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Tras una dura y aparatosa pelea, en la que uno de los aliados de Steve pasa de ser del tamaño de una hormiga a convertirse en un verdadero gigante, Peter es despedido de un golpe dado por este mientras intenta desestabilizarlo con telas de araña.
La pelea se centra entonces en otra área del aeropuerto, pero tú no puedes hacer la vista gorda a lo que acaba de pasar, y desde tu posición corres hacia la zona donde ha caído Peter.
No eres la única que lo hace. A tu lado, Stark acorta también las distancias hasta que ambos llegáis hasta donde está el chico, tumbado contra el suelo y con la mitad de la máscara puesta, dejando ver su boca y la barbilla.

—¡Pete, ¿estás bien?!—le gritas, zarandeándolo.

Por suerte, el chico está consciente. Demasiado consciente. Al notar cómo le tocas, comienza a revolverse, intentando dar golpes al aire mientras grita y suelta palabras ininteligibles.

—¡Muchacho, somos nosotros!—le dice Tony, dejando ver su rostro.
—¡Ah!—Su pecho sube y baja de forma intermitente y veloz—. Ey, tíos... Qué tal...
—¿Estás bien?—vuelves a preguntar.
—Sí... Creo.
—Volved al hotel—os ordena Stark—. Lo habéis hecho muy bien, pero no quiero que os sigáis exponiendo.
—Pero aún no hemos acabado—le dices.

Por sorprendente que parezca, la adrenalina que corre por tus venas te está suplicando continuar con aquello. Sabes que no deberías disfrutar de algo así, sino desear que acabe cuanto antes, pero presupones que es el efecto de la hormona en ti, y el darte cuenta de que eres más fuerte de lo que creíste en un principio.

"Ojalá hubiera sido Agony en la época de instituto" piensas, recordando a esos cabrones desgraciados que te hacían bullying.

—La situación se complica por momentos—te explica Tony—. No quiero cargar con vuestras muertes a mis espaldas. No voy a dejar que os pase nada bajo mis órdenes. Volved al hotel.
—Pero...
—Al hotel—te interrumpe—. Vuestro vuelo sale mañana por la mañana. Yo regresaré cuando haya puesto fin a este absurdo sin sentido. Puede ser luego, mañana, pasado o quizás nunca me volváis a ver así que, si no he vuelto mañana, regresad con Happy a Nueva York sin mí.
—Pero señor Stark—le dice Peter, aún tirado en el suelo—. Yo aún puedo...
—¡Vuelve al hotel o le contaré todo a tu tía May!

Hace horas que Peter se fue a dormir. El pobre chico ha quedado hecho polvo tras la pelea en el aeropuerto.
Tú, por el contrario, aunque estás cansada y algo adolorida, te paseas por el hall del hotel al ser incapaz de pegar ojo en tu habitación.

Te preguntas cómo estará Tony. ¿Se encontrará bien? ¿Qué pasa si no regresa? ¿Sería capaz Steve Rogers de matarlo?
Aunque en algunos momentos hayas tenido ganas de hacerlo tú misma, en realidad estás preocupada por el multimillonario. Sigues hecha un lío por toda la situación, y por desconocer parte del conflicto, pero continúas pensando que Tony sólo intenta hacer lo que considera que es mejor para todos.

Estás leyendo una revista, en un sillón cerca del recibidor, cuando le ves entrar por la puerta principal del hotel.
Suspiras de alivio. Está vivo, y parecería acabar de volver de alguna cena importante, debido al elegante traje que lleva, de no ser porque tiene heridas frescas y recientes en algunas zonas de la cara y se sujeta el brazo izquierdo con el derecho, intentando reprimir un gesto de dolor.

—¡Tony!

Debe de ser la primera vez que le llamas por su nombre. Sueltas la revista y te levantas como un resorte acercándote a él.

—Deberías estar durmiendo.
—¡Dios santo! ¿Cómo ha ido? ¿Qué ha pasado? ¿Te duele mucho el brazo?
—Tranquila. Me las he visto peores—te dice, restándole importancia. Echa una mirada a vuestro alrededor—. ¿Underoos está por aquí?
—Durmiendo desde hace rato.
—Es lo que deberías estar haciendo tú—insiste.
—Y una mierda iba a dormir sin saber cómo iban las cosas—Le miras fijamente—. ¡Vamos! Entiendo que no vas a contarle movidas adultas a un crío de quince, pero yo tengo veinticinco y exijo saber con más detalle lo que ha ocurrido.

A dos bandas (Tony Stark, Steve Rogers y TÚ) ¿A quién elegirás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora