Llamas Mortales

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"Y al final, tu perdición fuiste tú misma"

...

La tensión muscular que sentía en ese momento era insoportable, incluso mis huesos estaban entumidos, me sentía fatal y una migraña azotaba mi cráneo. Me removí en una superficie fría, ¿Dónde estaba? Lo único que recuerdo era...

¿Preguntas porque?... simplemente tú no eres ella...

Aquellas palabras tan duras apretaron mi corazón de forma dolorosa, finalmente abrí mis ojos, sentía escozor en ellos prueba de que sentía inmensos deseos de llorar. Sabía que Sunburts había usado los propios poderes de Trixie sobre mí, pero aun así aquella ilusión me había dejado muy dañada sentimentalmente. Sunset jamás me diría algo así, ¿verdad?, ella no es tan cruel como para destruirme de esa manera, ¿verdad?...

Puede haber indagado más mientras miraba aquel techo tan gris, hasta que escuche un quejido, fue hasta ese momento que me di cuenta de la situación en la que estaba. Sunburts nos había atacado, Trixie me defendió y... ¡¿Y qué pasó con Trixie?!

Me incorpore lo más rápido que pude, lo que causo un mare pero no le di mucha importancia, evalué rápidamente el lugar en el que me encontraba: una celda gris, inmediatamente repudie el lugar, pues me recordó el tiempo que permanecí como prisionera en Canterlot, me pare y me percate que en una esquina del lugar estaba Rarity, no se miraba muy bien y me acerque rápidamente a ella.

— ¡Maestra! —ella sudaba frío y parecía tener escalofríos.

Con dificultan abrió sus ojos y me miró con una sonrisa. — Despertaste... —me dijo de forma débil.

— ¿Qué fue lo que pasó? —comencé a revisarla antes de que diera una respuesta, su pierna izquierda tenía una profunda perforación, entonces recordé que Sunburts la había herido con aquellas cadenas que portaba en las manos.

— Veneno —respondió con dificultad— creo que estoy algo oxidada —dijo tratando de sonreír.

Observe la herida, era profunda y ya tenía varios coágulos formados en los alrededores, tenía también un color morado me preocupaba que estuviera infectada. Y el veneno, ni siquiera sabía que veneno era el que Sunburts había utilizado.

— Tenemos que salir de aquí —no tenía ningún tipo de herramientas para tratar algo así, necesitaba sacarla cuanto antes.

Camine hacia las rejas que me alejaban del exterior y quede sorprendida, había otra celda frente a mí, y en ella Sonata, Adagio y Pinkie se encontraban inconscientes, ¿Quién más estará aquí? Me pregunte, inmediatamente pensé en Sunset.

— Ojala estés bien —pensé en voz alta.

...

Los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana que daba a aquella singular habitación, aquellos rayos impactaron primeramente en la piel bronceada de aquella pelirroja de expresión despreocupada. Al sentir esa molestia giro su rostro aun con los ojos cerrados, buscando permanecer en aquel mundo de sueños.

Su nariz detecto un olor agradable que la llevo a buscar el origen de dicho manifiesto, una sensación suave deleito a su sentido del tacto, abrió un poco los ojos, encontrándose con una cabellera profundamente azul.

— Twilight... —pronuncio, pues ese azul solo era característico de ella, las manos de Sunset buscaron tocar aquel cuerpo con el cual compartía aquel colchón.

La mujer se revolcó en sus brazos, aceptando la calidez que Sunset le ofrecía. Poco a poco la conciencia de la pelirroja volvía a hacerse presente, no pudo evitar sentir una punzada de culpa debido a sus actos traicioneros.

Estragos de un Brillo de Sol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora