CAPITULO 29: Gracias por todo.

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—No podía hacerlo. Algo me atrapo Lauren, tus ojos, tu mirada. Me intrigaba saber quien eras realmente tú. Y no entendía  para que Ben te quería. Resultabas encantadora con esos kilos de  mal genio.  Eras tentadora, todo el tiempo me retabas, encantadora tanto como lo es el infierno.

—¿Ahora me comparas con Satán?

Jack soltó una risa, y me recordó lo bien que se sentía estar a su lado. La paz y la tranquilidad que solo a su lado sentía. Jack era mi polo opuesto, nuestras vidas iban en sentidos contrarios, pero aún así me emocionaba soñar una vida a su lado.

—Me frustro bastante saber quien eras. Y fue entonces cuando  decidí que no le diría a Ben nada acerca de ti, al menos al estar seguro de quien eras.... Empece acercarme a ti, pero no funcionaron mis métodos convencionales. Tu no eras como la mayoría de las chicas, eras inmune a todo y aparte agresiva. Decidí acercarme como tu  amigo y las cosas funcionaban, eras menos precavida, bajaste la guardia y conocí  tu faceta divertida, la faceta de Lauren mi amiga. Pero eso no era suficiente yo te quería para mi, quería ser el único que disfrutara tu sonrisa. Creo que fue entonces cuando comenzaste a gustarme como chica, definitivamente no te podía ver de la misma manera que a Tam. Entonces decidí buscar la forma de focalizarme en lo que era realmente importante. Tuve sexo casual con varias chicas de la U, porque enserio no entendía que me estaba pasando. Quiero que entiendas que no tengo perdón de Dios—Jack Tomó mis manos entre las suyas y las apretó con fuerza— Me equivoque de una manera que jamas podre reparar, y lo que vas a escuchar no te va a gustar, pero debo decírtelo de todos modos.

Jack tomo aire y noté lo mucho que le costaba hablar, su respiración era agitada y cada vez que tomaba algún impulso para hablar, él mismo se frenaba. Me costo un poco asimilar que era aquello que tanto le costaba contarme, porque le era tan difícil hablarme, si al final de cuentas ya había comenzado a hablar. Entonces mi mente remontó aquel día en que después de haberle roto la nariz a la barbie de plástico los tipos de las motos me esperaban fuera del edificio.

—Tú los llamaste—Susurré,  bastante sorprendida, aunque ya sabía que todo era culpa de Jack, me costaba decirlo—Fuiste tú quien lo llamaste, por eso estaba allí esperándome. Querían matarme y tú me entregaste.

Jack se puso de pie y se acerco a la ventana, sin mirarme me respondió.

—Tienes razón yo los llame, pero no pensaba que tú estarías allí. No sabía que llegarías a buscar a Tam. Pensé como siempre que estarías en casa. Ellos llegaron a mi casa para recoger información.  No sabes el miedo que me dio cuando te fuiste, porque no aún no era hora de entregarte, debía hacerlo porque Ben me estaba presionando y no podía faltar a mi palabra. Pero luego tenías que llegar con ese maldito de Alex. La sangre me hervía y decidí que desde ese día te iba a tratar como a mi trabajo, pero me era imposible diferenciar las cosas, no importaba que tanto me dijera a mi mismo que eras un trabajo. Necesitaba saber donde estabas, que estabas haciendo, con quien compartías tu tiempo.

—En ese orden  ¿Por qué dejaste que me rompieran las ventanas?

—Los tipos me siguieron hasta tu casa, y luego al verificar que en efecto allí vivías atacaron los vidrios como señal de advertencia hacía a ti. La chica que lleve esa noche del bar solo fue una distracción para que ellos creyeran que eras tú, ya que uno de ellos llamo a sus compañeros y les contó acerca de la sospecha de verte en un bar acompañada.

Los ojos se me inundaron de lagrimas calientes, aún no podía asimilar que fuese mi Jack el que me había entregado. Me había truncado la vida, la vida que le prometí a Jhoen que viviría por los dos. 

—Eres una basura Jack, ¿Como podías pasar tiempo conmigo? ¿como podías reír a carcajadas conmigo? ¡¿Como podías?!

Jack guardo silencio, y solo me observaba mientras los ojos se me empañaban, mientras contenía los puños para no agredirlo. 

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