Nueve.

111 14 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El domingo, es decir, el día siguiente se presentaba apacible y finalmente me encargaría de los deberes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







El domingo, es decir, el día siguiente se presentaba apacible y finalmente me encargaría de los deberes. Dejarlo todo para el último momento ocupaba el primer lugar en mi lista de problemas. ¿Por qué no? Cuando padeces insomnio tiendes a pensar que cuentas con menos horas -para hacer las cosas- de las que realmente tienes. Pero no tener ningún tipo de descanso me consumía, especialmente trabajando hasta tarde y teniendo que levantarme para ir a clase tan temprano. En realidad, me había adormilado un poco la pasada noche -sucede a veces. Me hubiese quedado dormida pero nunca es un efecto completo y no duraba mucho.

En su lugar, terminé reproduciendo la situación con los Wreckers -Puede volverse desagradable, había dicho Jason- recordando todo lo que había pasado. Vaya semana había tenido. Muchas cosas habían cambiado en poco tiempo. Hace una semana, Danny y yo estábamos dándole el toque final a la casa, desembalando la última caja, colocando hasta el último marco fotográfico, cenando comida china en la improvisada mesa que habíamos hecho. Me había sentido muy nerviosa y aprensiva al pensar en mudarme a North Shore, muy lejos de mi hogar y amigos en San Diego. No sabía que era lo que me podía esperar de los días venideros, -las consecuencias de la transición resultaban aterradoras al pensarlo e imposibles de predecir.

Y para rematar, se había producido el mayor de los cambios. Había transcurrido solo un mes desde la muerte de mis padres. Un poco después a eso, las pesadillas con su sonido característico comenzaron a dejarme despierta toda la noche. Luego, un par de semanas atrás, mis sesiones de terapia resultaban inútiles. Tres semanas desde que había acompañado a Danny al hospital de North Shore, me colase en la farmacia y me llevase mi primer bote de Adderall. Un par de días atrás, había conocido a un grupo de personas que eran esquivas, escalofriantes y peligrosas: mi gemela imaginaria me poseía, haciéndome mejor, más mala y atrevida. Y finalmente, solo un día, -la pasada noche-, mi gemela me había convencido de que quería experimentar todo con Jason McCann y su grupo. No solo por el proyecto de estadística ni por un rato. Sino por un periodo de tiempo más largo.








Mi teléfono sonó justo cuando terminaba los ejercicios de economía, santa mierda, espero estar preparada para la pausa que se avecina. No podía descuidar las actividades de clase, incluso cuando los únicos cálculos económicos en los que estaba pensando ahora eran los que involucraban los cargamentos secretos... De todas formas, no reconocí el número.

BANGERZ · J.B | •Spanish Version•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora