La Profecía Comienza

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-Zoe POV-

Al menos Kelli había muerto, por tiempo indefinido claro.

9 semidioses mueren en la caída de un avión. Genial. Un buen título para ser el hazmerreír de todos los semidioses del mundo. O al menos del Campamento Mestizo.
El avión choco contra el suelo y todo se vino abajo.

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"¿Zoe...?" oí una voz lejana. Estaba tan aturdida que no podía ver quién era. "¡Zoe! ¡Despertaste!"
"¿Qué...? ¿Santiago?"
Él sonrió y me abrazo. No veía motivo para que me dejara de abrazar. Me pareció bien.
"Creí que no despertarías" él se apartó y se sentó a mi lado. "Estuviste 2 horas inconsciente..."
"¿Qué... 2 horas?"
Santiago asintió.
Le devolví el abrazo. Por un momento, sentí que ninguna otra cosa importaba. ¿Suena extraño viniendo de mí, no?
Justin tosió.
"Lamento interrumpirlos pero... no hay que perder tiempo."
Santiago se alejó rápidamente y asintió con la cabeza.
"¿En... en dónde estamos?" pregunté. Mi voz sonaba áspera.
Jade echó una mirada al lugar. Por suerte ella tenía conocimientos sobre el país. Podía identificar en dónde estábamos sólo con mirar. Interesante para no ser una hija de Atenea.
"San Francisco..."
Camila asintió.
Quedé en shock. Empecé a recordar ese lugar. Mi antiguo hogar... Y allí... -miré una pequeña casa celeste a la izquierda- era la casa de mi familia. Mi madre... la persona que nunca me trató bien, y creía que no era capaz de nada, la que me usaba de esclava junto a mi familia, estaba allí mismo. ¿Cómo se pudo enamorar Poseidón de esa bruja?
"¿Zoe? ¿Qué ocurre?" preguntó Alice.
Justin resopló.
"Por favor... díganme que no está teniendo un flashback de nuevo..."
"Esa... esa es la casa de mi madre..." dije.
"¡Genial!" exclamó Jake. "Podemos pedir comida."
"¡JAKE!"
Alice lo fulminó con la mirada y le dio un pisotón.
"¡¿Qué?!" gritó Jake.
Comencé a llorar. Sentía un poco de vergüenza, pero no pude evitarlo.
"Pe...perdón Zoe. Fue algo estúpido de mi parte..." dijo entrecortadamente Jake.
"No... no te preocupes."
Me puse a llorar aún más. Santiago me volvió a abrazar.
"¿Crees que estás bien como para seguir?" me preguntó.
Yo asentí.
"Bueno... Sigamos por allí." Camila señaló la ruta.

-Santiago POV-

Zoe seguía abrazada a mí, mientras caminábamos al lado de la ruta, invadida de tráfico. Sentía lo agitada que estaba Zoe. Deseaba hacer algo para que se sintiera mejor, pero no sabía qué.
"¿Estás bien?" bueno, fue una pregunta idiota de mi parte. Era obvio que no lo estaba.
Zoe respiró hondo.
"S-sí..."
"Zoe..." dije. "Mira... yo no sé qué te ocurrió cuando eras pequeña, y si no quieres contarlo, te entiendo. Pero lo único que quiero que sepas, es que podrás contar conmigo para lo que quieras."
"Gracias..." Zoe sonrió.
"¡Miren!" gritó Jade, señalando un pequeño túnel. "Hay dos chicos allí..."
"No creo que sean amistosos... No con esas armaduras y esas dagas." dijo Lucía.
Era cierto. Los dos chicos que estaban a cada lado del túnel, tenían una remera morada con las siglas SPQR, armaduras y dagas de ¿oro? Podría ser.
"Bueno." dije. "Vale la pena intentar, ¿no?"
Todos asintieron.
Nos dirigimos hacia el túnel, tratando de que ningún coche nos mate. Morir atropellado... una forma muy heroica de morir, eh. Zoe ya no me abrazaba, pero seguía a mi lado. Eso me relajó un poco. Zoe luchaba muy bien, aunque no lo pareciera.
"Oigan... ¿y si los distraemos?" preguntó Justin. "No creo que nos dejen pasar..."
"Pero... ¿cómo? pregunté.
Justin nos guió a una pequeña parte en donde habían árboles, cerca de las casas.
"Tengo un plan." dijo él. "Traje mi portátil. Antes de que se quejen de algo... en mi portátil se pueden proyectar imágenes en 3D de tamaño real con este aparato." Señaló un pequeño control que emitía una luz azul brillante. "Podemos proyectar la imagen de algún monstruo para distraerlos."
"Bueno... ¿qué tal Equidna?" dijo Helena.
Esa chica daba escalofríos. Para no ser hija de Hades, aparecer a tu lado de la nada, es uno de sus talentos.
"¡Por los dioses Helena, no hagas eso de nuevo!" exclamó Lucía.
Helena la miró fijamente
"¿Hacer qué?"
Lucía se encogió de hombros.
"Ya sabes... aparecer de la nada. Es escalofriante, en serio."
"Mejor cállate si no quieres terminar debajo de algún coche." respondió Helena seriamente.
Hubo un silencio incómodo.
Esa chica daba miedo. Era pálida como la cera. Su mirada era seria y sombría. Sólo había llegado unas horas después que yo al campamento. Recuerdo cómo lloraba, el miedo y la ira que brotaban de ella. Cómo su padre Ares, el dios de la guerra, la reconoció en menos de 20 minutos. Los de la cabaña de Ares decían que la chica era muy antisocial, le gustaba la oscuridad, se alejaba de cualquier persona, y había demostrado en la arena, que luchaba muy bien. Yo seguía pensando que ella, era más bien una hija de Hades que de Ares.
"Helena, cálmate ¿sí? Y tú Lucía... no vuelvas a repetir eso."
"¡ME AMENAZÓ CON TIRARME DEBAJO DE UN COCHE! ¡ESTÁ LOCA, ES UNA RARA!!"
Helena la fulminó con la mirada, tomó su cuchillo y se acercó lentamente a ella.
"Me vuelves a llamar rara, loca u otra cosa, y terminarás en el Tártaro, con un boleto sólo de ida."
"Ja, soy hija de Poseidón, no me das miedo." dijo con una sonrisa Lucía.
Helena acercó el cuchillo al cuello de Lucía.
"¿Poseidón? ¿Te crees superior sólo por tu descendencia? Das lástima."
"¡BASTA YA LAS DOS! gritó Camila.
Otro silencio incómodo invadió el lugar, a pesar del ruido que provenía de la ruta.
"Qué importa ya." a Helena se le llenaron los ojos de lágrimas. "Sigan. Total, ¿a quién le importo yo? ¡A NADIE!" Helena trató de calmarse. "Soy un estorbo. Todos en la cabaña lo creen."
"Helena... no creas eso..." dijo tímidamente Zoe.
"¡Cállate!" gritó Helena. Trató de ocultar sus lágrimas, pero no pudo. Salió corriendo.
"¡Helena!" grité. "¡Hay que ir a buscarla!"
La mayoría asintió.
Corrimos detrás de ella. Ya casi la perdíamos de vista, cuando...
"¡Alto!" gritó Alice.
Un bosque se extendía ante nosotros. Los árboles crujían, aunque no había viento. Se oían animales a lo lejos (o monstruos, tal vez). El cielo parecía de un gris tormentoso sobre el gran lugar.
"¿Qué es este bosque? Nunca lo vi en mi vida." dijo Zoe, acercándose más a mí.
"La Niebla..." murmuró sorprendida Jade.
"¿Cómo que la Niebla?" pregunté. ¿Eso no actúa sólo en normales comunes y corrientes?
"Otras veces no. Hay veces que puede modificar hasta la visión de un semidiós." explicó Camila.
"Yo..." Jade suspiró. "Yo sé controlar la niebla... Si tenemos algún problema en ese bosque, podré controlarlo..."
Todos fijaron la mirada en Jade.
"Ah." dije. "¿Están seguros que Helena fue allí?"
Alice comenzó a agitarse.
"Chicos... La profecía... «5 semidioses se adentrarán en un bosque sin rumbo»."
"«La hija de la sabiduría la misión liderará». ¡Jade! Se trata de ti. Al fin llegó el momento en que tienes que liderar." dijo Justin.
"¡Tenemos que entrar cueste lo que cueste, y superar este bosque!" exclamó Alice.
"Juntos." dijo Jake.
"¡Juntos!" repitieron todos al unísono.
Nos internamos en la fría oscuridad.

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