Capítulo 14:Ya casi un año

64 7 9
                                    

"El día ha llegado" me dije a mi misma. Me quede sentada mirando la ventana y haciendo un recuento de mi vida. Los últimos años eran desastrosos, por la infelicidad que Ben me dio, pero a la vez eran hermosos por el círculo de amigos que conseguí; aquellos a los que tuve que dejar atrás, solo para superar lo que me agobiaba. Nadie tenía la culpa de mis desgracias más que yo; no podía culparlos a ellos por el sentido de culpa que llevaba encima; ni siquiera podía culpar a Ben por ello, porque fui yo quien tomó la decisión.

Me levanté de la cama y empecé a preparar todo, siempre vestía de colores oscuros, pero hoy seria el negro quien me acompañaria. Tome una ducha rápida, me vestí con un pantalón negro, una blusa negra, unos botines negros y mi chamarra. Tome mi mochila y empaque mi tambo luego me dirigí al comedor. Desde las escaleras pude ver a toda mi familia desayunando, pero alguien llamó mi atención. Megan. No podía considerarme la mujer con la mejor suerte de todas si ella estaba allí, Megan vivía para hacernos la vida imposible como familia.

—Buenos días—saludé

—Buenos días—Saludaron todos, menos Megan.

Jack estaba sentado a mi lado, pero desde la fiesta de Isaac ninguno de los dos cruzaba palabras. Ya comenzaba a extrañarlo, a extrañar sus risas y escucharlo tararear sus canciones. Pero la culpa no era mía, fue él quien perdió el control y casi hace que nos den una golpiza a todos. La única persona que tenía en ese momento era Zafiro, ella siempre sabía que me pasaba, como me sentía.

—¿Vestida de negro Lauren? ¿A qué entierro vas?—preguntó Megan.

Odiaba el instante en que Fred la había traído a casa, era una maldita bruja y de cierta manera odiaba que Fred le contara mis problemas como tema para evitar sus peleas.

—Siempre me visto de negro, no se que te asombra.

Llevaban más o menos doce años juntos y desde el segundo año nos odiabamos. Conforme fui creciendo aprendí a no dejarme echar tierra por ella, aprendí a defenderme.

—Bueno ya casi es 2 de octubre

Maldita.

—Si, no se que te asombra—Tomé un sorbo de mi café—¿Qué haces aquí? ¿No fuiste tú quien envió a Fred a la mierda, sin un pase de vuelta? — respondí tranquila y serenamente, aunque por dentro quisiera tirarla del cabello.

—Bueno mi hija vive aquí.

—Chicas—advirtió Fred.

—Claro, que tonta soy. Se me olvido que botaste a Fred y a tu hija a la calle—Aplaudi en el aire—Te mereces el premio a la mejor madre.

Megan me miró con odio. Mi padre, mi madre y Fred la miraron expectantes, esperando a que ella diera la estocada final. Yo había dado en el punto exacto, ahora faltaba su golpe y sabía muy bien por donde iría.

—Llamame como quieras, pero que no se te olvide quien está en el cementerio por tu culpa.

El trozo de Pancake que estaba en mi boca estuvo a punto de salirse. Tamara y Zafiro la miraron con rabia, mientras Trent y Jack estaban desconcertados.

—Megan— chilló Fred— Cierra la boca.

—No dije nada que no fuese cierto— se defendió ella

Era una cínica, una maldita bruja y muchas otras cosas más. Aunque yo esperaba que dijera algo así, no pensé que doliera tanto. Era como volver al pasado, revivir cada instante en el que todo el vecindario y los ex alumnos de la escuela decían que su muerte era mi culpa. Maldita sea, quería tirarme por encima de la mesa y enseñarle una lección de buenos modales; pero teníamos visita.

Mi Mejor Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora