"Venta de gigais"

Parte 5: Sin rumbo

5-Sin rumbo

**Zangetsu**

El aire de la habitación está enrarecido desde hace días. Al aspirar con fuerza, todo me huele a sexo sucio. El chirriar del viejo colchón, mis jadeos roncos y pausados, el vaivén de nuestros cuerpos desnudos y cargados de sudor, que se mecen el uno contra el otro mientras el clímax vuelve a amenazarnos. Oh sí. Lo siento. Cada vez que las paredes de su esfínter me oprimen con fuerza, siento que está al límite. Veo la saliva escurriendo de su boca abierta, su cabello totalmente mojado de sudor pegado a su rostro y sus ojos dolidos por no poder evitar gemir.

-Para....ah....ah! no sigas....ya basta ah! Ah!.....- muerdo la nuca de Sen haciéndole jadear bronco y le recuesto sobre mi espalda para hacerle cabalgar sobre mí a una velocidad sobrehumana que nos lleva al límite de la cordura antes de que volvamos a corrernos por décima vez desde que amaneció. Sen se precipita hacia delante y le sujeto preocupándome brevemente al ver cómo coge aire ansiosamente.

-Despacio....no aspires tan fuerte....- acaricio su pelo apartándoselo de la cara y él aprieta los dientes reprimiendo un sollozo. No le gusta lo que le hago, pese a haberle follado tantísimas veces desde que le traje aquí y decirle cuanto le necesito, él no quiere estar a mi lado.

En cuanto nos recuperamos un poco, le ayudo a levantarse y ambos nos estremecemos cuando mi polla sale de su dilatado agujero que se encoge y ensancha mientras expulsa chorros de todo mi semen acumulado. El rubor de sus mejillas me muestra la vergüenza que siente al tener que hacer fuerza para expulsar el líquido y me centro en mirarle a los ojos para no humillarle más ¿Por qué me preocupo? Es un alma modificada, está claro que no querría dejarse dominar por mí, solo están hechos para pelear y yo no le necesito para eso.

-Zangetsu....- abro mis ojos algo más de lo habitual cuando me incorporo del colchón para buscar toallas limpias oyendo mi nombre de sus labios pronunciado con rabia y desazón.

-Te juro que por mi orgullo.....ah....te mataré.....- esa mirada me atraviesa como un filo de espada y suspiro brevemente azuzándome mis mechones húmedos que resbalan a la altura de mis oscuros ojos.

-No hay duda. Cada vez asumes más la personalidad del real. Él si me mataría si le hiciera esto- mi gigai cierra los ojos reprimiendo un gruñido de impotencia y oculta su rostro entre las sábanas para que no le mire. Intento distraerme de su exquisito cuerpo desnudo buscando lo que sea para limpiarnos y me acerco a él de nuevo ofreciéndole una toalla grande, pero justo al acariciar su rostro, recibo un puñetazo en un ojo que bien podría habérmelo saltado con la fuerza que tiene. Me retiro gruñendo enfadado y dolorido pero no sería justo devolverle el golpe. Yo soy un monstruo con mis auténticos poderes. Por nada del mundo quiero rememorar como usarlos.

-¡Zangetsu-dono!!- noto como mi cuerpo se petrifica al sentir los reiatsus de varias zanpakuto congregadas fuera de la casa, entre ellos, el del propio Senbonzakura que emite un aura bastante agresiva. Miro a mi gigai que también ha oído la voz de Hyorinmaru y antes de que dé un salto de la cama, le agarro tapándole la boca para que no grite.

-Mmm!!! Mm!!-

-Shh! Sen, por favor ni se te ocurra- noto como me está mordiendo los dedos con saña mientras le llevo a otra habitación de la caseta encontrándome un futón enrollado. Lo extiendo para tumbar a Sen encima y rasgo unas sábanas para atar sus manos, pero no puedo con él. Está demasiado rebelde y si el resto oye su voz, entrarán enseguida. Quizás si le golpeo puedo sacar el alma del gigai y guardarla en un bolsillo, pero no quiero...hacer eso cada vez que se comporte así....

-Mírame Sen- le engancho por los carrillos y apenas le da tiempo a gritar cuando ve como mis ojos se han tornado de un color rojizo que le deja inconsciente de inmediato. Me golpeo a mí mismo recobrando el juicio y salgo fuera de la caseta encontrándome con Hyorinmaru, Zabimaru y Senbonzakura. Todos cruzados de brazos.