Octavo Capítulo

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Eran alrededor de las 8:30 p.m. Y yo caminaba sin rumbo, sola, por todo Washington D.C. No quería ver a nadie, hablar con nadie, solo pensar.

Llegué a un pequeño parque muy iluminado y lleno de árboles y una linda fuente con luces de colores, no había nadie, así que me senté en una pequeña banca. Revisé mi cartera, tenía $200 en efectivo, mi identificación y mi tarjeta de crédito, no era mucho pero, con eso podía sobrevivir.

Se hacía cada vez más de noche, creo que debería ir buscando un lugar donde dormir, no volvería al hotel, no puedo lidiar con todo en este momento, sería muy complicado, en vez de eso me levanté y comenzé a buscar refugio. En eso, sonó mi teléfono, olvidé que estaba ahí. Lo saqué de mi vestido y, era mi madre, no estaba de humor para escucharla gritarme, así que no contesté. Segundos después llamó mi padre, y seguido de él, Tyler, así que me dirigí a la fuente y lanzé en ella mi iPhone y escuché como dejó de sonar.

Seguí caminando y no tenía idea de dónde estaba, examinaba cada lugar para ver si había un hotel o algo, y sin darme cuenta, me paré en una alcantarilla y así rompí uno de mis tacones. Genial, ahora era más dificil caminar. Dí la vuelta en una esquina y divisé a lo largo del camino, un pequeño hotel llamado "Golden Heaven" . Era lo más cercano que tenía, y estaba cansada, así que me dirigí allí.

Cuando entré al hotel me dí cuenta de que era más lujoso de lo que creía. Todos me miraban fijamente y extrañados, debió ser extraño ver entrar a una chica de 21 años mojada de pies a cabeza, con una toalla en sus hombros y un tacón roto.

Lentamente me acerqué a recepción.

-Buenas noches, mmm quisiera hospedarme aquí por una noche.

-Claro, mmmm (El recepcionista me escaneó completamente por un segundo)

-Espera, eres Lindsey Stirling, no?

-Si.

-Así es, casi no la reconozco, Sta. Stirling!Acaso tenemos el honor de recibir también a sus padres?

-No, solamente yo.

Su cara de felicidad cambió a una de seriedad.

-Ah, bueno, ya que. Llene esto porfavor con sus datos personales.

-Esta bien.

Completé la hoja y se la entregué al recepcionista.

-Gracias, método de pago?

-Tarjeta.

-Bien, aquí tiene su llave, es la habitación 307.

-Gracias, tendrán aquí por casualidad una tienda o algo dónde pueda comprar ropa?

-Sí, en el segundo piso y la lavandería está en el tercero, ya que talvez quisiera lavar su...vestido.

-Seguro, gracias otra vez.

Fui a la tienda que el extraño recepcionista me dijo y con los $200 que tenía compré: Unas sandalias negras, una licra negra, una blusa blanca y una sudadera gris que decía "Amo Washington D.C."

De camino a la lavandería, con mi ropa nueva en bolsas de plástico, paré en un basurero y boté mis tacones, bueno tacón Gucci de $500. Dolió, me llegó al alma. Y de una vez pasé al baño, ahí me cambié, me puse la sudadera, la licra y las sandalias, y guardé el vestido mojado en una de las bolsas, salí, me miré al espejo y no me veía mal. Ahora si me fui a la lavandería. Cambié $5 en monedas, compré jabón y por suerte si sabía usar una de estas lavadoras, les dije que no era la típica chica richachona. Puse las monedas en la máquina, agregué el jabón y así fue como puse a lavar mi Chanel rojo, espero que se salve.

Entré a mi habitación, era muy linda, valió totalmente los $560. Tenía una cama matrimonial, pantalla plana y una gran tina en el baño, además del minibar. Lanzé la blusa y mi cartera en la cama y fui directo a tomar una ducha.

Tardé al menos una hora duchándome pero, quién sabe lo podía haber en esa pecera. Cuando salí sequé mi cabello, lo cepillé y me puse de nuevo mi sudadera y la licra, y me lanzé a mi cama.

Ahí me quedé por unos minutos, viendo al techo, y de repente, solté un pequeño llanto, que fue creciendo más y más. Lo lamento, usualmente nunca lloro y guardo todo en mi interior, pero esta semana, ha sido la más dura, estresante y complicada de toda mi vida. Y eso no es lo peor, esto solo está comenzando, esta ha sido solo la primera semana, y ahora el resto? Tyler arruinó mi cita, me hizo quedar en vergüenza mundialmente y me ha hecho la vida imposible, en SOLO UNA SEMANA. Es mucho peor de lo que pensé. Mañana será el último día de entrenamiento, y solo Dios sabe qué pasará.

Pasadas las 10:00 me fui quedando dormida poco a poco, y caí en un sueño profundo.

Nota del autor:

Dicen que después de la tormente viene la calma, como en estos dos últimos capítulos, pero en esta historia, después de la calma viene más tormenta.

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