Los Malfoy

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Y tal como lo había prometido, Abril, a la hora de cenar, tenía ya su respuesta.
-Esta bien, iré con tigo.
-¡Bien!-Dijo cogiéndola de la cintura y, seguido, la besó.
Abril terminó de cenar y subió con Lucía a preparar la maleta.
-Todos nos quedamos aquí.-Dijo Lucía cuando le contó que iba a hacer.
-Lo se, pero parecía tan ilusionado...
-Hagas lo que hagas te apoyaré.-Dijo mientras hacía presión para que el jersey cupiese en la maleta de su amiga.
Cuando la maleta ya estaba lista las dos estaban agotadas, y decidieron irse a dormir.
A la mañana siguiente, Abril, debía despertarse pronto ya que el tren salía a media mañana.
Cuando ya de iba a montar en el tren abrazó a sus tres amigos, James, Lucía y Juan.
-Muchisimas gracias por guardarme el secreto.
-Ningún problema, eso sí, escríbeme una lechuza cada noche.-Le adviertó su amiga.
-¡A mi dos!-Saltó el Gryffindor.
-¡Abril!¡El tren se va!-Gritó Scorpius desde la puerta del tren impidiendo que se cerrará.
-Adiós.-Dijo antes de que se cerraran las puertas.
Los tortolitos se sentaron en una cabina con el amigo parsel, como lo había llamado Abril.
-Soy Carlos.-Dijo el chico al verla entrar.-Así que, finalmente, has decidido venir.
-Así es.
-Me encantaría quedarme, pero, Damatra me esperaba en una cabina vacía.
Carlos, salió corriendo y se metió corriendo en otra cabina.
-Está coladito por ella.-Dijo sonriendo.-Te amo.-Soltó de repente.
-Yo también a tí.-Dijo Abril cogiéndole de las manos.-Te quiero... Te adoro... Tengo tu foto en el inodoro.
-¿Qué?
La Ravenclaw comenzó a reír.
-Un dicho muggle.
-Ahhhh-Dijo riendo el Slytherin.
A la hora llegaron al andén 9 3/4, allí había un hombre rubio platino de ojos grises igual que Scorpius.
-Hola papá.-Dijo el Slytherin al ver a su padre.
-Hola hijo, ¿Tú debes de ser Abril?
-Así es.
-Encantado de conocerte, mi hijo me ha contado maravillas de ti.
-Lo mismo digo.
Draco, les acompañó hasta un gran coche que les llevó a una zona de casas de magos.
-Aquella es mi casa.-Dijo Scorpius señalando a la casa más alta de todas las que se veían, era blanca como la nieve y en el tejado resplandecían trocitos de lo que parecía oro.
Entraron a la casa y el Slytherin le enseñó todos los rincones de esta.
-Aquí dormirás tu, ¿Te gusta?
-Me encanta.
-Ahora traerán tu maleta, esperaré contigo y luego te dejaré tiempo para que te acomodes, pronto comeremos.
-Gracias.-Dijo acariciándole el pelo.
Al momento llegó un elfo doméstico cargando la maleta de Abril.
-Buenas tarde señor Malfoy, buenas tardes señorita Banks, futura Malfoy.
Por su última frase, Abril, se quedó impactada.
-Acomodate, cuando termines, avísame, estaré en mi habitación.-Dijo señalando la puerta que había en frente.
Scorpius, tras de sí, cerró la puerta. Abril estaba sola en esa gran habitación, estaba pintada de un verde pastel, tenía una gran cama de matrimonio y una habitación pegada que parecía ser el armario, también, había una mesa de estudio blanca con una silla del color de la habitación, además, tenía una gran estantería llena de libros pegada a la ventana, donde podía sentarse a leer.
Cuando terminó de colocar las cosas que pensó que debería utilizar pronto, truco a la puerta de en frente.
-¿Ya estás lista?-Ella afirmó con la cabeza.-Vamos.
Los dos bajaron las escaleras y llegaron a un gran comedor, tenía una mesa de mármol y unas sillas rodeadas de oro.
-Papá,¿Qué has cocinado hoy?
-Hoy he preparado pato con naranja.
Draco dejó encima de la mesa cuatro platos, uno para él, otro para su hijo, otro para Abril y otro para su elfo doméstico.
-Y dime, ¿Eres hija de muggles?
-Sí.-Dijo tragando saliva.
-Eso es fantástico, sabrás sobre las dos culturas.
-Sí.-Dijo con una sonrisa nerviosa.
Cuando Abril terminó de comer, recogió su plato y esperó sentada a que los demás terminaran.
-Ven.-Dijo Scorpius cuando ya había terminado.
La Ravenclaw le siguió.
-¿Has guardado tu ropa?
-¿Dónde quieres que lo guarde?
El Slytherin le llevó a su habitación y abrió la puerta que llevaba al armario.
-Aquí puedes guardar todo.-Abril en un plis plas guardó todo dentro del armario y se sentó junto a su novio en la cama.
-¿Dónde está tú madre?
-Ella murió.-Dijo bajando la cabeza.
-Lo siento mucho.
-No importa.
Los dos de besaron suavemente, Scorpius comenzó a hacer cosquillas a Abril y ella comenzó a reírse descontroladamente, de un movimiento brusco ella se calló al suelo, pero no paró de reír.
-¿Estáis bien?-Dijo entrando Draco a la habitación.
-Perfectamente papá.
Cuando él cerró la puerta los dos comenzaron a reír.
-¡Para!-Consiguió decir Abril.
Los dos se callaron por un momento.
-Te quiero.-Dijo Scorpius mirándola a los ojos.
-Y yo a t...-Dijo antes de caer rendida a un beso de Scorpius.
El Slytherin comenzó a masajearle el pelo mientras no se separaba de sus labios.
-¿Vamos a hacer algo?¿O simplemente nos vamos a pasar toda la tarde besandonos?
-Lo que tú digas.
-Pues deja de sujetarme y vamonos a algún sitio.
Scorpius soltó su cadera y la agarró de la mano, la llevó hasta el patio trasero donde estaban las mejores vistas.

La vida de Abril Banks IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora