-Bueno y ¿qué sucedió con eltrabajo?- preguntó mi hermana a penas entré en la habitación.Arrastré mis pies hasta la cama y bufé- contéstame- demandó.
Me desabroché los botines y los lancéa un rincón.
-Bueno- dije aburrida- ¡Me lo dieron!-grité al tiempo que saltaba sobre ella.
Ambas comenzamos a gritar y saltar comoniñas pequeñas.
-¿Y qué es lo que debes hacer?-preguntó emocionada cuando caímos en la cama.
-La verdad no estoy muy segura, hoy fueun día extraño- y terminé por contarle todo desde la nocheanterior.
El cómo Jared pasó de ser unmujeriego a mi jefe, sobre su primo y la descendencia de ambos, sobreel lugar en el que iba a trabajar y lo extraño de la pintura en elestudio de Jared.
Mi hermana era una de las pocaspersonas que sabía lo de las pinturas y lo que me transmitían,extrañamente ella pensaba que se trataba de un don y se sobresaltócuando le mencioné la pelea dentro de la pintura.
-Es extraño ¿le preguntaste a Jaredsi fue él quien la pintó?
-La verdad es que lo dí por hecho, suoficina está llena de pinturas famosas, me imagino que su estudiopor el contrario está lleno de sus creaciones.
-Y me dices que su estudio esexactamente como te imaginas el tuyo?- prosiguió ella. Asentí conla cabeza- y ¿no recuerdas haber visto esa pintura?.
-No lo sé- respondí con sinceridad.
-Vale, cambiemos de tema porque meestás asustando- simuló un escalofrío y se retorció en la cama.
-Tengo una cita- solté de repente ysus ojos se abrieron con sorpresa.
-¿Con Jared nuevamente?- preguntóemocionada.
-Eh... no. Con su primo. Ayer me invitóy me pareció bastante normal aceptar.
-Pensé que te gustaba Jared- hizomohín.
-Exactamente. Tú pensabas, pero no eslo que yo pienso. De hecho, ninguno me gusta, apenas los conozco dehace un día.
-Día y medio- corrigió- Jared eslindo, pero tal y como escribiste a Jules, también es todo uncaballero.
-Ambos lo son, tal vez juzgué mal aJared, pero eso no quiere decir que me gusta- no le iba a decir nadasobre la particular forma de despedida de hace algunos minutos- y elhecho de que Jules sea todo un príncipe...
-No quiere decir que caerás rendida asus pies- culminó mi hermana- de todas formas serán tus jefes apartir de mañana, tendrás chance de conocer a cada uno con mayorprofundidad.
-¿No te parece que tal vez estéhaciendo algo mal? Ya sabes, son primos... es un poco extraño.
-Supongo que tener una amistad con los2 no está mal- se encogió de hombros- bien, me voy a bañar parairnos de paseo.
La tarde pasó sin inconvenientes, dehecho, nos divertimos bastante, mi hermana no paró de entrar enalmacenes y probarse toda la ropa que encontraba en su camino. Tu veque gastar en ella lo que me correspondía a mí y sin embargoquería más. Por último decidimos entrar en uno de esos lugaresconcurridos donde toman fotos instantáneas.
Fui victima de vergüenza ajena antelas muecas de mi hermana, hasta que terminé siguiéndole la corrientehasta que luego de cuatro horas de vagar por los centros turísticos,nos dimos a la tarea de buscar una universidad o instituto para Lou.
Toda una osadía teniendo en cuenta que el 70% de las personas que venían a este lugar era a aprendermúsica, arte, teatro, etc.
El otro 30% eran turistas.
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MECENAS
FantasiExisten historias sobre el arte a través del tiempo. Algunas solo cuentan las anécdotas de sus creadores, o simplemente se crean teorías que se adecuan a cada obra de arte. Pero y si cada cuadro y escultura va más allá de una mente bohemia o loca...