Cuentos de corto recorrido

"alma gemela"

Hace mucho no sentia ese frio de murallas humedas, ventanas casi de hielo y acompañada de esa lámpara de baja intensidad. Ya se hace notar verdaderamente el invierno; agradable comienzo de un termino, al menos eso es lo que me gustaba pensar.
Soy como muchos de los que toma la micro en la mañana, siente el frio en sus pies y nariz, desayuno a veces y trato de no hacer muchos gestos mientras voy en la micro. Me asusta la gente y lo que puede pensar de mi, en que si hago un movimiento con mi cuerpo muy seguido puede ser un problema, pero ya es costumbre, mejor me voy como palo; casi ni respiro. En las noches suelo llegar a mi hogar, sacarme la suciedad de los pies y entrar. Es todo tan solo, a veces se asoman pequeños animales, a los cuales les pongo nombres, y estos hacen ruidos que con el tiempo se van masificando, pero el dueño me advirtio de que era normal. Escucho música para hacer mis deberes y no escuchar a esos animales que hasta solo con sus miradas ya molestan, pero ya.
Siempre seguia lo que ella solia hacer, me decia claro que "el doctor lo recomienda", solia decir eso siempre.
"Las pastillas ayudaran, el doctor las recomienda-. Es como si su voz sonara muchas veces diciendome lo mismo, eso y "Tienes que hacerlo, tienes que hacerlo", es extraño como queda la voz de una persona en tu mente, después de lo poco que se conocieron.
Ella era enfermera, y viviamos juntos en esta misma casa, claro que odiaba vivir acá, todavía recuerdo cuando la traje y el taxista parecia mirar muy nervioso hacia atrás, tal vez venía alejándose de un auto que lo perseguía, no entendi muy bien. La traje y le dije al taxista que esto era una sorpresa para ella, que por eso tanto nervio, me miró y me dijo que twnia que darle mas dinero de lo que costaba normalmente el viaje, se lo di y se fue. Ella estaba con los ojos vendados, obviamente, era una sorpresa y entramos finalmente a lo que ella llamaría hogar. No quiso sentarse pero mis caricias hicieron que estuviese mas comoda en mi cama, gritaba de placer o que se yo, me fui a comer y la dejé fija ahi.
Volví y otra vez los animales me hablaron, tomé unas tablas y las puse en las dos ventanas que estaban en la habitación de Ella, me acerqué a ella y estaba helada:
-Tranquila, ya se fueron-. Le dije con toda la calma, pero ella estaba ya asustada y eso es lo que mas me enojaba, asi que me dirijo a la cocina tomo el cuchillo más delgado, con mucha calma