Lo que siemprehabía evitado, entre muchas otras cosas, era precisamenteencontrarme en un situación similar.
No quería rollos.
-Y lo entendíperfectamente, este chico es todo tuyo.
-¡Oye!- mascullóJared a mi lado, prácticamente ofendido.
-¿Qué?- preguntédivertida.
Jared bufó y contono seco pero mordaz comentó: -Georgina, no deberías estar aquí...Es más, en realidad es un hecho, no debes estar aquí.
-Pero... pero- sino conociera a las chicas como ella diría que realmente estabaafligida, pero como de hecho si que las conocía, sé que simplementees un truco barato para chantajear y llamar la atención. De todasformas su tristeza desapareció cuando volvió a posar sus ojos enmí.
¡oh oh!
-Es por ella¿cierto?
-Si eso deja eltema por culminado entonces diré que sí, aunque... bueno, si ellase fijara en mí, sería una cuestión completamente diferente; detodas formas trabajaré con las expectativas y entusiasmo de miparte- levanté las cejas con escepticismo.
>>¿Qué?-preguntó ahora él en mi dirección.
-Eso no me hacesentir mejor- exclamó la morena entrando en cólera al ver que habíapasado a un segundo plano.
-Georgina- repitióJared en tono cansado.
-La voy a matar-replicó ella sin contenerse, mientras avanzaba progresivamente haciamí con paso tembloroso debido a los tacones.
-Oye, cálmate, yono tengo nada que ver en esto- levanté ambas manos intentandodetenerla y sujetarla al tiempo.
Fijo se fue de caracontra mi pecho y la sujeté precisamente para que no se estampara decara contra el suelo, ella se reincorporó y en vez de un gracias,levantó su brazo y con su mano extendida intentó abofetearme.
-Ni se te ocurra-advertí sujetando un pelín fuerte su brazo e impidiendo su cometido.
-¡Ay!- chillóella- Jared, me lastimas- se quejó mientras intentaba dar con él.
El chico porsupuesto, parecía estar pasándola de lo lindo, tenía sus manosenterradas en los bolsillos delanteros y una sonrisa pícara en suslabios.
Me gané suatención cuando le hice una mueca para que interviniera, él levantólas manos en gesto de rendición, diciéndo:- No me va el tema de lasuñas de Georgina.
La soltéalejándome un paso de ella, pero aprovechó para lanzarse a micabello.
-Oh, por favor-supliqué con resignación a nadie en particular.
No. No se iba adetener, así que tenía dos opciones: romper su nariz o patear suabdomen.
Así que sololevanté mi brazo y cerré la mano en un puño, doblé la muñecahacia arriba e impacté de manera ascendente en su nariz. Ellainmediatamente retrocedió y las gotas de sangre comenzaron a gotearde sus orificios nasales.
-Muy bien, ha sidosuficiente- recitó la voz de otra chica a mi lado- Georgina, te vasde aquí inmediatamente o no tendré más opción que llamar a tuhermano. Jared, deberías tomarte este lugar más en serio- la rubiaque hablaba era muy hermosa, su cabello perfectamente peinado haciaatrás le daba un toque sofisticado y en combinación con la faldanegra ceñida y la blusa roja... combinación fatal. Me rebasaba enaltura gracias a sus tacones rojos, pero contrario a Georgina, ellaparecía saber muy bien en qué lugar poner sus pies para avanzar confluidez.
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MECENAS
FantasyExisten historias sobre el arte a través del tiempo. Algunas solo cuentan las anécdotas de sus creadores, o simplemente se crean teorías que se adecuan a cada obra de arte. Pero y si cada cuadro y escultura va más allá de una mente bohemia o loca...