VIII:: Noche

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         Al alba, Mike se despierta cuando siente un cuerpo removerse en sus brazos

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         Al alba, Mike se despierta cuando siente un cuerpo removerse en sus brazos. Abre un ojo para toparse con la vista más abstracta que ha conocido. Emocionalmente no estaba preparado para eso. Y es que Beau arruga la nariz, cerrando los ojos con fuerza tratando de volverse a dormir.

         Es adorable.

         "Beau..." le susurra, tan bajo, que si sus narices no se estuvieran tocando, ella no habría escuchado. "Beau, hay que levantarnos."

         "Dos horas más." Murmura sin sentido.

         "Vamos, te presto una de mis sudaderas si te levantas." Beau solo abre un ojo curioso. Mike le toca la punta de la nariz con el dedo. "¿Si?"

         Ella le mira sin pena. No tiene por qué tenerla. Y Mike se siente a derretir bajo su mirada avellana cuando ella ladea la cabeza.

         De repente sus ojos son el doble de grandes y con asombro, inhala aire. "Luka..."


• • •


         Mike monta detrás de Eleven en la bicicleta, Beau detrás de Will. Y aunque Joyce y Hopper no los descubrieron anoche, debían irse por si acaso. Primero verían a Luka, y el auto de Mike estaba escondido en el bosque, así que todo marchaba bien.

         El viento se había vuelto su amigo. Y debía agradecerle a Luka y la señorita por presentárselo de esta manera. El viento le despeinó los rizos mientras avanzaban. Le hacía sentir que su alma se renovaba. Con la brisa moviendo su ropa y cabello, no tardaron más de unos minutos en llegar a esa cabaña tan remota, donde Eleven había vivido con Hopper, donde se había escondido y ahora se esconderían ellos.

         Beau no esperó a que Will se detuviera. Bajó a pocos metros y corrió a la puerta, que cuando estuvo en los escalones del pórtico, se abrió. Luka abrió los bazos para recibir a Beau, quien se lanzó con un salto a ese lugar seguro. Las pocas lágrimas embarraban la ropa del otro cuando se recargaron en sus hombros, su abrazo intensificado cuando se jalaron tratando de estar más cerca.

         Cuando Luka olfatea levemente y lame una última lagrima de Beau, se separan.

         Están de rodillas en el suelo y no saben cómo llegaron a esa posición, pero no importa. Porque finalmente el otro está bien, y el peso que hizo a estos días tan pesados, se aligera de repente.

         "Luka..." la señorita le sostiene el rostro.

         "Estoy bien." Coloca sus manos sobra las de ella, y con un movimiento suave, las usa para levantarlos a ambos. "Estamos bien."

rhiannon  m•wDonde viven las historias. Descúbrelo ahora