"Quiero un chico malo
que sea bueno, solo conmigo.
Un chico parecido a un huracán, impredecible, temperamental, vicioso,
con la oleadas de ferocidad danzando en sus ojos fogosos pero que de repente, ese oleaje parase al verme, volviendo a la calma d...
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¡Bang!
La campana del instituto sonó estrepitosamente, señalando el final de la clase. Ese no es exactamente el sonido que hace, pero ciertamente, los timbres me recuerdan exactamente a eso. El sonido de las balas cuando salen disparadas. Rápido, certero y resonante. ¡Bang! ¡Bang!
— Sé que eres nueva, pero aquí cambiamos de clase cuando la campana suena, — escuche a alguien decir. — Y tú estás en mi sitio.
Miré hacia arriba, sin mucho interés, justo a la cara de una chica aparentemente rubia. Claramente ella estaba molesta y me estaba mirando con disgusto. ¿Quizás es por mi chaqueta? El azul contrasta perfectamente con mi tono de piel oliva, y claramente ella estaba celosa.
El comentario sarcástico sólo existía en mi mente, no tenía especial interés en comenzar nada con ella. Agarré mis libros y me levanté, echándole un vistazo a mi horario.
— Como parece que estás deseando que me vaya, ¿te importaría decirme dónde está él aula de Anatomía? — Le pregunté, simplemente porque no parecía tener ninguna otra opción. Es mi primer día y la posibilidad de hablar con gente hoy era bastante limitada.
La chica rubia hizo una mueca mientras miraba a su amiga, detrás suyo, como si no pudiera creerse que le estuviese haciendo una pregunta. Debo ser un marciano, ¿no?
— ¿Anatomía? — Repitió. — Debes de ser de último curso, ¿por qué te has trasladado aquí cuando estás tan cerca de graduarte?
Interrogatorio. No puedo quedarme a esto. No me gusta cuando la gente pregunta demasiado, porque la mayoría del tiempo no me gusta la respuesta. Así que me pregunté simplemente: ¿por qué a mi?
— No tuve otra elección. — Contesté, girándome para dejar la clase. Creo que ella dijo algo por lo bajo, pero una vez que salí al pasillo me perdí en la marea de estudiantes. Esquivé a personas que sabían dónde debían ir, sin dejar de mirar por un momento el papel amarillento con todas mis asignaturas el cual decía que la clase de Anatomía estaba en el edificio G, lo que me dejaba claro que estaría entre el F y H.
