia bonita.
Y yo... me senti tan pequeño, con mi uniforme sucio y lleno de pequeños agujeros por mis anteriores movimientos. Seguro tenia los ojos hinchados de tanto llorar. Mi cabello debia ser un asco, tan opaco y sucio.
—No se donde estoy, ni por que me hicieron esto. — Mi voz se oia temblorosa, me senti abochornado, suficiente humillacion tenia con recordar lo anterior. —¿Que sucede?
Mi voz se oia como un pedido de clemencia hacia la desconocida enfrente mio.
Ella no hablo, parpadeo confusa. El aire empezaba a enfriarse, una brisa levanto mis vellos estremeciendome. Una de las chicas habia abierto una ventana con rejas dejando sus dedos cerca para secar su barniz.
Omiti la idea de escapar, ¿Esta era una carcel?
Chan-mi froto su rostro hasta dejar rojas sus mejillas. ¿Que le pasaba? No sabia que mi verdadero reto comenzaría ahi, toda aquella pulcra y etica idea significaria...
—Se que problablemente no te agraden mis palabras, pero no se... ¿Ya pensaste que hago yo aqui?— Su incognita fue susurrada, como si alguien nos escuchara y temiera ser reprendida.
¿A que venia su pregunta?
—No te entiendo Chan-mi
Silencio. Nunca crei que llegaria a odiarlo.
—Jimin, para decirlo de manera amable... Yo soy una dama de compañia.
Tuve ganas de gritarle, seguia sin comprender, eso me exaltaba devolviendo esa punzada en mi cien.
—Jimin, aqui todas somos compañia, bailamos y satisfacemos a los hombres. — Mas lagrimas calientes bajaron humedeciendome los cachetes maltratados, debi estar muy alterado para que ella volviera a tomarme con sus brazos y acariciar mi cabeza.
Ese toque, recorde a mi madre, cuando me abrazaba al llegar de la escuela. Sus expresiones exageradas y carajadas ruidosas cuando miraba la televisión. Nunca volveria con mi madre.
Aquella mujer espontanea que estaba de buen humor siempre, me dolia no recordar cuando cantaba, ¿Que sera de ella?
La puerta se abrio saliendo de ella tres mujeres. Cada una llevaba una vestimenta distinta, se habian cambiado. Como un golpe, todo se mostro. Aquellas mujeras que yacían sentadas, eran hermosas, algunas rubias, de pelo rizado. Caminando enfrente mio, una chica bajita con un largo pelo negro y lacio, junto con unas voluminosas pestañas y tupidas cejas castañas.
Asi fui encontrando cualidades a cada una de las que se encontraba ahi. Claro, por eso eran asi de hermosas, para un servicio que requeria unicamente de su cuerpo. Yo siendo feo y sin gracia. Crei que mis organos iban a ser vendidos.
—Aqui, tendras que acatar ciertas reglas, espero sepas bailar, por que si no es asi estaras pasandola mal.— Su voz fria y tenue iba descendiendo—Por favor no trates de escapar, estamos en Francia, muy lejos de casa y cerca de los desconocidos.
Segui llorando desconsolado, tratando de reprimir mis sollozos, un fuerte dolor en el pecho se implantó. Mi traquea ardiente forzada por mi voz, habia perdido vida dejandome silencioso y cansado en mi mullida cama.
Todas mis esperanzas estaban muertas, ¿Acaso mi madre me encontraria hasta Francia. Jamás.
Me perderia en el olvido, como el hijo que nunca regreso.
Todas mis alternativas de escape o salvacion estaban tachadas.
¿Asi se siente la verdadera incertidumbre?
D.
Jeje soy predecible ¿verdad?
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Buenas noches. (YOONMIN)
FanfictionJimin es un joven hermoso y risueño. Con una venda en los ojos indispuesto a ver mas allá de las sonrisas. Una noche regresando de la escuela, alguien arrebata su libertad. Entonces comienza a conocer la vida de la forma mas cruel con uno de los cr...