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Bueno, estaba viendo a las chicas moverse descontroladamente. Los armarios fueron abiertos, las prendas de colores brillantes. Eran vestidos, muy elegantes para el lugar en el que se supone estoy.

Chan-mi ya se estaba preparando. Y rectifico mis palabras, hermosa. 

Su cuerpo lindo y curvilíneo. Que todas aquí son despampanantes reflexionandolo.  Caderas anchas, piernas largas, cinturas estrechas.

¿Que hago aquí?

Yo sigo sentado en la cama, después de aquella pesada conversación, dieron las 9 de la noche. Hasta ese momento supe que hora era.

No puedo decir que es nuevo, es algo asi como cuando esperaba en los vestidores del instituto despues de deportes, con la diferencia de que tengo miedo e incomodidad.

Una de las chicas, vino a mi y me entrego un traje parecido al de los edecanes color negro y con detalles azules.

—¿Por que me das esto?

Chico, que no entiendo lo que habla, anda ya pongaselo.

¡¿QUE!?

No se que me había dicho, busqué desesperado a Chan-mi. Pero entre todo el apuro desapareció. Y ahora mismo me frustraba muchísimo no saber ingles. Si tan solo le hubiera hecho caso a papa de ir a esas clases particulares. Ahora estoy prácticamente incomunicado con los demás. 

Todas se estaban cambiando como si nada, a lo que supuse que tenia que cambiarme ahí. Pero soy un hombre, y podrían ofenderse las chicas. Como un flash la puerta del baño se abrió, saliendo de ahí alguien. Abrace las prendas y corrí literalmente hacia allá.

Pase desapercibido, y me encerré en el reducido baño. Era de azulejo blanco que claramente estaba estrellado. Baje la tapa del escusado y me senté despacio. Me dolía absolutamente cada parte de mi cuerpo. Me retire el suéter y la camisa entre quejidos, tan solo levantar mis brazos representaban calambres en mi espalda y hombros. Quede completamente desnudo. El pequeño espejo enfrente mio, reflejaba a una persona distinta. Ese no era yo, me sentía extraño.

Vi que había un frasco de jabón corporal tirado, aproveche para ducharme. No había agua caliente, y mi toalla fue mi suéter. Al menos ya no tenia mugre en las uñas.

Lucia pálido y ojeroso. Para mi sorpresa, el conjunto de licra, cubria aquellas partes que fueron violentadas por el sujeto desconocido. Mi cuello estaba ligeramente enrojecido, pero los adornos brillantes opacaban totalmente este detalle. 

Observe como fui deformando mi rostro en una mueca dolorosa. Nuevamente aquella sensación de dolor en mi garganta y ojos no me dejaron respirar. El que me escuchen no es problema para mi, al diablo la decencia, tengo miedo de morir y del destino que me depare hoy.
Vestido como un simple objeto de valor monetario, no le importo a nadie y estoy solo.

Si no estuviera en esta situación, habría aprobado la gorrita negra del conjunto. Recogí mi sucia ropa, tenia puestos mis tenis blancos, ya que no me habían dado zapatos.

Abrí la puerta, las chicas estaban ahora arreglándose el pelo. Un sentimiento de pena me inundo, solo sin saber que hacer o donde ir. 

Un brazo rodeo mis hombros y me llevo hasta un pequeño sillon negro de gamuza a lado del baño, que no había visto. Enfrente mio se presentó  una dama de rasgos asiáticos, pero con el gesto malhumorado. Mi ropa perfectamente doblada en mis piernas fue arrebatada para ser lanzada al suelo por ella. 

—Esa ropa no debes tenerla.

Hablaba mi idioma, pero no me apetecía hablar con ella, movi mi cabeza afirmando. Arrastro lo que parecía una mesa con rueditas, repleta de cosméticos. Mezclo una base de maquillaje en su mano, quería decirle que veía muy blanca esa combinación. Pero antes de hablar tenia una brocha un aspera frotandose en movimientos sin sentido.

Buenas noches.  (YOONMIN)Where stories live. Discover now