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"Deberíamos hacer algo..." Eleven pateó agua de un charco lodoso, salpicando el pavimento y sus botas de hule. "¿Cómo está ella?"
Luka se encogió de hombros. "Casi no duerme. Aproveché que se quedó dormida para venir a verte."
Eleven se estiró para tomar su mano; su mundo casi explotando con ese pequeño acto.
"Gracias, bebé." Sonrió.
Pocas veces había puesto a Mike sobrenombres como ese; al rizado no le gustaba. Pero a Luka no le molestaba en absoluto, y es que simplemente le salían.
"Girasol, aunque te conozco de hace unas semanas, creo que eres la cosa más hermosa que he conocido." Sus guantes no permitían que se tocaran directamente, y aún así sentía escalofríos en los brazos y la columna. Eleven cerró sus ojos con una sonrisa mientras Luka inspeccionaba su rostro. Pestañas cortas que caían como cascada sobre sus pómulos, y cabello corto con rayos caramelo. No, nunca se iba a cansar de ella. "Demasiado hermosa."
La castaña escondió su rostro entre sus manos, asomando un ojo por la ranura entre sus dedos.
"¿Te molesta que diga eso?"
"No," responde tímida, "es solo que cuando lo dices suena sincero."
Eleven no hablaba mucho de su relación con Mike (no que Luka preguntara sobre eso), pero decía cosas así muy seguido.
Ya habían tenido esta plática. Había salido a colación, pero había sido extrañamente educativo. Y de alguna forma habían terminado con Luka tomándole de las mejillas y recordándole que era una manera de vivir el presente, no el pasado.
"Mike tampoco está muy bien..." Eleven comenta al cabo de unos segundos. "Duerme casi todo el día, pero...no porque tenga sueño." Una pausa. "Mi hermano trata de entretenerlo."
"Will."
"Sí..."
Hay una pausa, un silencio y un cambio en el ambiente. Ambos piensan, demasiado absortos en sus cabezas que no notan cuando entrelazan sus dedos.
"Deberíamos juntarlos."
"Sí, deberíamos."
"Son muy egoístas para verse por su propia cuenta."
