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Happy os deja delante de la suite presidencial que se ha pagado el señor Stark en Alemania. Ya os habéis instalado en vuestras respectivas habitaciones, y sólo os queda esperar indicaciones de cara al día siguiente.

La puerta ante vosotros se abre. Al otro lado se encuentra el multimillonario, vestido con uno de sus elegantes trajes y unas gafas de sol semitransparentes. Se las quita al veros y se las cuelga en la montura en el cuello de la camisa.

 Se las quita al veros y se las cuelga en la montura en el cuello de la camisa

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—Por fin, mis pupilos—os saluda, abriendo más la puerta—. Pasad.

Contienes el aliento. Aquella suite es más grande que el apartamento donde convives con Matt, Dana y Charlie. Y, desde luego, mucho más lujosa.
De paredes y suelos color marfil, está equipada de manera que al huésped no sólo no le falte de nada, sino que tenga cubiertas también sus necesidades secundarias, esto es, sus caprichos.

Cama de matrimonio, sillones, sofá, televisión enorme, equipo de música, escritorio, ordenador, un gran baño coronado por una bañera de hidromasaje, minibar, incluso una chimenea que le da el toque tradicional a tanta tecnología punta.

—Guaaaaau—Peter no disimula su asombro. Mantiene la mandíbula desencajada mientras se pasea por la suite—. Podría vivir aquí hasta jubilarme.

Tony sonríe, y os guía a los recién llegados hasta una de las mesas, sobre la cual hay dos maletas metálicas cerradas.

—Tengo una sorpresita para vosotros—anuncia, abriendo una de ellas.

Peter y tú os asomáis, a ambos lados del genio, expectantes ante lo que os tiene que enseñar.

—Me he tomado la molestia de mejorar vuestros trajes—os explica mientras quita los cierres a la maleta—. Si es que se le podía llamar así a lo que llevabais.
—No te pases, Stark—le avisas. No estás dispuesta a tolerar sus aires de grandeza.

Peter encuentra su nuevo traje de Spider-Man en el interior. Material de mejor calidad, colores azul marino y rojo, una máscara en condiciones...

—¡Wow!—El chico se lleva las manos a la boca cuando lo ve—. ¿Puedo probármelo?
—Por supuesto—Stark le entrega el traje y le señala la puerta del baño—. Mientras el muchacho se cambia, Lewis, vamos contigo.

No. Esto es... Bueno... No difiere mucho en apariencia de tu traje original, salvo que te has librado por fin del maldito PVC, el material más pornográfico e incómodo que existe.
Te miras en el espejo. El traje es de cuero, y te cubre todo el cuerpo salvo la cabeza, donde lo que fuera tu antifaz ha sido sustituido por una máscara que deja libre tu nariz y boca, y oculta el resto del rostro salvo los agujeros que dejan libres tus ojos. Cosida a la máscara, una peluca azul idéntica a la que tenías, pero de mejor calidad y suavidad, corona la zona de la cabeza que ya cubría la propia máscara. Dispones también, en sustitución de los guantes, dos guanteletes oscuros.
Como añadido, algo que no tenía tu antiguo traje, Stark ha creado una capa del color de la peluca que cae elegantemente sobre tu espalda.

A dos bandas (Tony Stark, Steve Rogers y TÚ) ¿A quién elegirás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora